lunes, 13 de octubre de 2014

Mi esposa la puta de sus jefes

Mi esposa, la puta de sus jefes

-Jorge, estoy preñada y no sé de quién!

Esta frase patibularia me la dijo la pasada semana mi esposa. Eso si, sin lágrimas en los ojos, ni siquiera húmedos, ni con mala cara… simplemente la dijo y ya está, encendió un cigarrillo y se quedó mirándome mientras sonreía ligeramente. Como comprenderéis, estoy pasando una semana fatal y eso me ha llevado a contar esta historia de mi matrimonio, a ver si compartiendo mi dolor de cabeza, se me rebajan las migrañas y los cuernos.

Conocí a Sandra (Alejandra) hace 10 años. Ambos teníamos 26 y por tanto ahora 36. Era una mujer moderna, universitaria, bien vestida, educada, con un magnífico cuerpo y unas tetas magníficas a pesar de su copa B pero con unos pezones y mugrones gruesos, largos y que se marcan como pequeñas colinas en su ropa. Había empezado a trabajar en una empresa de import-export y domina 3 idiomas. Yo había terminado hacía tiempo en la Universidad y trabajaba (y trabajo) en un banco. Nos casamos hace 6 años y tenemos una preciosa hija de recién 3 años. Ella trabajaba de traductora y hace 2 años y medio le hicieron una oferta irrechazable en la multinacional en donde ahora trabaja y esta historia empezó hace 14-15 meses.

Pero antes, comentaros que tanto a mi como a mi esposa, nos encanta el sexo con locura y disfrutamos cada dia más plenamente de todas sus variantes, haciendo que nuestras relaciones sexuales sean de lo más gratificantes que se pueda pensar. Lógicamente y en estos tiempos de libertad sexual que hay, ni mi novia ni yo éramos vírgenes al conocernos sino más bien al revés y de una forma casi sin pensar, decidimos hacer intercambios de pareja incluso antes de casarnos, influidos por una prima suya e íntima amiga, algo mayor en años a nosotros y que lo practica con su marido asiduamente. Pero la primera vez que lo hicimos, a mi novia no le gustó que yo mirase como lo hacía ella. Ha considerado y considera que el intercambio es bueno, pero en los momentos más íntimos pensaba que ella debía estar con su amante y yo con la mia en habitaciones separadas. Resumiendo, no le daba vergüenza exhibirse desnuda en la playa, hacer un striptis casero con los amigos o bailar desnuda con las otras parejas o hacerles una estupenda mamada delante de todos, pero follar-follar con quien sea si estaba yo cerca o mirando, eso le cortaba, pero sin embargo, ahora ya no le corta hacer cualquier cosa delante de varios les conozca o no. Le encantan los tops y las blusas de tela liviana (así se le marcan muy bien sus pezones), sus escotes son de infarto y las transparencias y micro faldas ajustadas, asi como los ajustadísimos conjuntos de piel, forman ya parte de su vestuario y no solo “nocturno”.

Pero volvamos al principio de nuestra historia. Hace unos 14-15 meses, algunos accionistas decidieron tomar un nuevo camino en la empresa y los que no estaban conformes con esa orientación, vendieron sus acciones mayoritarias a una sociedad de Panamá y desde allí enviaron dos representantes de los nuevos accionistas para una estancia máxima de 2-3 años y reorganizar la Sociedad. El que se iba a hacer cargo de la dirección comercial y otro de consejero y supervisor del área contable. El primero y jefe directo de mi esposa, se llama Raúl, tiene 40 años y es mulato, casado y con hijos que están en su país. Mide casi 1,90 y es muy agradable y trabajador. El otro, Cesar Antonio es de etnia negra intensa, un poco más bajo, muy musculoso y bastante más serio (¡por eso se dedica a la contabilidad!) divorciado dos veces y sin hijos. Al poco de estar en las oficinas y conociendo ya al personal, la empresa madre desde Panamá y la propia empresa en España, hicieron una distribución de departamentos que afectó a Raúl y a mi esposa. Se decidió que además de llevar la Dirección Comercial, se fusionaría con la de Relaciones Públicas y mi esposa pasaría del área de traducción de documentos y contactos internacionales (por teléfono, fax, emails, etc.) a Comercial y Relaciones Públicas como subdirectora, con lo que el contacto con Raúl sería permanente. Al mismo tiempo y para que pudiesen trabajar con más tranquilidad, se les habilitó unos despachos amplios y cómodos en la última planta del edificio con dos salas de reuniones medianas, con amplios divanes y todo muy moderno para la proyección que deseaban de la empresa y del departamento y la atención personalizada de los clientes.

