miércoles, 23 de noviembre de 2011

Las experiencias de las sevillanas

Hablando el otro día con mi cuñada sobre los relatos publicados me comentó que le habían gustado pero que había cosas que habían quedado a medias, en concreto lo referente a su hijo, por eso quiero rectificar o completar lo ya contado.


Cuando folló con tres compañeros al mismo tiempo, al terminar se levantó, se vistió sin el sujetador, ni las bragas, ni las medias, que se la quedaron ellos de recuerdo, ya que cuando ella protestó le dijeron

“calla que te vamos a castigar y te vas a tener que ir sin chaqueta enseñando las tetas por ahí”,

se asustó y no dijo nada mas, tenía que pensar cómo justificarle a su marido la falta de ropa, pero tuvo suerte y cuando llegó a su casa el marido había salido a dar un paseo y pudo entrar sin tener que explicarse, aunque su hijo, que si estaba y con el que se topó de frente cuando salía de su cuarto cuando ella ya se había quitado la chaqueta e iba para su dormitorio, la siguió y le preguntó

“¿Donde está la ropa que te falta?”,

ella no sabía que decir mientras él le miraba las tetas que se transparentaban. Después del día que llevaba pasó de problemas con su hijo y le dijo que saliera, que se iba a cambiar, tenía prisa antes de que llegara su marido, el insistió

“Tu saliste con medias y sujetador, ¿dónde están?”

ella se impacientaba y comenzó a desabrocharse la camisa y le volvió a pedir que saliera que se iba a desnudar, sin embargo él no solo no salió sino que se acercó más y le dijo

“quiero ver si te falta algo más”,

de nuevo le pidió por favor que saliera, que se tenía que cambiar, que no pasaba nada, que no le faltaba nada, que estaba confundido,

él insistió

“ a mí no me engañas cuando saliste llevabas medias y sujetador y ahora no los llevas, ¿qué ha pasado?, ¿Dónde los has dejado y por qué?”

suspiró y se quitó la camisa y dijo

“ves como no hay nada raro”

con la esperanza de terminar con aquello. Román, mirándole las tetas que estaban enrojecidas por tanto mordisco que le habían dado, insistió

“anda que no, tienes los pezones irritados y enrojecidos, quítate la falda”,

se la quitó quedándose desnuda, intentando taparse el coño rasurado, su hijo le preguntó

“¿Te has pelado el coño? ¿Para qué? ¿Y las bragas? ¿Dónde has estado?”

“Ya te lo contaré algún día”,

en ese momento se dio cuenta que un hilillo de semen le corría por los muslos él lo miraba fijamente

“Eso es “leche”, ¿has estado follando?, ¿papá lo sabe?”

no sabía que decir, balbuceaba, estaba entre la espada y la pared, estaba a merced de su hijo, él se acercó y le dijo autoritariamente “¿Verdad que puedo?” cogiéndole las tetas, ella negó con la cabeza pero no opuso ninguna resistencia, estaba en sus manos y él comenzó a acariciárselas y bajó la mano hasta el coño y también se lo acarició, luego la acostó en la cama de matrimonio, le metió un dedo en la clítoris, ella comenzó a suspirar, ya no le importaba que fuera su hijo, ahora era un hombre, le comía las tetas, se quitó los pantalones, se puso sobre ella, se la metió y comenzó a besarla y a morderle los doloridos pechos, le comió el coño al tiempo que le decía

“por aquí te la han metido hace muy poco y por aquí la a meto yo también”,

al rato tuvo el séptimo orgasmo y él también se corrió dentro de ella, se oyeron las llaves, era su marido que volvía del paseo, mientras los dos estaban en mitad del orgasmo, no se podían separar y su marido estaba en el piso y la llamaba, no le salía la voz y su hijo seguía bombeando, una nueva llamada desde la cocina, tiene la costumbre de beber un vaso de agua nada más llegar, su hijo termina, la ha dejado llena, rebosa, es mucho esperma para un día, su marido está en el pasillo, su hijo sale de la habitación abrochándose el pantalón, ella está de pie, de espalda, poniéndose un vestido mientras su marido entra en la habitación, le chorrea el esperma por las piernas, la cama está deshecha, él la mira y le dice

“¿qué pasa?”,

ella nerviosa contesta “¿con qué?”,

y él le responde “con nada, con nada…”.

