lunes, 13 de octubre de 2014

Buscando trabajo (5 partes)

Mi nombre es Carlos, resido en Madrid, cerca del Corte Inglés de Princesa. Tengo 49 años, felizmente casado desde hace 21 años y con una hija que hace 2 años ha acabado su carrera y hoy es consejera delegada en una importante empresa aquí en Madrid. De mi vida no me puedo quejar, un buen piso, siempre hemos ido de vacaciones donde hemos querido, en definitiva, un buen nivel de vida gracias a mi trabajo.

Hace aproximadamente un mes y medio anunciaron que habría recortes en la empresa. Todos pensamos que la crisis afecta a otros, pero poco a poco nos toca a todos y ahora toca en nuestra empresa. De todos modos yo tenía seguro que no tendría problemas. Llevo 16 años en la empresa y tengo un cargo muy alto, con lo que estaba seguro de que no me afectaría.



2 semanas después del anuncio de recortes, sonó el teléfono de mi despacho, era el director. Me solicitó que fuera a su despacho. No le di importancia, pues nos vemos todas las semanas unas cuantas veces. Llegué hasta el despacho y avisé mediante su secretaria que ya estaba aquí. Un par de bromas con Merce y a los 5 minutos me hizo pasar. Se levantó, me dio un apretón de manos y me invitó a sentarme. Durante 10 minutos me hizo las mayores alabanzas que había oído en mi vida en esta empresa, de modo que pensé en posible ascenso o incluso que despedirían algún compañero y debería tener el doble de trabajo…

-  ….Debemos hacer recorte de personal, supongo que la sabías – me comentaba el director – hay veces que hay que tomar decisiones muy complicadas y posiblemente esta es la peor de todas, pero el consejo de administración me ha comunicado que debemos prescindir de tus servicios…

En ese momento mi vista se nubló y mis oídos dejaron de escuchar. El director seguía hablando, pues sus labios seguían en movimiento, pero yo era incapaz de seguir su conversación…se levantó…me levanté…me dio un apretón de manos…y me fui.

Decidí irme a casa. El camino en metro fue horrible, no era capaz de nada, me sentí hundir, que mi vida se había ido de un plumazo. Me bajé en la estación, y fui caminando hasta casa. Me costaba caminar, poco a poco llegué al portal de casa, saqué a llave, abrí. Ni tan siquiera recogí el correo, fui al ascensor y subí a mi piso. Delante de la puerta de mi casa me detuve…..cómo se lo diría…Mi mujer y yo vivíamos solos y nos contábamos todo sin problemas, nunca hemos tenido secretos…como iba hacer?

Entré en casa, mi mujer, viendo que llegaba antes de hora…

-          ¿ Sucedió algo? – me preguntó inquieta

En ese momento no pude contener la mirada a mi mujer, bajé la vista y comencé a llorar… entre sollozos le pude decir que me habían echado. Ella me abrazó, me besó e intentó animarme. Nos fuimos juntos al salón y estuvimos hablando un buen rato.

Casi una hora después sonó el abrir de la puerta de casa y apareció mi hija. Con el problema mío, apenas nos acordamos que hoy venía a comer mi hija a casa, como todos los martes. Nos vio y preguntó

-  ¿ Ha pasado algo grave? – su cara demostraba cierta preocupación

-  A tu padre lo han despedido… – dijo mi mujer- recortes de personal.

Mi hija se acercó a mi y dándome un gran abrazo me regaló un beso que me animó un poco, veía poco a mi hija y cada detalle de su cariño me era un regalo muy especial.

Nos sentamos a comer y antes de servir el postre a mi mujer se le iluminó la cara,

-  Hija, tu trabajas en una importante empresa y con un buen puesto… – se quedó pensando a ver si adivinábamos- ¿ no podrías buscarle algo a tu padre?

Yo me quedé un poco parado, y mi hija quedó pensativa, fue un momento incómodo de silencio…hasta que mi hija abrió la boca.

-                    Bueno… – iba comentando – el caso es que si. La empresa está buscando una persona para un departamento de facturación para clientes en el extranjero…

Tras una larga charla me decidí a enviar el currículo por medio de mi hija, de todos modos tenía poco que perder y bueno mi hija me podía echar un cable.

Dos semanas después recibí la carta para la entrevista. Fue el mismo día de la semana que mi hija vino a comer a casa. Entró en casa y me saludó…

-  Buenos días hija – la saludé con una gran sonrisa – hoy he recibido esto..

-   Ya lo sé, Papa – lo dijo con un tono…negativo?

-  ¿ Qué sucede?- preguntó mi mujer

-  Soy yo quien hace la entrevista – hablo con cierta rabia mi hija- y no me hace mucha ilusión, porque si mi padre es el mejor y le adjudico el puesto, pues pensarán que lo dí porque es mi padre, a la vez que bueno…me costaría mucho dejar a mi padre en la estacada si no digo que es él…

Le eché un cable…

-  Tranquila, quiero ser uno mas,vale? Pasaré todas las pruebas y si no soy apto, no hay problema, eres una profesional y yo también

Ella se relajó bastante al oír mis palabras con lo que nos dispusimos a comer. Me estuvo comentando las partes de la entrevista, el tiempo, cuantos candidatos somos… Me dijo que ella había seleccionado a los candidatos y ahora le tocaba escoger al que debería ocupar ese puesto.

Fuimos juntos hasta su empresa, ella entraba a las tres y media de la tarde y la entrevista empezaba a las 4 de la tarde. Esperé en la sala y éramos 5 personas, tal y como me dijo ella. Los otros cuatro eran 3 chicos y una chica, todos mas jóvenes que yo y se les veía bastante nerviosos.

Fueron entrando uno a uno y aproximadamente eran uno 45 minutos por entrevista. Todos salían sudando de los nervios, se veía que era una prueba muy dura. Finalmente y tras la espera eterna, una chica, supongo que su secretaria, salió y me nombró para entrase al despacho. Allí entré, mi hija ojeaba los curriculums junto a su secretaria.

-  Aquí tienes a tu padre- comentó la secretaria- se buena…

-  No – respondí yo – aquí soy una persona que busca un trabajo, quiero hacer las pruebas como los demás y si valgo…

Comenzamos las pruebas, la primera parte constaba de un test oral sobre hipotéticas situaciones laborales, durante media hora me estuvieron asediando con preguntas, era claro que no me hacían como si fuera su padre, cosa que me enorgulleció al comprobar la profesionalidad de mi hija.

Al acabar la primera parte, ambas estuvieron hablando un buen rato. Las podía oír a duras penas. Según lo que sentí la secretaria me decía que no era necesaria pasar la última prueba, y mi hija medio asentía.

-  Perdonen – me miraron – yo quiero pasar esa última prueba, quiero ser como los demás.

