A los pocos días de haber pasado un fin de semana con mi hijo en un hotel, una noche me llamó él por teléfono, me dijo que estaba cenando con su hermana y que me pedía permiso para contarle nuestra aventura sexual. Le dije que sí, pero que solo le contara lo nuestro, sin decirle nada de mis otras aventuras, que eso lo reservaba para decírselo yo personalmente a ella en alguna ocasión.
A la mañana siguiente, muy temprano vino mi hija a casa, yo estaba todavía acostada y se vino al dormitorio, se desnudó y se acostó conmigo. No le di importancia, porque eso lo hacía con cierta frecuencia, las dos desnudas en la cama, contándonos nuestras cosas, pero sin apenas tocarnos. Pero ese día se le notaba algo diferente, la veía muy contenta y nerviosa a la vez, claro….con lo que su hermano le contó la noche anterior, era lógico.