Allí estaba, la cama deshecha, a medio vestir, con el esperma de su hijo corriéndole por las piernas, con su marido en una actitud incomprensible, con un hijo chantajista y lo fundamental, era una puta total, no sabe cómo evitarlo y le gusta muchísimo, “si alguien me llega al coño soy suya para lo que quiera”.

Su hijo, de vez en cuando, cuando está cocinando, se le acerca por detrás, le levanta la falda, le baja las bragas, se las quita y mientras cocina él le acaricia la clítoris y su marido en la habitación de al lado ve la televisión y ella tiene un orgasmo, ha terminado por cocinar sin bragas, en cualquier momento le coge el culo y las tetas incluso con su marido presente si mira a otro lado, un día mientras se estaba duchando entró desnudo, se metió en la ducha con ella y comenzó a enjabonarla con la mano deteniéndose en las tetas y en el coño, tuvo un orgasmo allí en la ducha, él le puso la polla en la mano y le dijo “Métetela”,

Ella lo miró y le contestó “no…”

Él le dice de nuevo ”métetela”

Entonces ella le dice “confórmate con una paja”

Y él le dice “chúpamela” ella consintió y de rodillas se la chupó, lamió, y tragó el semen, cuando se corrió le dijo

“y ahora vamos a la cama”,

Ella dice “ni pensarlo”

Él le contesta ”bueno luego hablamos con papá”,

se fue al dormitorio, se acostó y se abrió de piernas y fue follada por su hijo de nuevo, todo ello al límite de la hora de llegada de su marido, su hijo aguantando lo más posible para poder hacer coincidir el orgasmo con la llegada de su padre y así ocurrió, cuando se oyó la llave el comenzó a verter su semen dentro de ella y se levantó cuando estaba a pocos metros del dormitorio, ella se está quieta sobre la cama resignada a lo que pasará, su hijo abre la puerta y sale desnudo al pasillo y le dice a su padre que ella está en el cuarto de baño, él le pregunta que él que hace así, le contesta que haciéndome una paja con las “cosas” de mamá, se mete en su cuarto, ella se levanta se limpia el semen, se pone un vestido y sale al pasillo, ya su marido se ha ido al salón, ella lo busca y él le dice

“¿Tú no estabas en el cuarto de baño? Lo que yo he oído es la puerta del dormitorio”,

“claro” dice ella “luego de salir del cuarto de baño”

“Pero si la puerta del cuarto de baño suena mucho” le contesta a su vez,

“Pues será así, será que he estado con tu hijo en el dormitorio “charlando”

Su marido se levanta y se va al dormitorio abre la puerta y ve la cama revuelta, se acerca y mira las sabanas y las huele,

“aquí se ha hecho una paja tu hijo, tú estabas aquí?”

“La verdad es que si, lo he estado acompañando mientras se satisfacía y se corría para ayudarlo en lo que necesitara, dejándole usar mis cosas”,

Él dice “a mí no me parece bien, si quiere hacerse una paja que se la haga, que ya es mayorcito, que incluso mientras mire ropa interior femenina, aunque sea de su madre, vale, pero que tu le ayudes, ni pensarlo, ni una vez mas.”

Y refunfuñando se va al salón. A partir de ese momento lo tenía complicado, su marido le había dado a su hijo el argumento adecuado para el chantaje, estaba en sus manos, podría follársela cada vez que quisiera, en eso estaba cuando su hijo sale de su dormitorio, aún desnudo, se acerca a ella, le quita el vestido, la acuesta, se pone sobre ella y se la mete de nuevo y comienza a follarla mirándola a los ojos, su marido la llama desde el salón y ella solo acierta a contestar con un quebrado “Ya voy”, de todas formas está disfrutando y piensa que su marido se lo tiene merecido, a partir de ese momento su hijo siempre se la folla a límite de la llegada de su marido, lo que incluso tiene mucho morbo.

Otro día estando en la cocina preparando la comida del día siguiente y su marido en la habitación de al lado, llegó su hijo y sin mediar palabra le quitó el vestido dejándola desnuda y la sentó sobre la mesa de la cocina y comenzó a follarla, es de las que le cuesta mucho no gemir o hacer ruidos, así que el ruido era importante, lo que hizo que atrajera la atención de su marido que la llamó preguntando qué pasaba, como no contestaba, se levantó para ir a ver qué pasaba, su hijo saltó por la ventana a la terraza y le puso una zanahoria en la mano para que simulara que se la estaba metiendo, cuando su marido llegó no podía creer lo que estaba viendo, su mujer desnuda acostada sobre la mesa y metiéndose una zanahoria a modo de consolador mientras que se acariciaba las tetas,” parece que estás un poco caliente” le dijo “ten cuidado que te puede ver tu hijo” y se dio media vuelta, su hijo volvió a saltar por la ventana y terminó de follarla.