Mi hija suspiró y le dio orden a su secretaria de seguir con la entrevista. La secretaria se levantó y me pidió que me pusiera en pie. Yo acepté gustosamente. Lentamente me rodeo, me observaba y mi hija observaba la situación. Yo anda un poco perdido. La secretaria, una morena muy guapa, de unos enormes ojos marrones muy oscuros y con ciertos rasgos sudamericanos, se quedó inmóvil delante de mi, me sonrió, me cogió un mano…me estiró un dedo…y poco a poco se lo fue llevando a su boca…para ir chupándolo muy despacio…

Mi hija contemplaba el momento…se la veía muy seria, a la expectativa. La secretaria…empezó a desabrocharse un par de botones de su camisa, mientras seguía con mi dedo en su boca…dos pequeños pechos, redondos y blancos se empezaban a ver tras esa camisa azul marino…sacó mi dedo de su boca y empezó a bajar mi dedo hasta sus pechos…lo pasó por encima del sujetador…

Mientras tanto, con la otra mano, empezó a acariciarme por encima de la entrepierna, poco a poco empecé a excitarme, y ella empezó a notar mi bulto bajo el pantalón, pues cada vez apretaba mas donde notaba mi polla que seguía creciendo.

Volví a mirar a mi hija, la cual se había recostado en su asiento y se la veía con un cierto brillo en los ojos, y su boca estaba medio abierta, estaba excitada!!??

Yo estaba mirando a mi hija….ella me miraba a mi…y noté que la cremallera de mi pantalón empezaba a bajar…mi dedo ya no tocaba los pechos y que la secretaria, de rodillas, se disponía a sacar mi polla…

-  ¿ Qué es esto Alejandra? – pregunté con cierto asombro.

-  Tu quisiste pasar todas las pruebas – respondió con ciertos aires de superioridad

-  Pero…

No pude seguir mi frase…mi polla se perdía dentro de la boca de la secretaria, se llenaba de saliva, a la vez que con sus manos me masturbaba lentamente…no era capaz a decir una sola palabra…la mamada era de escándalo y su mirada directa a mis ojos…tuve un momento en que las piernas me temblaban y estuve apunto de caerme. Chupaba con ansia…volví la mirada a mi hija y sus manos desaparecían bajo su mesa…y dejaba libres pequeños gemidos…se estaba tocando viendo como su secretaria le comía la polla a su padre…La situación me pareció grotesca…

En un arrebato de conciencia di un paso atrás y aparté a la chica de mi,

-                    No podéis hacerme esto… – grité desesperado-

Mi hija se levantó de su silla…se subió las bragas muy despacio…se acercó a nosotros…sonriéndome le hizo una mueca a su secretaria, la cual se puso en pie y se fundieron en un beso, apretándose la una contra la otra…mi polla seguía tiesa por el momento…

Me metí la polla en mi pantalón, y salí corriendo de aquel despacho… Al llegar a casa mi mujer me preguntó que tal la entrevista, apenas la contesté, le dije que ahora tocaba esperar.

Sonó el teléfono, mi mujer contestó y al colgar vino toda contenta al salón, donde yo no hacía mas que recordar lo que me había pasado…

-                    Era Alejandra – me exalté un poco- dijo que venía esta noche a cenar.

¿ Qué querría ahora? ¿ Me pediría excusas? ¿ querría que no comentara nada?

Esperé con ciertos nervios e impaciencia la hora de la cena. La hora de quedar era las 9 y poco antes llegó mi hija. Llegó con la misma ropa que tenía durante la entrevista. Se acomodó en el salón mientras mi mujer seguía con la cena. Iba abrir la boca cuando me cortó de modo brusco,

-                    Mira papa – subió su falda y abrió las piernas, mostrándome su coño absolutamente rasurado, con un diminuto piercing…y obviamente sin ropa interior…- si quieres el trabajo, deberás volver a pasar la entrevista, tú quisiste pasar todas las pruebas…y asi fue. Mañana a las cuatro de la tarde tienes la segunda entrevista…tu verás.

Tras la cena ella marchó y yo me fui a la cama, donde apenas pegué ojos…que iba hacer? Necesitaba el trabajo… Intentaría hablar con ella y razonar…es mi hija..seguro que me entiendes…

Pasó la mañana, apenas sin hablar, era incapaz de pensar en otra cosa, buscaba las palabras perfectas para decirle a mi hija…Apenas comí, mi mujer se extraño, pero yo le dije que eran los nervios por haber pasado a la segunda fase de la selección…Las tres de la tarde…salí de casa…

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Llegué al edificio de la empresa de mi hija y, tras respirar hondo, me adentré. Mi valentía poco a poco se iba disipando, cada paso que daba sentía la necesidad de dar media vuelta y no seguir, mantendría oculto lo sucedido…pero seguía caminando, necesitaba el trabajo, pero también necesitaba aclarar lo ocurrido. Nunca hubiera imaginado lo perversa que podía ser mi hija.

Cogí el ascensor, marqué el piso de destino y esperé que las puertas se cerrasen. Iba sólo en el ascensor…empezó a subir…primer piso…segundo piso. Se paró el ascensor, se abrieron las puertas…y apareció tras ellas la secretaria de mi hija, me miró fijamente, entró en el ascensor y se puso a mi lado.

-          Buenos días – me dijo muy friamente

-          Buenos días – respondí de manera educada – voy a…

-          Si, a la entrevista… – me cortó de modo que me quedé sin habla.

El ascensor subía lentamente, o al menos a mi me parecía el ascensor mas lento del mundo, los pisos marcados en una pantalla encima de la puerta parecían no andar… Se respiraba un ambiente tenso.

Finalmente el ascensor llegó a la planta. Ambos fuimos a la misma zona y yo me senté en la sala de espera. La secretaria de mi hija entró en el despacho y cerró la puerta. Tras unos 10 minutos, la puerta nuevamente se abrió, salió mi hija, se acercó a mi y dándome dos besos me invitó a pasar al despacho. Creo que era signo inequívoco de que mi hija me pedía perdón y mas el salir a buscarme era un signo de respeto y cordialidad. Me tranquilicé, todo sería mucho más sencillo.

Me levanté con una sonrisa evidente y la acompañé dentro del despacho. Ahí estaba su secretaria, sentada en uno de los sillones, muy seria.

-          El otro día no hicimos las presentaciones – comenzó hablando Alejandra mientras cerraba la puerta- te presento a mi secretaria Sandra.

Ambos asentimos con la cabeza esgrimiendo una pequeña mueca de aprobación. Cada vez tenía mayor sensación de que aquello sería mucho mas sencillo. Me quedé en pie, mi hija se sentó en su mesa y me invitó a sentarme. Yo en un primer momento decliné la invitación, quería hablar,

-          Permítanme unas palabras antes de empezar la entrevista – comencé serio, rotundo, sin nervios – Lo sucedido ayer y a lo cual creo que no debo mencionar, en mi modo de pensar ha sido un error. Creo que dos chicas jóvenes han visto en sus manos un poder rotundo, el cual han aprovechado con cierto ímpetu.

