sábado, 30 de diciembre de 2023

Mi hermana, su novio y una noche de verano

 Me encontraba apoyada sobre la barandilla del balcón. La calle estaba prácticamente desierta, tan solo algún transeúnte ocasional que avanzaba con prisa. A esas horas la mayoría de la gente se encontraba reunida cenando con sus familias. Lo habitual en nochebuena. Yo había salido un rato a tomar el aire. Llevábamos ya varias horas de reunión familiar y entre los gritos y conversaciones interminables, el ambiente cargado y el exceso de comida y bebida notaba que me estaba comenzando una punzada de dolor en la cabeza que probablemente acabaría en una buena migraña.

- ¿Qué tal va la cabeza? – preguntó una voz a mi espalda.

- Parecido – contesté reconociendo el tono dulce de mi hermana. – Para estar acabando el año no es que haga demasiado fresco aquí fuera.

- Toma, a ver si esto te ayuda – me dijo entregándome un vaso de agua con algo disuelto.

- ¿Y esto? – pregunté mientras cogía el vaso.

- Lo que he encontrado en el botiquín de mamá.

- Gracias, Mónica – dije mientras me bebía el contenido en un par de tragos largos.

viernes, 29 de diciembre de 2023

Nos visita la mejor amiga de mi novia

 Me miré al espejo y mi melena pelirroja destacaba cayendo sobre el blanco de la blusa que me había puesto. Estaba comprobando el estado de mi falda negra cuando llamaron al timbre. Era la última hora de la tarde del viernes y mi novio Jose llevaba toda la tarde cocinando. Me dirigí a la puerta y al abrir lo primero que vi fue la sonrisa de Carla, la mejor amiga de Jose.

Carla llevaba los últimos meses viviendo fuera de la ciudad por motivos de trabajo y aun no había podido visitarnos y ver el piso que nos habíamos comprado hacía poco. Pero este fin de semana había conseguido tenerlo libre y decidió pasarlo con nosotros, así podíamos enseñarle la casa y ponernos al día. Jose echaba de menos ver a su amiga y contarse las novedades. Aunque se escriben a diario no es lo mismo que verse mientras se toman unas cervezas después de salir del trabajo.

Su sonrisa siempre ha sido contagiosa y se la devolví nada más verla mientras me acercaba a ella a darle dos besos.

martes, 26 de diciembre de 2023

Mi semana en las montañas con Laura

 Me presento: Mi nombre es David y soy una persona cualquiera como puedas ser tu. Estudio económicas en la Universidad de Barcelona y se podría decir que soy uno más del montón, no destaco ni por lo bueno ni por lo malo. Como cualquiera, tengo mi circulo de amigos y he tenido mis ligues, pero nunca he vivido una situación especialmente interesante en el ámbito sexual, o al menos fue así hasta la semana pasada...

Para que lo entendáis perfectamente tengo que remontarme un poco, a cuando comencé en la universidad. Estaba decidido a mejorar un poco mi forma física, así que me apunté al gimnasio del campus. Correr en la cinta no me desagradaba, pero mi cuerpo necesitaba algo más, y la oportunidad se presentó en forma de cartel en los vestuarios:

NUEVO CLUB DE SENDERISMO

INSCRIPCIÓN GRATUITA HASTA COMPLETAR AFORO

(PREGUNTAR EN RECEPCIÓN)

el reloj que congelaba el tiempo

 Buenas a todos, me presento: mi nombre es Mario. Nunca me he considerado una persona que crea en lo fantástico o lo sobrenatural. Sinceramente, todo eso de los fantasmas, alienígenas y esas estupideces siempre me han parecido una chorrada inventada por alguien desesperado por conseguir sus cinco minutos de fama en la tele. Pero bueno, supongo que todo el mundo puede cambiar de opinión, y a mi eso me sucedió cuando encontramos ese extraño reloj.