Semanas más tarde y poco a poco, mi esposa empezó a cambiar. Yo creí que era cosa suya (se acercaba el verano) y de su cargo, ya que todos los meses le daban una cantidad fija para ropa y calzado ya que era obligatorio vestir bien. Pero como digo, a las pocas semanas de estos cambios organizativos empresariales, empezó a llegar tarde a casa, la culpa era siempre del trabajo por su nuevo cargo y de los nuevos clientes con los diferentes cambios de horarios internacionales entre España y los países americanos (hasta 9 horas en el área del Pacifico) y ella controlaba las urgencias de documentos y tenía que ver su importancia para dejarlos clasificados. Sus tacones eran cada vez más altos y finos, sus vestidos y pantalones se ajustaban cada vez más a su cuerpo, sus escotes crecían al mismo ritmo que su lencería era más pequeña y de marca, las cenas de negocios, sobre todo en determinadas fechas por las Ferias comerciales y Congresos, aumentaban al mismo ritmo que aumentaban sus horas de ausencia en casa, hasta el extremo que tuvimos que contratar una mujer para que estuviese con nuestra hija de 3 años hasta que yo llegase de mi trabajo y así también ella preparaba la cena. Yo sabía que eso podía pasar y nunca he interferido en el trabajo de mi esposa ya que ella tiene tanto derecho a él, como yo al mío y más como están las cosas.

Este cambio estético, trajo también un cambio de relación sexual. Se hizo más caliente, muchas noches cenábamos a altas horas porque ella al llegar prefería un buen polvo, intenso y morboso y cenar después. En los intercambios (que se fueron haciendo mas distantes) dejo de tener vergüenza de que la vieran follar con otros y se hizo una calentorra, exhibicionista y como decía más de uno y una, parecía una puta en celo permanente, lo que aumentaba mis deseos de follarla y mi ego por ver que esa puta tan deseada por todos, era mi esposa que me complacía en todo y casi siempre llevaba la iniciativa y nunca tenía prisa por terminar. Un fin de semana de intercambios, llegó una nueva pareja y ella se había operado los pechos y lucía alrededor de unos 115 cms extraordinarios. Al verla, Sandra no se pudo aguantar, se levantó (se estaba pegando un morreo con una amiga), le quitó el top entre risas, se apartó un poco para verlos bien… y se lanzó a por ella. A mi me dejó un poco perplejo porque nunca me había dicho nada de operarse o de que sus preciosos pechos no le gustasen, pero…

Se la comió a besos (menos mal que la otra era bisex también) y empezó a jugar con sus pezones, al mismo tiempo que cruzaba su pierna entre las de la amiga y empezaban las dos a masturbarse de pié. Los jadeos de las dos denotaban que su calentura subía en intensidad y primero Sandra y luego Irene se corrieron y se comieron a besos, se tumbaron en el sofá e hicieron un atractivo 69 pero mi esposa, no dejaba de tocar, apretar y acariciar esas tetas de silicona y jugar una y otra vez con sus pezones, con lo que otra vez las dos se vinieron y entonces Sandra le dijo a Irene:

-¿Te importaría hacerle con esas tetazas una cubana a mi marido?

Irene sonrió y al ver mis 21 cms duros como el acero, dijo si con la cabeza. Me acerqué a ella y me hizo una extraordinaria mamada y oí a mi mujer que me decía al oido:

-Tócale las tetas Jorge y dime que te parecen!

Así que le toqué las tetas, se las apreté, jugué con sus pezones y ella me dijo que ya era hora de la cubana, me arrodillé y le introduje la polla entre las grandes tetas. Eran un poco más duras que las normales y prácticamente no se le notaba ya la cicatriz en sus aureolas de la operación. Eso sí, la diferencia entre esa cubana y la que hacía con mi esposa era grande. Un jadeo a mi lado me hizo girar la cabeza y vi que Sandra hacía lo mismo con el dueño de la casa. Irene me dijo que cuando fuese a correrme se lo dijese y como ya estaba a punto, se lo dije, levantó un poco la cabeza, abrió la boca y un gran chorro de semen mio le llenó la cara y se introdujo en su boca, que se tragó. Prácticamente al mismo tiempo, José se corria en la cara de Sandra y esta se fue a Irene para lamerse las dos las caras y limpiarlas del semen que las llenaba.

Al llegar a casa casi al amanecer, cuando Sandra se desnudó en el vestidor adjunto al dormitorio, se miró en el espejo y empezó a tocarse sus tetas y moverse ladeándose para apreciarlas mejor. Al ver yo que no venía a la cama me asomé y ella me preguntó.

-¿Qué te han parecido esas tetazas de Irene?