La cara de atención me transmitía cada vez mas seguridad, no obstante yo fui un directivo importante en mi empresa y estos tiempos los manejo muy bien, aparte que está claro que ellas saben que escogieron a la persona equivocada. Continue…

-          Voy a intentar no dar importancia a lo ocurrido, y, aunque no espero una disculpa formal, si espero obtener las mismas oportunidades que el resto de entrevistados.

Dicho esto, tomé asiento, muy a gusto conmigo mismo, sabiendo que había hecho lo correcto y que ahora, de verdad, empezaba mi carrera por el ansiado puesto de trabajo. Mi hija se quedó pensativa un rato importante, Sandra, la secretaria la miraba de reojo, esperando su deliberación. Estaba claro que no tenían nada acordado entre ellas o bien no esperaban mi discurso.

-          Bien – empezó hablando – es cierto que la situación del otro día fue un poco surrealista. Es por ello que te pedimos perdón. También es cierto que comentaste que querías el mismo trato que los demas…pero seguramente todo fue un gran error.

Se levantó de su asiento, y se dirigió a un pequeño armarito. Lo abrió y descubrí que era un minibar. Sacó tres vasos, ella se sirvió un whisky solo con hielo, en otro vaso sirvió ron…

-          ¿ Un whisky papa? – me preguntó – se que te gusta, no te preocupes, es por relajar un poco el momento y hablar con tranquilidad.

-          Está bien, pero ponme 3 piedras.

La situación parecía absolutamente controlada, sin problemas. Se acercó con el vaso y me lo dio. Sandra la secretaria se fue un momento del despacho, supongo que tendría trabajo o algo pendiente. Mi hija se sentó frente a mi, encima de su mesa, con media sonrisa. Estaba realmente preciosa, unos zapatos de tacón alto, unas medias transparentes que se perdían por debajo de su falda azul marino que le llegaba hasta las rodillas. Una camisa blanca que en ciertos movimientos traslucía un sujetador morado. Bebía a pequeños sorbos…Volvimos a tener un silencio incómodo.

-          Mi secretaria ha ido a por el test – hablaba mientras saboreaba el estupendo whisky que se había servido.

Estuvimos esperando por la secretaria como media hora, mientras tanto conversábamos sobre temas varios y seguíamos bebiendo. He de decir que el whisky era de los mejores que había probado. Fui notando que mi hija se estaba poniendo un poco contenta, y que se iba riendo cada vez mas.

Pasado un tiempo, escuché los pasos de tacón detrás de mi, debía ser la secretaria que regresaba con el test…En un momento noto que coge mi mano y me ata con una esposa a la silla, yo intento levantarme y mi hija se abalanza encima de mi y entre ambas me aprisionan la otra mano. No podía levantarme. Me ataron los pies…¿ Qué sucedía? ¿ MI hija y su secretaria me habían secuestrado? Empecé a gritar..

-          Socorro – gritaba desesperado

-          Tápale la boca – ordenó la secretaria a mi hija

-          Un poco de silencio…papa – me dijo mi hija con voz angelical.

Una vez atado de pies y manos y con la boca tapada, ambas se pusieron delante de mi. Me observaron detenidamente. La secretaria buscó una silla, se colocó con la suficiente panorámica para ver la imagen al completo…suspiró.

-          Desabróchate la camisa – ordenó con voz de sargento

Mi hija empezó a desabrocharse el primer boton de arriba de la camisa…el segundo…lo hacía muy lento, como intentando seducirme. Al desabrochar el botón central, pude observar el sujetador azul marino, que tapaba los pechos que se apreciaban lindos de mi hija Alejandra. Continuó desabrochándose hasta dejar parte de su cuerpo al desnudo… Podía observar que mi hija tenía un pequeño piercing en el ombligo.

La secretaria se levantó pausadamente, se colocó al lado de ella y subió una de sus manos hasta los pechos de mi hija, que se mantenía con la camisa abierta. Empezó a acariciar por encima del sujetador, acariciaba de modo muy suave. Subió la mano y agarrándola por el cuello la besó, entrelazando sus lenguas, saboreándose la una a la otra. Mi hija mantenía las manos abajo, era absolutamente dominada por su propia secretaria. Seguían besándose…en un momento las manos de Sandra, la secretaria, volvieron a los pechos de mi hija y esta vez sus caricias no eran suaves, sino bruscas, apretando…mi hija gemía casi en silencio…. En ese momento, dejaron de besarse y los ojos de la secretaria se voltearon hacia mi, mientras no quitaba sus manos de los pechos.

-          Vaya… a tu padre le ha gustado… – dijo mientras con su lengua humedecía sus labios…

Tan paralizado me dejó aquel momento que no me había percatado que en mi pantalón se evidenciaba un bulto. Era una situación, que pese a que no estaba cómodo, era muy excitante. Mi cabeza pensaba que aquello era denigrante…pero mi polla no opinaba lo mismo…

Sandra dejó de tocar a mi hija y lentamente se fue acercando a mi…me dio un beso en la frente, se sentó en el suelo, a mi lado. Sus manos se posaron sobre mi entrepierna y empezaron un masaje suave, como hace un momento en los pechos de mi hija…

-          Quítate la camisa! – estaba claro quien dominaba…

Mi hija empezó a deshacerse de su camisa…yo notaba las manos de Sandra por encima de mi pantalón, acariciando suavemente y mezclando con pequeños apretones que marcaban mi paquete en el pantalón. Noté una cierta humedad…bajé mis ojos y podía ver que Sandra me lamía mi pene por encima del pantalón, dejando restos de saliva…me miraba a los ojos, quería excitarme…a mi me costaba asimilar aquel momento…

-          El sujetador!! – gritó  a mi hija…

Mi hija llevo sus manos a su espalda…me sonrió y lentamente dejó caer su sujetador morado…dejando a la vista dos pechos redondos, blancos, perfectos, ni muy grandes ni muy pequeños…ella me sonrió. Tenía los pezones totalmente tiesos, y ella estaba absolutamente excitada…La humedad de los lametones de Sandra la empecé a sentir en mi polla…cosa que si me excitó sobremanera.

-          Tócate los pechos…- seguía dando ordenes.