Su marido toma pastillas para dormir y algunas noches su hijo, mientras su marido duerme profundamente, se acerca a su cama, le quita la ropa, la acaricia, besa y termina follándola con su marido al lado roncando, es la voluntaria esclava sexual de su hijo.

Lo que quería contaros es una historia compuesta de mi mujer, por supuesto, su sobrino, la hermana de mi mujer y madre de su sobrino y yo como personaje accesorio.

Mi mujer, María, sigue follando con su sobrino, Román, en casa de mi suegra, que es donde han ubicado su “picadero”, donde, al menos una vez cada quince días, follan toda la tarde.

Por otro lado su sobrino sigue follándose a su madre, Marta, cada vez que quiere, sin que ella oponga ninguna resistencia.

Román y yo nos pusimos de acuerdo para crear una nueva situación erótica de la siguiente forma, él llevaría a su madre a casa de mi suegra, para follar con las dos al mismo tiempo y yo llegaría y para hacerle fotos a los tres en faena.

Él quedó para follar con mi mujer, sin advertirle nada y ella, sin esperar sorpresa ninguna, lo espera, como hace siempre, desnuda.

Cuando llegan madre e hijo a la puerta del piso, el hijo le mete mano a su madre, la desnuda poco a poco en el rellano de la escalera, besándola y acariciándole todo el cuerpo, todo ello antes de entrar en el piso, ella tampoco sabe nada y de esa forma abren la puerta, encontrándose las dos hermanas desnudas de frente, su reacción instintiva es taparse lo que impide él diciéndoles que quiere follar con ambas al mismo tiempo, las dos lo miran luego se miran, sonríen y dicen que bueno, que por una vez no importa…María, mi mujer, le dice a mi cuñada

“¿tu follas con él?, ¿follas con tu hijo? No es por nada, simplemente que no tenía noticias, no me había dado cuenta de nada”

a lo que mi cuñada contesta

“si, sé que no está bien, todo empezó porque descubrió que otros me follaban y me hizo chantaje, si no follaba con él se lo decía a su padre, no me podía negar, al principio lo pasé mal, hasta que le cogí el gusto y la verdad me tiene siempre caliente y así compenso las faltas de su padre, me tiene la mar de contenta y satisfecha, mas alguno que tengo por ahí que también me satisface bastante, además yo sí que estoy sorprendida contigo, aunque algo sabía no pensaba que continuara”

toda esta conversación la tienen desnudas, frente a frente mirándose y observando cada detalle de la otra, los pechos, la cintura, el depilado del coño, el grosor de sus muslos, todo, virtudes y defectos, evaluando el estado de la otra, María se acerca a su hermana y la besa en la mejilla y le dice

“desnudas estás muy bien”

a lo que esta contesta “pues tú estás magnífica” y se ríen.

“Bueno habrá que hacer algo con este, yo le como la polla y para ti el resto, podemos poner una manta en el suelo y ahí nos revolcamos”

dice María, “de acuerdo” contesta Marta.

Así lo hacen, ponen una manta grande y unos cojines y entre las dos desnudan a Román, lo acarician y besan, lo tienden y mi mujer comienza a chuparle la polla despacio, con la intención de alargar el placer el máximo tiempo posible, mientras, mi cuñada, le pone su coño a la altura de la boca de su hijo y le dice “come”, este comienza a comerle los labios inferiores y superiores, la clítoris, de vez en cuando le da un “beso negro”, le chupa y besa su otro orificio. Con una mano acaricia la cabeza de mi mujer y con la otra las tetas de su madre y con los pies acariciaba el coño de mi mujer, mientras esta va incrementando la intensidad del chupeteo, lamiéndole los cojones, mientras le acaricia el pene con las manos y se lo refriega por las tetas, con esos incentivos no tarda en correrse y echándole el semen a Marta, su madre, sobre los pechos, cuello y cara, cuando termina de correrse se acerca a ambas y les dice