 

Era una tarde tormentosa de octubre. Vivo en un pequeño pueblo costero, ya os podéis imaginar: casa unifamiliares, todo muy verde y sobre todo mucha humedad. Casi siempre estaba lloviendo y esa tarde no era una excepción, así que en lugar de salir por ahí, Claudia y yo nos quedamos en su casa viendo una peli tras salir del instituto.

Noche universitaria con mis dos amigas

 ¿Alguna vez habéis vivido una de esas experiencias que os cambian la vida? Puede ser un viaje al extranjero, abrir tu propio negocio, independizarte... hay mil opciones. La experiencia que cambió mi vida llegó en lo que parecía que iba a ser un jueves como otro cualquiera. Sin embargo, para que entendáis mi historia tengo que retroceder unos cuantos años.

 

Siempre he sido un chico muy callado, pero el primer día de clase en la universidad comencé una amistad que perdura hasta el día de hoy. Desde la facultad de derecho nos habían mandado un e-mail en el que nos informaban de que dos horas antes del inicio de las clases unos alumnos de último curso nos harían un tour por el campus y ahí que me apunté.

 

una buena amiga

 El teléfono comenzó a sonar con estridencia y lo cogí lo más rápido posible, no fuera a caerse de la mesa. Cuando lo tomé, vi en la pantallita quien me estaba llamando. Era ella, Ángela. Decidí descolgar.

—¿Que pasa Angie? —pregunté enseguida.

—Pues aquí, Jesús, aburrida —me dijo con tono apagado—. Además, hace un calor de mierda tremendo.

—Ni que lo digas —repuse yo—. Mira que son las diez de la mañana y estoy pensando en poner el aire.

—Por eso mismo, te quería preguntar si te apetecía venir a la playa conmigo.

mi hermana y la paja (11-15)

11.

- ¿Qué buscas exactamente? – Me preguntó Laura.

- A alguien sé que parezca a mamá -  Le respondí

-¿Para qué?  -

- Puesss.. nose. Me apetece.

- ¿Para hacer lo mismo conmigo? ¿Para ver sus videos porno y hacerte pajas? – Dijo levantando una ceja

- Puede ser….

- Aun te sigues haciendo pajas?

- Claro, las pajas son sagradas, por lo menos una al día.

Mi hermana y la paja (6-10)

6.


 - Venga, salte de ahí, no me gusta eso – Me dijo mi hermana mientras me daba golpecitos en la cabeza par que me apartara.

- Pero como no te va a gustar? – Le pregunté sorprendido – ¿Tan mal lo hago?

- No es eso, es que no me gusta que me lo hagan, nose, no me gusta.

- Eres muy rara – Le dije a la vez que quitaba mi cabeza de entre sus piernas tras haberle metido un lengüetazo a su coño. – ¿Me cortas un poco el royo sabes?

- No es mi culpa, no me gusta y punto – Cerró las piernas y se giró tapando su tetas con sus brazos.

- ¿Estas bien? – Le pregunté a la vez que me acomodaba a su lado tumbándome en su cama.

Mi hermana y la paja (1-5)

1

 - ¿No te cansas de estar dándole al manubrio siempre? –

Me sobresalté al oír la voz de mi hermana.

- No, nunca me canso. – Dije al fin tras apartar la vista del monitor del ordenador y dirime a ella que se encontraba apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

- Siempre estas con las putas pajas, a ver si te echas novia de una puta v… ¿Pero qué cojones estas mirando?

- ¿Acaso no te gusta? – Me reí a carcajadas

- Pero esto… - Se acercó con cara de asco hasta quedarse a mi lado  - ¿Eso que mierdas es tío?

- Esto es una …

lunes, 11 de diciembre de 2023

Paja en la playa de Vinaroz

 Me encanta el nudismo. Empecé hace unos siete años, con veinticuatro o veinticinco. Primero en ríos o pantanos, donde no había gente. Por aquel entonces tenía una novia a la que le horrorizaba esta cuestión. Por suerte (tanto en lo relacionado con mi afición, como en todo lo demás), ya no estoy con ella. En estos años me he desnudado en muchos sitios, pero donde más se disfruta es en la playa. Y si ésta es nudista, con todo el mundo haciendo lo mismo, mucho mejor. Los que lo practican sabrán de qué hablo.