Alejandra empezó a amasarse sus pechos, retorciendo sus pezones, subía sus pechos hasta su lengua, que la estiraba lo posible para lamerse a si misma…gemía, cada vez le era mas difícil disimular…

Noté que la cremallera de mi pantalón bajaba…y una mano se adentraba buscando el tesoro…apartó mis calzoncillos…y sacó fuera mi polla…Sandra, empezó a masturbarme muy lento y con su cara tan cerca que podía sentir su aliento en mi polla. Cada vez me estaba excitando mas… Mi hija tenía los ojos cerrados mientras se seguía tocando..cada vez con mas ansia, pero sus manos no se despegaban de sus pechos, tal y como había sido ordenada…

Comencé a notar una humedad intensa en mi polla, Sandra me había escupido y acercándose lentamente, sacó su lengua, húmeda…y se posó en el tronco de mi polla, comenzando a subir muy lento, impregnando mi polla de su saliva…cuando llegó al capullo, abrió aún mas su boca y de un golpe se la metió entera, casi se atraganta debido a la velocidad con la que se la metió. De los bordes de sus labios salía saliva sin parar, el ritmo era frenético…MI hija seguía con su baile desnuda de cuerpo hacia arriba…

Empecé a gemir, aunque no como quisiera debido a que mi boca estaba tapada, mi goce no era completo…Sandra seguía con un ritmo infernal…

-          Córrete cabrón!! – me gritó, nunca en mi vida me habían insultado…

Comencé a tener espasmos, mi corrida era inminente…no podía aguantar mas, intenté hacer un gesto para avisar de mi corrida…Sandra, dándose cuenta…aumentó el ritmo…

Comencé a bombear dentro de su boca, ella seguía mamando sin piedad…se tragaba cada gota…Cuando ya no salía nada mas de dentro de mi…sacó mi polla de su boca y comenzó a lamérmela para no dejar nada…finos hilos de semen salían de su boca…se levantó y se acercó a mi hija…dándole un beso en toda la boca…compartiendo mi semen con ella…el semen de su padre.

Yo asistía mirando fijamente como se besaban…como se tocaban…como degustaban mi semen…

-          ¿ Te gusta? – preguntó Sandra

-          Si…- contestó mi hija timidamente.

Sandra cogió de la mano a mi hija..la acercó a mi…ella solo podia ver a su padre atado de pies y manos, con la boca tapada y con la polla fuera del pantalón, toda pringosa por la mezcla de semen y saliva…mi hija aún se relamía…

-          Cómesela…

Esa orden de Sandra me hico estremecer, se atrevería mi hija a chuparme la polla por orden de otra mujer? Mi hija me miró… sonrió…

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Alejandra se arrodilló antes mi, me miro fríamente a los ojos, apoyó sus manos en mis rodillas. Sandra, su secretaria, se hizo a un lado, siempre con una visión perfecta. Mi hija me seguía mirando fijamente, sus manos apretaron contra mis rodillas, podía sentir sus uñas casi atravesando mi pantalón. Se elevó un poco y me dio un beso en la cinta que me tapaba la boca…

-         No te he dicho que lo beses – le dijo Sandra

Y diciendo esto le pegó una cachetada en el culo…a lo que mi hija respondió con ligero gemido, entre el placer y el dolor, como el sumiso que sabe que ha hecho algo que no debía y al recibir su castigo lo disfruta porque siente que quiere a su amo. Mi hija estaba poseída por su propia secretaria, no era capaz de hacer algo, la acción mas insignificante sin que su ama se lo ordenase.

Volvió a su posición de rodillas frente a mi, con sus manos apretando mis rodillas, volvió su mirada fija a mis ojos. Lentamente su cabeza empezó a dirigirse hacia mi pringosa polla…no apartaba su mirada de la mía…siguió bajando…Se detuvo a escasos centímetros, podía notar su aliento…abrió su boca y mi polla, que estaba en estado de coma, desapareció, yo solo pude dar a la cabeza hacia atrás. Notaba como su lengua jugaba dentro de su boca con mi polla…empezó a chupar…Mi polla quería empezar a despertar…yo intentaba contenerme, ¿ cómo podía excitarme con mi hija?

Alejandra siguió con su ritual…Sacó mi polla de su boca y la escupió…volvió acercarse y con la lengua lubricó de su saliva mi ya vivo miembro, el cual poco a poco iba mostrándose más poderoso…

-         Parece que a papaíto le gusta que se la chupe la nena… – dijo Sandra con voz un tanto crecida.

En ese momento mi hija ya estaba absolutamente implicada en mamar mi verga, que ya estaba absolutamente tiesa, marcando sus venas. Alejandra chupaba con ansia, para ella ya no existía nada mas que mi polla.

Sandra se levantó, se acercó a mi y me susurrándome me dijo…

-         Nunca le vi chupar una polla con tanta devoción…se nota que te quiere…

Me dio un beso en la mejilla y me quitó muy lentamente la cinta que protegía mi boca, de modo y manera que si quisiera podría gritar. Pero la situación me envolvía y era incapaz de pedir auxilio.

-         ¿ Te gusta? – Sandra me preguntó en el oido, mientras me pasaba su lengua.

Yo no respondí, cualquier respuesta hubiera tenido un desenlace extremo…A los pocos instantes, con su mano derecha me dio un cachete en la cara…

-         ¿¿¡¡ Estas sordo!!?? – me gritó – ¡ Quiero que me respondas!

La miré fijamente a los ojos, no tenía escapatoria. Si le decía que si…me estaría negando a mi poder como padre y persona adulta, a la par que derribaba todos aquellos valores que me habían inculcado de pequeño y que siempre defendí y respeté…Pero si le digo que no, no sabría las consecuencias de esa respuesta.

Mientras tanto, mi hija parecía ajena aquella situación y seguía saboreando mi falo, lo degustaba con pasión, lamiendo, chupando…desde mi tronco hasta la punta…todo…Sus manos agarradas a mis rodillas apretaban cada vez mas, podía sentir sus uñas y en ciertos momentos sentía daño, pero con una extraña mezcla de placer que incluso me excitaba sobremanera.

-         Si… – respondí con voz ténue

-         No te he oído – me pedía mi humillación

-         Si…- respondí con un tono mas claro

Me agarró del cuello con una mano…

-         ¡¡¡¡ Mas alto!!! ¿¿¡¡ Te gusta o no!!?? – me gritó

-          ¡¡¡¡SIIIIII!!! – le grité a la cara

No podía mas, tenía que gritarlo, aquella situación me estaba destrozando, pero a la vez me excitaba mas y necesitaba mas. No me reconocía a mi mismo.

Sandra sonrió, se apartó de mi, acarició a mi hija en el pelo y se fue hasta la mesa del despacho..se agachó…abrió un cajón y sacó una caja…Con ella en la mano se acercó nuevamente a nosotros….Abrió la caja y sacó lo que parecía un cinturón con un enorme falo de plástico…

Lentamente se quitó su camisa, y posteriormente su sujetador, dejando unos enormes pechos al aire. Me sonreía, yo era incapaz de hacer una mueca. Se bajó la falda verde que llevaba y pude observar que llevaba un minúsculo tanga rojo, que apenas dejaba libertad a la imaginación. Se abrochó alrededor de su cintura el aparato…se agachó…y con sus dos manos subió la falda de mi hija…dejando su culito a la vista…

-         Muy bien Alejandra  – con voz feliz – has sido buena y obediente…Me gusta cuando vienes sin ropa interior…

Diciendo esto, alargó una de sus manos y empezó a acariciar entre las piernas de mi hija…volvió a sacar su mano y se acercó a su boca y, sacando la lengua, saboreó.

