martes, 1 de agosto de 2017

Follando en familia

Esta historia sucedió cuando mi hermana Rosa empezó a decir que quería independizarse económicamente de mis padres, por lo que se buscó un trabajo en una discoteca de camarera y gogó, el cual estaba excelentemente pagado, ella tendría sobre dieciocho años, mediría sobre 1,70, tenía unos senos hermosos, un cuerpo delicioso, y alguna experiencia sexual. Yo solía ir mucho por allí, tenía mucha confianza con las compañeras de trabajo de ella, pues eran todas chicas, e incluso me llevaba bien con el jefe.
Cuando hablábamos, sus compañeras de discoteca avisaban a Rosa de que no era oro todo lo que relucía allí, que se movían muchas cosas que quizás no aguantaría, que el jefe Rafael se había acostado con muchas de las camareras y gogos que habían pasado por su empresa, y con la que no lo había conseguido le había rescindido el contrato. Mi hermana Rosa repetía hasta la saciedad que ella no haría eso, que preferiría perder el trabajo.