“ahora quiero que tú le chupes el semen del cuerpo de mi madre y te lo tragues”,

Marta se tiende sobre la manta en el suelo entre risas, María comienza a chuparle primero la cara, la nariz, los labios, donde se entretiene un ratito, luego el cuello, con esa visión de nuevo se le endereza a Román que aprovecha para meterle la polla por el culo a María, que da un respingo, pero que sigue chupando el semen en el cuerpo de su hermana, cuando comienza a chupetear el liquido caído sobre las tetas, al contacto con la lengua los pezones se le contraen y se le ponen de punta mientras gime, Román que agarrado a las tetas de María para apretar con más fuerza al entrar y salir, se corre en el culo de mi mujer y se retira un poco dejando a ambas mujeres en el suelo sobre la manta, una tendida y la otra inclinada sobre ella chupándole los pezones y acariciándole el vientre con una mano y los hombros, la cara, los labios, con la otra , en ese momento entro en la habitación con la cámara fotográfica con la intención de hacer el reportaje de lo que allí sucede, están tan entusiasmadas que no se dan cuenta de mi llegada, mi mujer se ha metido el pezón de su hermana en la boca y chupa con fruición mientras la sigue acariciando. Comienzo a hacer fotos, mi mujer me ve y suelta el pezón y se retira un poco como cogida in fraganti, yo le digo que no se preocupe por mí, que es una escena muy bonita, que siga en lo que estaba, que le acaricie los muslos, la vulva, y muy suavemente su coñito, que le meta un dedo en la vagina sacándolo y metiéndolo despacito; repuesta de la sorpresa retoma el pezón y baja su mano a los muslos de mi cuñada y comienza a acariciarlos suavemente aproximando su mano al coño, que en un momento dado roza delicadamente para, acto seguido, meterle muy tímidamente un dedo en la vagina metiéndolo y sacándolo despacio, muy despacio, mientras sigue chupándole las tetas, así lo hace y Marta gime mientras mi mujer le lame los pezones y le acaricia el coño muy despacio al principio, pero cada vez más rápido e intenso, consiguiendo que su hermana comience a retorcerse en el suelo.

Le pido que pare antes de que tenga un orgasmo y les propongo una sesión fotográfica a las dos, una sesión erótica, una sesión que nunca han hecho, pero que tienen que hacer aunque les cueste, que no admito un no por respuesta, que lo único que admito es alguna opinión sobre alguna postura pero que se hace lo que yo diga sin discusión y ahora iros al baño y limpiaros y peinaros un poco y volved aquí para que os diga lo que tenéis que hacer.

“Eso depende de que nos parezca bien o no…” contestan.

“he dicho que no es una pregunta o que es una opción, os voy a decir que es lo que tenéis que hacer y vosotras lo hacéis y ya está” les contesto.

Se levantan, se van al cuarto de baño, se limpian un poco y vuelven al salón a esperar mis indicaciones.

“Primero quiero que os abracéis de pie juntando vuestros cuerpos lo máximo posible, teta contra teta, vientre contra vientre, muslo con muslo y os rodeéis los cuerpos con un apretado abrazo, en segundo lugar, en la misma posición, boca contra boca con las manos posadas sobre la cintura de la otra, en tercer lugar, dándose un beso con lengua y acariciándose mutuamente, a continuación os acostáis seguís besándoos lo mas apasionadamente, con lengua y acariciándose mutuamente el coño, las siguientes fotos las haré según vayáis cambiando de postura, después de que os hayáis besando y acariciando durante un buen rato…tenéis que hacer de todo hasta tener un orgasmo cada una…”

Las dos me miran, comienzan a protestar

“nosotras no somos lesbianas”, “ni pensarlo, no me gusta”, “ni que fuéramos tortilleras”, “a mí lo que me gustan son los hombres…una buena polla…”

y así otros argumentos de la misma índole, yo les contesto que solo tienen que simular, que yo no creo que sean lesbianas, que es una actuación, que ellas son buenas actrices; no les convence mucho y María contesta “bueno, voy a hacerlo pero como una actuación, no me pidas que ponga pasión, a mi no me gustan las mujeres, aunque estén tan ricas como mi hermana…”

y su hermana “a mí no me gustan las mujeres tampoco, pero lo que me estabas haciendo hace un momento me ha gustado mucho, chupas y acaricias muy bien”

María sorprendida dice “¿Te ha gustado?” y se miran, se abrazan y comienzan a actuar.