-         Estas empapada…que puta eres, con tu propio padre – se relamía de gusto- y que rica sabes cuando te excitas…

Mi hija gemía. Sandra se acercó mas a ella, de rodillas…volvió a perder una de sus manos entre la piernas de Alejandra, y se notaba que movía la manos con mucha rapidez…mi hija esgrimió un gemido…se retorcía…por momento paraba de mamar, pues no podía…

Sandra se acercó un poco mas…con la otra mano cogió el falo de plástico…lo fue acercando…me miró, me sonrió…y me dijo…

-         Asi disfruta tu niña…

Y poco a poco, esa gran polla de plástico, atada al cinturón que tenía Sandra, se fue perdiendo en la entrepierna de mi hija…se la estaba follando!!

-         Aaahhhhh – mi hija se retorció violentamente.

-         Ya te has corrido?? – preguntó Sandra sarcásticamente – hay que ser puta..

Y diciendo esto empezó un bombeo rápido, sin pausa…se mezclaban los sonidos de los líquidos de su coño, que por el sonido se presumía muy húmedo. Se meclaban los sonidos con gemidos y chupadas de mi hija y mis pequeños gemidos.

Éramos un tren en perfecta sintonía. Yo estaba sentado, atado, presenciando como mi hija me comía mi polla de rodillas ante mi y como su ama la follaba con una polla de plástico por detrás de ella.

-         Quítale las esposas… – ordenó Sandra-

Mi hija dejó de mamarme, debajo de la silla, pegado con esparadrapo se encontraba la llave de mis esposas, me desabrochó las dos manos…era medianamente libre.

-         Ahora – siguió Sandra – usa tus manos y sigue con tu trabajo.

Alejandra acarició mi prepucio lentamente, bajó hasta el tronco…y apretó fuerte. Yo salté un poco, me hizo daño…pero a la vez bajó su boca y prosiguió con su fuerte mamada…con lo que la unión de dolor y place fue un cúmulo de sensaciones que casi me hace explotar..

Sandra dejó de follarse a mi hija…se puso de pie…y se acercó a mi…acercó su boca a la mía y me besó, en primera instancia no la correspondí, pero tras unos momentos tensos…le devolví el beso, entrelazamos nuestras lenguas. Cogió una de mis manos y la colocó en la cabeza de mi hija…

-         Guiala…

Tras un primer momento sin saber como reaccionar, empecé a guiar a mi hija en sus movimientos…le agarré por el pelo y cada vez le imprimía mas velocidad…por momentos sentía como si se atragantase… Cuando empecé a gemir de modo claro…

-         Parad – ordenó a ambos- no quiero que se corra…Tu, puta, ponte en pie y bájale los pantalones…

Así lo hizo mi hija, dejó mi polla tiesa, apunto de correrse, lleno se saliva, dura…Me desabrochó el pantalón…y con cierta ayuda me lo bajó hasta los tobillos, mas no se podía debido a que seguía atado de pies.

-         Bésale…

Mi hija acercó su boca a la mia y lentamente nos fundimos en un beso…yo busqué su lengua…ella buscaba la mía…se encontraron…mezclamos líquidos…la agarré con mis manos para apretarla contra mi…

-         Cabálgale despacio…mirándole hacia él…sin besos… – ordenó a mi hija.

Mi hija se colocó encima mia, una pierna a cada lado y mirándome se fue dejando bajar muy lento…Yo noté que una mano me cogía mi polla…era la de Sandra…la cual estaba colocando para que la penetración fuera limpia…

Noté como una humedad me llegaba a mi polla y a cada centímetro que mi hija bajaba el calor aumentaba en mi pene, yo gemí…ella gimió…Bajó hasta el fondo…una vez llegado abajo…volvió a subir…me estaba follando…

Empezamos un bombeo lento…pausado. Ambos gemíamos a la vez.

-         Tú, papito, tócale los pechos…tú puta…quédate quieta.

Empecé amasar sus pechos…acariciar sus pezones…ella gemía cada vez mas, por momentos se retorcía de placer. No entendía porque tenía ella que parar …hasta que entonces…Sandra se colocó detrás de ella…y empezó a lamerle el ano…mi hija seguía en éxtasis…Sandra se puso de pie, cogió la polla de plástico y colocándose de modo mas cómodo…colocó la polla en la entrada del ano de mi hija…empezó a empujar…mi hija gritó levemente…eran gritos mezclados con gemidos…

Poco a poco el movimiento de Sandra se hizo mas rápido, una vez dentro fue todo mas sencillo…mi hija empezó a moverse, ya le era imposible estarse quieta. Estaba siendo penetrada por el coño por su padre y por el culo por su ama. Los movimientos fueron ordenados, a la vez…todos gemíamos…era un gran gemido…

-         Me voy a correr…. – grité para avisar, pues no había protección de por medio…

-         Córrete dentro – ordenó Sandra-

Por un momento dudé, pero no tenía otra salida…y…

-         ¡¡¡¡¡Ahhhhhh!!!

Un grito al unísono entre mi hija y yo inundó el despacho. La llené de mi leche, ella dejó de moverse…

Nos quedamos todos quietos durante unos minutos…Sandra sacó la polla del culo de mi hija y mi hija se puso en pie. Por sus muslos caían hilillos de mi semen, mientras que mi situación era extasiado, con mi polla llena de líquidos…

Cuando nadie lo esperaba, Sandra habló…

-         Muy bien Papito… viste que puta es tu hija? – lo decía como retándome. Pero aún no te va a dar el puesto de trabajo…debes acabar de ganártelo por el plantón de ayer…

-         ¿ qué quieres? – le pregunté confundido

Ella sonrió, miró a mi hija, la besó… y volviendo a mirarme me dijo…

-         Ya te enterarás…

Me liberaron los pies y me fui caminando a casa…

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Mis piernas temblaban saliendo del edificio de oficinas donde había tenido la experiencia mas impactante, por llamarlo de algún modo, que jamás habría pensado en tener. Decliné la opción de coger el metro para ir a casa, prefería ir tomando un poco el aire.

En mi cabeza aún retumbaban los gemidos de mi hija, los sonidos de su boca comiéndome la polla, el sonido de aquel cachete que me regaló su secretaria. Todos los sonidos desembocaban en un mar de placer, lujuria y de infinidad de tabús rotos.