El caso es que tengo un apartamento en la playa, en Vinaroz, provincia de Castellón. Está relativamente cerca del Delta del Ebro, donde hay playas inmensas en las que estar a tus anchas. Pero hay que coger el coche y conducir una hora o así, y es un poco coñazo.

Por eso, lo que me interesa es buscar sitios cercanos, a los que llegar en pocos minutos y andando, si es posible. Muy pegada al pueblo, hay una playa calificada como nudista, con cartel y todo. Y allí he ido alguna vez; pero la evito porque van muchos viejos mirones y no es agradable. Mi propósito era encontrar una más aislada, en la que haya más privacidad.

Swing Brothers

         A Maite.

        La verdad es que no puedo más. La culpa y el remordimiento me reconcomen. Escribiendo lo que siento me siento algo mejor, pero en cuanto dejo el teclado el arrepentimiento vuelve a caer sobre mí como la lluvia fría.

        Apenas han pasado ocho meses, pero tengo la impresión de que han transcurrido ocho años. Todo se ha precipitado de tal manera, y ha sido tan intenso…

        Para comenzar por el principio de esta historia, hay que remontarse a principios del verano pasado. Me notificaron en mi trabajo el calendario que iba a llevar en los meses estivales, y aunque me lo esperaba, no dejé de maldecir mi suerte: todo julio y agosto pringando. Sólo tenía libre el puente de la Virgen. De manera que programé con mi mujer irnos a algún sitio ese fin de semana largo.

domingo, 10 de diciembre de 2023

Mi fan, mi puta

 Escribo porque me gusta. No sólo relatos eróticos, también otras cosas. Además, debido a mi trabajo, muchas veces tengo que contar historias por escrito. Lo hago tanto por devoción como por obligación.


Lo de los relatos eróticos surge como una consecuencia natural: al unir dos grandes aficiones, la escritura y el sexo. Pero nunca hubiera pensado que nadie se quisiera comunicar conmigo, más allá de los comentarios que de vez en cuando se dejan en cada relato. Ni en los primeros que mandé en una “primera etapa”, hace años, ni ahora.

La Joven MIriam

 Llevaba dos esa noche. Algo escasa, para ser un jueves. Esos días siempre viene algún director de banco, que finge estar en una reunión hasta tarde; o algún ejecutivo, con parecidas excusas para su mujer. Y algún estudiante que ahorra varias semanas para venir a verme. Pero últimamente la cosa flojeaba, incluso para mí, que tengo tarifas de lujo y en esos precios se nota menos la crisis. El caso es que acababa de chupársela a Laureano, un ingeniero que siempre alargaba la hora de volver a casa, para estar menos rato con su esposa. Como viene todas las semanas al menos una vez, le había regalado una mamada extra después de follármelo. Es un detalle que tengo con algunos habituales: en la prostitución, como en todo, también hay márketing. En realidad, más que la felación, le había regalado media hora; como decía, siempre posterga el momento de regresar al hogar.

Ya había acabado con él y quería irme a casa. Me metí en la ducha de mi baño (todas habitaciones del piso cuentan con baño propio), y me aseé. Apenas salía de la ducha, cuando entró sin llamar Verónica, la madame del piso y quien dirige el business. Vero es mi amiga desde que comenzamos Veterinaria, hace más de siete años. Ahora tenemos veinticinco. Al poco de empezar la carrera, Vero decidió meterse en el negocio para costearse los gastos. Entonces era novata y cobraba poco; pero ahora tiene un nombre y sus precios son altos. Terminó los estudios aunque nunca ha ejercido como veterinaria. Con el cuerpazo de morena que tiene, no le ha hecho falta.