Hago las primeras foto mientras se ríen, se colocan con todo el cuerpo pegado “venga, venga pega bien las tetas, y el vientre , el coño no lo podemos pegar, ya estamos muy pegadas como unas siamesas, ja, ja, ja..”.

Las siguientes, también entre risas igual rozando los labios, yo les digo que un poco entreabiertos y mas pegados, así lo hacen y se van poniendo más serias; la tercera serie la realizo después de decirles que

“ahora debéis demostrar lo buenas actrices que sois, besaros con pasión, metiendo lengua, comiendo los labios”, espero unos minutos, mientras ellas se animan mutuamente, entre risas primero, apasionadamente después, poniendo más intensidad cada vez, descomponiendo el cuadro, abrazándose y besándose con pasión.

La siguiente serie las realizo mientras las dos se abrazan, besan, acarician revuelcan con total intensidad, olvidando lo que fuera de su relación existe, mi mujer se pone sobre su hermana y la besa con pasión mientras le acaricia los pechos, luego se arrodilla entre las piernas de Marta y comienza a comerle el coño con delirio, Marta grita y gime como una endemoniada, pasados unos minutos atrae a su hermana hacia ella, la abraza y besa, la pone boca arriba y es ella la que ahora le come el coño a María, siendo esta la que ahora gime y grita. Mientras yo hago fotos y más fotos para mi colección erótica. Se ponen coño contra coño con las piernas abiertas, refregándose mientras se acarician las propias tetas.

Román que está como una moto se incorpora a la orgía y le mete la polla a María y comienza a follarla momentos después de que tenga un orgasmo producido por los chupetones y caricias de su hermana, esto hace que su temperatura suba algunos enteros extras, de la ya altísima temperatura que tenía momentos antes, Román le pone un cojín bajo el culo le levanta las piernas y la dobla sobre sí misma y la penetra hasta lo más profundo dándole, al entrar y salir con los testículos en el culo, María grita, se vuelve soez, su hermana le come las tetas mientras se acaricia su propia clítoris y tiene un precioso orgasmo, su hijo se corre dentro de María y los tres caen derrumbados, agotados, satisfechos, ellas han disfrutado como perras en celo.

He dejado la cámara, me he desnudado, he mandado a Román a la ducha y comienzo a follar con las dos, María me besa a mí y besa a su hermana, me chupa los pezones y se los chupa a su hermana, yo me he tendido en la cama y Marta me cabalga mientras mi mujer me besa y luego besa a su hermana, le como los pechos mientras ella se los come a Marta, me corro hasta agotar las últimas gotas de semen, las acuesto a las dos besando alternativamente a una y otra mientras con mis manos acaricio ambas clítoris y se corren al mismo tiempo, pero con menos intensidad que antes, me levanto y las dos hermanas acostadas se miran y se besan dulce pero intensamente.

Nos duchamos, vestimos y nos marchamos después de arreglar un poco el piso.

Antes de irnos les pregunto a las dos “¿vais a repetir la actuación de hoy?”, se miran y contestan “hoy hemos abierto una puerta que no es desagradable, no puedo negar que me ha gustado, pero creo que solo me gusta con ella…”

Marta dice “a lo mejor nos podemos ver alguna vez y hacer otra sesión fotográfica…o podemos ensayar para cuando la tengamos que hacer…”

María ríe y comenta “eso es cosa nuestra, ya hablaremos entre nosotras, lo mejor es que primero ensayemos y luego le avisamos cuando creamos que nos sale bien, bien…,a mi me encantaría ensayar de vez en cuando pero nosotras solas, ja, ja, ja,…”

Todos nos reímos y les digo “lesbianillas…”

Estas historias son hechos reales, ellas son así, me gustaría saber si hay mucha gente igual.

Creo que las relaciones sexuales ocultas se dan con las personas más cercanas, madres/padres, hijas/hijos, hermanos/hermanas, cuñados, sobrinos, compañeros de trabajo, con la gente que conoces y tienes contacto, todo se desencadena un día, en un momento, de pronto te das cuenta que esa persona te pone caliente, te atrae, que te gustaría follar con ella, si esa relación comienza, se rompen muchos tabús, se pasa una frontera de la que, normalmente, no se vuelve.

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