Pero si había un sonido que me había destrozado era el recordar esa última frase “ ya te enterarás …” ¿ Qué mas querrían de mi? ¿ No habían tenido suficiente con humillar a su propio padre? Mi cabeza daba vueltas, incapaz de pensar con claridad.

La tarde se iba apagando, yo me acercaba a mi casa, realmente lo estaba deseando, necesitaba descansar, meterme en la cama y olvidarme de un día plagado de emociones, que en mi habían hecho que casi me volviese loco del todo. Abrí la puerta del portal, tomé dirección al ascensor, entré y subí a mi piso. En el ascensor, es silencio interrumpido solamente por el tenue zumbido de subir iba pensando en todos esos momentos…El sentimiento de culpa se entremezclaba con el poder de la lujuria y la excitación que había sentido…el haber sido saboreado por mi hija…el haber llenado de mi propia leche a mi hija, ver mi semen cayendo por sus muslos…observar como era penetrada por su secretaria…

Una vez llegado a mi piso, salí del ascensor, mientras caminaba hacia la puerta fui buscando en mi pantalón las llaves…pero me encontré algo que no esperaba encontrar…era un tanga…¿ Cuándo me lo habían metido? Era de un color a juego del sujetador de mi hija…debía ser de ella. Lo volví a meter en el bolsillo, si mi mujer lo ve el problema sería insalvable y no podía permitir que eso sucediera, bastantes problemas tenía ya.

Abrí la puerta, atravesé el umbral y me dirigí al salón, donde mi mujer leía tranquilamente un libro. Me senté

-         ¿ Qué tal la entrevista? – preguntó con una sonrisa a modo de animarme

-         Yo creo que bien…- no sabía que contestar – pero aún queda para saber el resultado, está siendo una prueba dura

-         Seguro que lo consigues, además seguro que Alejandra te echa una mano…

Al cuello pensé yo!!. Abrí una cerveza, me descalcé y eché un sorbo…que rica.

-         Ahhh, se me olvidaba – empezó a comentar mi mujer – ha llamado Alejandra y viene esta noche a cenar, me dijo que traería una amiga del trabajo, igual te dicen algo.

Dejé de beber la cerveza y noté un sudor frío que me recorría la espalda de arriba abajo, me quedé petrificado. Alejandra vendría a casa con Sandra?? Hasta en mi propia casa me vana  perseguir? Pensé en infinidad de cosas, si irme a la cama diciendo que estaba enfermo, que tenía una cena con amigos…cualquier cosa, pero mi estado de inmovilidad no me permitía decir nada.

-         Estarán aquí en un hora – acabó de comentar mi esposa.

Mientras mi mujer estaba en la cocina yo fui asumiendo que vendrían, pero también pensé que sería imposible que sucediera algo, delante de mi mujer? En mi propia casa? La casa en la que se crió mi hija? No..no..no podía ser.

Estaba inmerso en mis pensamientos cuando sonó el timbre de la puerta…

-         Cariño – gritó mi mujer desde la cocina – abre tu que yo estoy liada.

Armándome de gran valor y dejando salir un resoplido, me levanté y me dirigí a la puerta. Observé por la mirilla y eran ellas… Lentamente abrí la puerta y delante de mi aparecieron las dos, sonrientes, como si nunca hubieran roto un plato… Ambas venían con la misma ropa del trabajo con las que yo les había visto esa misma tarde.

Primero entró mi hija, la cual me dio un sentido abrazo y un par de besos en cada mejilla, y se fue dirección a la cocina. Alcé de nuevo la vista y Sandra me miraba fijamente con cierta sonrisa picarona….se acercó a mi…en ese momento sentí como un calor me inundaba y volver a ver esa mirada desafiante me estremecía y me excitaba nuevamente…Se acercó a mi…me miró a los ojos y me dio un leve beso en mi boca, sin lengua, solo un roce…al momento sentí su mano acariciar mi entrepierna…

-         ¿ estas así solo con verme?- me susurró…

Y desapareció detrás de mi, yo lentamente cerré la puerta de la casa.

Yo me dirigí nuevamente al salón, allí estaba sentada mi hija y Sandra, riendo y hablando de sus cosas. Yo me senté en mi sillón, las observé…y en ese momento mi hija abrió lentamente las piernas, mostrándome su depilado coño… Muy bajo me dijo…

-         ¿ Cuándo me vas a devolver el tanga?

Estiré mi mano hasta el bolsillo, pero cuando iba a sacarlo sentí a mi mujer venir hacia el salón, mi hija se compuso y yo seguí con mi cerveza.

-         La cena está lista – dijo apresuradamente mi mujer.

Nos levantamos a la mesa, normalmente mi mujer come enfrente de mi y mi hija a mi izquierda, y así nos sentamos, Sandra se asentó a la derecha de mi, de modo que tenía visión de las 3. Sabía que allí podía estar tranquilo.

Fuimos sirviendo los platos e íbamos comiendo, mientras hablábamos de diferentes cosas. En un momento determinado noté una pie que me acariciaba mi pierna derecha…era Sandra…la miré y ella me observó de reojo…

Poco después una segunda pierna…del lado izquierdo empezó el mismo movimiento…ambas me acariciaban las piernas, de modo lento…mi mujer seguía a lo suyo, comiendo y hablando sin saber que se cocía bajo la mesa…intencionadamente me tiré la copa de vino que me había servido encima…

-         Vaya – exclamé – voy a limpiarme y cambiarme, regreso ahora.

-         Te ayudo? – me pregunto mi mujer

-         No, no hace falta, ya cojo unos pantalones limpios.

Me alejé del comedor, bajo mi pantalón se escondía una bestia en ebullición y debía relajarme…Entré en mi habitación, cogí unos pantalones del armario, me quité los mios y me senté encima de la cama…me miré a mi mismo, bajo mis calzoncillos resaltaba un enorme bulto…me bajé los calzoncillos dejando libre a mi polla dura…

Me miré y sabía que tenía que relajarme, pensé en ir al baño y darme una ducha fría y rápida…pero mientras lo pensaba ya estaba mi mano sobre ella…acariciándome…y me dejé llevar…me estiré encima de la cama…y proseguí…ya no eran simples caricias, me agarraba… apretaba…y bajaba mi mano…me estaba masturbando recordando como mi hija me la chupaba en aquella silla…en aquella oficina, como me miraba cuando lo hacía…cerré los ojos…me imaginaba aquello y me excitaba cada vez mas…

De repente  noté una mano sobre mi pollo…pegué un respingo…era mi hija que había entrado en la habitación:

-         Vaya – dijo con tono de sorpresa y sin soltar mi polla – yo que le dije que te venía ayudar yo con el pantalón y parece que te voy a tener que ayudar con otra cosa…

-         ¿ estás loca?- exclamé – ¿ y si viene tu madre?

