El último verano con Lorena su madre nos invitó a su casa en Málaga. Como yo ya veía signos de fatiga en la relación decidí que me iba a ir por lo alto con mi exhibicionismo. Y vaya que si lo conseguí, prácticamente conseguí permiso de su madre para pasearme desnudo por las mañanas pese a la hinchazón más que evidente de mi rabo.
La familia de Lorena tenía una casa en Torremolinos cerca de la playa, y la madre pues nos invitó porque además tenía ganas de conocerme en persona. Lorena le había enseñado fotos mías y ella siempre decía que era “muy guapo, muy apuesto”, etc.