-         Tranquilo – me dijo poniéndome un dedo en mi boca- Sandra está con ella y la mantendrá allí, si hubiera algún problema nos avisa…

Una vez me dijo eso…mi hija empezó a masturbarme de modo muy lento, pausado….yo me relajé dejando caer mi cabeza sobre la almohada…abrí un poco mas mis piernas y me dejé llevar…

-         ¿ Te gusta asi papa? – me preguntó..

Yo sólo pude asentir, no podía hablar. El momento era sumamente excitante, mi hija me estaba masturbando con mucho cariño encima de mi cama conyugal, mientras que mi mujer estaba con la amante de mi hija en el comedor, a unos pocos metros…pero no me daba miedo, todo lo contrario, sentía placer…mucho placer…

Comencé a notar mucha humedad en mi polla…pequeñas gotas de liquido preseminal afloraban…y noté una lamida…

-         Es todo para mi – susurró mi hija Alejandra

Noté como su lengua me recorría cada parte de mi polla, como al bajar me comía mis huevos, cosa que antes, en el despacho, por mi posición sentada no podía…me agarraba mi polla para dejar mas libres a la vista mis huevos y poderlos saborear mejor…notaba cada lametón, cada mordisco…como cuando subía se metía mi polla entera en su boca…como aceleraba y en momentos lo hacía muy lento…

-         Fíate de mi – yo no podía hacer otra cosa…

Comencé a notar como uno de sus dedos empezaba a juguetar con mi ano…a acariciarlo lentamente alrededor…mientras ella seguía chupándome la polla, que estaba supermojada…comenzó a bajar su lengua…llegó hasta el tronco y apretó lentamente su dedo contra mi ano…como queriendo entrar en ese agujero estrecho…bajó hasta mis testículos…los lamía con ansia, mientras con su dedo seguí apretando y moviendo…noté su lengua acercarse a mi ano…yo me dejaba llevar, me notaba cada vez mas excitado…empecé a notar la lengua sobre mi ano…me lo llenaba de saliva, jugaba con él, me lo estaba lubricando…

De golpe volví a sentir el dedo de mi hija sobre el ano, su boca rodeando mi polla…y comenzó apretar su dedo…debido a la lubricación comenzó a entrar…mi hija seguía chupando…cada vez lo hacía mas rápido, si bien aún lo hacía muy lento…

Notaba su dedo penetrarme mientras me hacía una mamada magnífica…seguía acelerando…cada vez mas…

Estaba apunto de correrme….quería aguantar un poco mas..me movía como poseído…mi hija lo sabía, siguió acelerando las embestidas con su boca y apretó todo lo que pudo con su dedo en mi ano…

-         ahhhhhhhhhhhhhhhhhh – exclamé, era incapaz a no hacerlo en silencio…

Abriendo los ojos, ví como mi hija se comía cada gota de mi semen…como seguía mimando como queriendo exprimir toda la leche posible…

Detrás de mi hija estaba mi mujer…y Sandra…observando la escena…como mi hija se bebía cada gota de mi leche, como yo gemía con cada movimiento de su lengua, de su boca o el dedo en mi culo…yo las miraba a las 3…

Mi mujer me miraba fijamente…detrás de ella Sandra con una sonrisa…mi hija levantó la mirada…y con gotas de semen cayendo de sus labios a su barbilla…se acercó a mi cara y me besó…

Pero no podía quitar la mirada de mi esposa…

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Yo miraba a mi esposa, y mi esposa me miraba a mi. Un silencio incómodo embriagaba la habitación. A mi derecha, tumbada, mi hija, con pequeños hilos de mi semen saliendo de sus labios. En la puerta, mi mujer, la cual vio la escena…Y detrás Sandra, de la cual sus labios esgrimían una ligera sonrisa, pícara, irónica, traicionera.

Ella sabía que había acabado con mi matrimonio, que aquello resultaba imposible de explicar. Mi hija yacía tranquila a mi lado, ella las miraba.

Mi mujer lentamente dio dos pasos atrás y se fue por el pasillo. Yo me puse en pie, cogí el pantalón y me vestí.

-          Papa – empezó mi hija hablarme – déjala. Digas lo que le digas no te escuchará.

Realmente tenía razón. Poco podía yo hacer, pues la escena que acababa de ver mi mujer era imposible de explicar, básicamente, porque no tenía explicación. Ha visto como su hija le hacía una mamada a su padre, siendo muy disfrutado y con un beso muy íntimo posterior…no había explicación.

-          Sandra, me quedo yo con papa, vete a ver a mi madre, porfavor.

Sandra se perdió por el pasillo en busca de mi madre, no me gustaba mucho la idea, pero se que era lo mejor. Yo me senté en un borde de la cama y mi hija se arrimó a mi, me cogió la mano y me dio un beso en la mejilla

-          Tranquilo papa – me dijo con voz inocente – seguro que se arregla, se nos ha ido de las manos…

Durante casi una hora mezclamos conversaciones con silencios. La sensación era de impotencia por parte de ambos. Un silencio absoluto reinaba en la casa.

-          ¿ Estarán bien? – pregunté en voz alta

-          Si quieres vamos a ver…hace ya rato que se fueron…igual está mas tranquila

Asentí con la cabeza y dando un ligero resoplido me levanté. Acompañado de mi hija nos dirigimos al salón, donde creíamos que estaban ellas. Yo iba delante, y mi hija seguía mi ritmo por el pasillo.

Al llegar al salón pude comprobar que no había nadie. Buscamos en la casa y no había rastro y faltaban las llaves…habían salido.

Mi hija fue a buscar su móvil y llamó…

-          Sandra, soy yo – su voz era de preocupación – ¿ Está mi madre contigo? – en ese momento mi hija sonrió, por lo que supuse que si estaba con ella. – Vamos papa y yo ahora…

Mi hija fue a su cuarto, y volvió con las llaves, el bolso y me dijo

-          Están en casa de Sandra, vamos a ir, pero quiero que estés tranquilo…sino te quiere escuchar…no la atosigues…

Salimos rápidos de casa, pedimos un taxi y nos dirigimos lo mas rápido posible a casa de Sandra. El taxi se detuvo, yo pagué. Nos bajamos, mi hija sacó unas llaves, abrió el portal y subimos escaleras.

-          ¿ Estás tranquilo?

Resoplé a modo de respuesta, realmente estaba nervioso, quería recuperar a mi mujer.

Llegamos al piso y mi hija abrió la puerta, fuimos al salón y no había nadie, al baño, a la cocina, estaba desesperado.

-          Papa, creo que están en esta habitación, oigo ruidos…

Raudo y veloz entré, una vez dentro, mi hija entró, cerró la puerta de llave y las luces se apagaron

-          ¿ Hola? – pregunté al aire – ¿ se ha ido la luz?

No obtuve respuesta, pero sin embargo sentí al menos dos respiraciones, una detrás de mi, supuse que era mi hija, pero otra justo delante de mi. Yo me quedé inmóvil.

Empecé a notar que una mano me acariciaba el cuello…me tocaba las orejas y sentí que unos labios se posaban sobre los míos y hacía fuerza por introducir su lengua dentro de mi. Yo opuse resistencia.

Unas manos que venían por detrás me rodearon y empezaron a desabrocharme el pantalón, primero el cinturón, después los botones…y el pantalón se vino al suelo. Tanto las manos como la boca que intentaba besarme dejaron mi cuerpo…y pude empezar a escuchar besos, ruidos de salivas mezclándose…Estaba intentando imaginar aquella escena, cuando una mano, desconocida, empezó a tocarme por encima de mis calzoncillos y poco a poco mi polla empezaba a crecer bajo esas caricias intensas. La misma mano empezó a recorrer mi cuerpo, se posaba sobre mis pezones, los cuales acariciaba, después recorría mi cuello, volvía a mis pezones…y bajaba a mi polla. Yo podía seguir oyendo los besos y pequeños gemidos en la sala, que se mantenía totalmente a oscuras.

Esa mano anónima, pero pícara empezó a introducirse por dentro de mi calzoncillo…bajándolo suavemente y dejando mi polla, ya bien tiesa, al aire…

Esas manos volvieron a desaparecer, como se dejó de oír esos besos lascivos. Un instante después volví a notar pequeños gemidos y nuevamente tímidos besos. Yo permanecía inmóvil…cuando sentí una mano recorrer mi cuerpo…hasta llegar a mi polla…empezó a masturbarme muy lentamente…yo me estaba excitando por momentos, pese a no saber quien tenía delante, quien me hacía gozar. Empecé a notar un calor húmedo que me envolvía la polla…y que me masturbaba de modo lento…una lengua jugaba y recorría todo el tronco…

Varias manos empezaron a acariciarme mi cuerpo mientras seguía esa mamada espectacular. Me agarraban del cuello, de las orejas, del culo…una boca nuevamente quería besarme…poco a poco accedí y mezclé con su boca toda mi saliva, era una pelea de lenguas.

La situación era morbosa, impredecible…sentía dos manos acariciandome…una boca chupando mi polla y otra boca besándome…todo esto en las mas absoluta oscuridad, aunque cada vez en menos silencio, pues se iban oyendo cada vez de modo mas notorio pequeños gemidos…

Dejé de notar que me chupaban la polla, y las manos me guiaron por la habitación a oscuras. Era incapaz de adivinar quienes eran, si eran dos, tres o mas personas…Mi mente estaba corrupta y me dejaba hacer, de todos modos mi vida estaba acabada. Me sentaron en una especie de sofá…

Un mano empezó a pelarme mi duro miembro…y empecé a notar unos pezones recorrer mis labios..Abrí mi boca…saqué mi lengua y empecé a lamer aquellos pezones. Se paseaban por mi boca, eran dulces, duros…ricos…muy ricos…empezó a subir ese cuerpo que saboreaba…lamí su ombligo y pude oler un exquisito olor a sexo…alargué mi lengua y empecé a saborear aquel manjar…estaba rico, húmedo, tenso… Ella se movía, y se oían grandes gemidos…su cuerpo se movía mas y mientras la mamada que me estaban degustando notaba que cada vez se mas gracia y oficio, llegándome a un éxtasis total…

Estuvimos así un buen rato…y en un momento determinad, una palmada sonó en al habitación, ambas pararon…La que me estaba mamando se detuvo, la que yo saboreaba se bajó del sofá y me quedé solo…

Sentí unos pasos acercarse a mi…lento…muy lento. Se detuvo ante mi, su respiración podía sentirla cerca…y noté que me empezaba a besar, con mucha suavidad…yo respondí a esos besos cálidos…se sentó encima de mi y comenzó a moverse…restregando su cuerpo…su culito y su húmedo coñito contra mi polla…me masturbaba con su cuerpo…

Una mano ajena a nosotros dos, agarró mi polla, la chica que tenía encima se levantó un poco y mi polla quedó en la entrada…y de un golpe entró.

-          ahhhhhhhhhh – fue el grito al unísono que se pudo escuchar en ese momento.

Empezó a moverse rápido, como con furia…yo la agarré por los pechos, por su culo…mis manos se movían por toda ella…era una furia en persona…

De golpe paró…me besó y se bajó de mi…

Noté otra boca…otra lengua…y yo besé de nuevo…se sentó encima de mi…y agarrando mi polla se la introdujo muy lentamente…era otro modo…sensual…sexual…los gemidos eran acompasados… estaba llegando al extremos del placer…

-          Me voy a correr – exclamé

En ese instante se paró, me besó y se salió de mi…no podía mas..era una tortura atroz, horrible…pero llena de placer…

Se bajó de encima de mi…y otra boca ocupó el lugar de esos besos…La boca estaba llena de líquidos…y ese sabor me era familiar… esos labios habían estado lamiendo el mismo coño que yo hace unos minutos…me excitó sobremanera…estaba deseando correrme…

Me hizo ponerme de pie…yo sentí que ella me daba la espalda y arqueaba su cuerpo…se agachó poniendose a 4 patas…yo me agaché…busqué con mi mano su coño…rasurado, sin un pelo…húmedo…intenso…

Me cogí la polla y la coloqué…ambos nos fuimos juntando..empujando el uno contra el otro…y empezamos un vaiven…yo se que no aguantaría mucho…estaba deseando correrme…empecé a acelerar…momento inequívoco de mi situación…

Se escuchaban gemidos por toda la habitación…de repente….se hizo al luz…tras un primer momento de ceguera…pude observar que mi hija estaba delante de mi…con las piernas abiertas de par en par…tumbada en el suelo y estaba siendo comida por mi propia esposa…ambas gemían…

Y yo me estaba follando a Sandra, justo lo que ella buscaba desde un principio…

-          Córrete – exclamó Sandra…

Aceleré…mas fuerte…gimiendo sin límites…

Cuando me iba a correr, ella salió de mi..mi hija y mi esposa dejaron de comerse y vinieron hasta mi situación. Las tres me miraban a los ojos, con la boca abierta…

Me puse de pie…empece a masturbarme ante su atenta mirada y…

-          Ahhhhhhhhhhhh

Empecé a echarles mi semen por sus caras…disfrutaban…mi hija…su amante…y mi mujer…

Comenzaron a besarse…a introducirse sus lenguas, a saborearse…

Sandra se levantó…y me susurró al oído…

-          Ya somos una familia…

Yo me senté en el sofá aceptando aquella situación. Era una nueva vida y una nueva familia de la cual…yo ya no era la cabeza…Todo éramos esclavos de Sandra…y del sexo…

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