Como teníamos algunas amigas operadas, pero no de tanto tamaño le dije

-Pues como el resto de nuestras amigas, unas tetas agrandadas por el bisturí, aunque eso sí, las de Irene no me extraña le hayan salido caras porque tienen un buen tamaño y la operación parece perfecta.

-Las tiene de 114 cms y yo las quiero de al menos 120 cms ¿Me imaginas con un cuerpo como el mío y unas tetas de 120?

Yo no pude más, la cogí en brazos mientras ella se reía y entre lo caliente que estaba yo y lo caliente que estaba ella pensando en esas tetas y cuerpazo, follamos largo rato y pasando del cansancio de los polvos nocturnos con nuestros amantes de esa noche.

Unos días más tarde, se presentó por la noche en casa con su portafolios y de él sacó una carpeta, me dio un grandísimo y apasionado beso, me dijo que ya cenaríamos más tarde (ya estaba yo acostumbrándome a cenar a las 23 o 24 horas), me cogió de la mano y nos sentamos en el sofá, puso la carpeta sobre sus rodillas, la abrió… y de ella empezó a sacar papeles impresos con su cuerpo y con 3 clases de tetas tomadas de diferentes ángulos. Como comprenderéis, era un buen trabajo de ordenador, llamémosle photoshop o simplemente un programa informático de figura muy bien realizado. Lo cierto es que el cuerpo totalmente desnudo era el de mi esposa y su rostro igual. Lo único que no era de ella eran las tetas que en muchas hojas “llevaba puestas” sobre su cuerpo. Ciertamente, ver ese cuerpo desnudo que tan bien conocía con esas grandes tetas, me empalmó automáticamente y deseé fervientemente que se operara de cualquiera de esos tamaños. Las fotografías impresas mostraban el cuerpo con tetas de 115, 120 y 125 cms y además, otras fotos mostraban el impacto visual de ese cuerpo y esas tetas, con tres o cuatro vestidos y blusas. La verdad es que pasar de 92 cms que ella tenía a los demás tamaños y el tipo de copa que llevarían, impresionaba y lo que molestaba a la vista eran las de 125 cms, al menos a mi. Mientras yo miraba esas hojas impresas, mi mujer se quiso tomar un vermut antes de la cena y despasándome la bragueta, sacó mi polla y me la empezó a mamar desesperada y otra cosa que había cambiado en ella es que ahora se la tragaba entera hasta la garganta, cuando hacía unos meses solo se tragaba algo más de la mitad. Yo supuse que era para que no le dijese no a esa operación. Así que cuando terminó y se tragó toda mi lechita, se levantó, se sentó de nuevo a mi lado y preguntó:

-Y bien, ¿qué te parecen esas tetas para mi?

-Francamente lucen muy bien, pero las que pone 125 cms al pié. me parecen exageradas, sobre todo al ir vestida, pareces una actriz porno y no se qué dirán en tu trabajo por la imagen que puedes dar.

-Tú no te preocupes del trabajo y tal y como yo quería, me gustan las de 120 cms

-Pues de acuerdo, pero con la condición de que esos implantes te los hagan en una buena clínica y con los mejores cirujanos. No me importa el dinero, pero sí el que estés contenta con ellas y no se noten los cortes.

-No te preocupes por nada. En mi trabajo ya he dicho que pensaba operarme y me dan todos los días que me hagan falta para la recuperación. Ninguna prisa por volver al trabajo.

Yo pensé que no era muy normal que unos jefes nuevos, en una empresa en reorganización y muchas cosas más (no olvidéis que soy bancario), diese tantas facilidades, pero quizás la imagen de Sandra con esas nuevas tetas podría influir positivamente en el trabajo. Lo seguro es que los ojos de sus clientes se irían a sus escotes, que ahora si serían muy generosos con lo mostrado, en lugar a leer bien los contratos.

A principios de la semana siguiente, mi esposa me dijo que ya estaba todo arreglado con la empresa, que se podría tomar los días libres que necesitase y que además, le pagaban íntegra la operación que sería en la mejor clínica y las mejores manos de la ciudad y que ella había pensado que el sábado podríamos invitar a cenar en casa a su jefe directo, Raúl, y su otro jefe superior, Cesar Antonio. Por supuesto le dije que sí porque aunque les conocía de verles en varios sitios, no les conocía bien. Quien SI les conocía y MUY BIEN era mi esposa, pero esto es ya adelantarme.

Ese sábado por la mañana fue a la peluquería, manicura, esteticista y no se a cuantos sitios más ¡nunca había estado más guapa ni arreglada!, se compró “algo” similar a un vestido, de largos tirantes cruzados en la espalda que solo le tapaban sus gruesos pezones, que se le veían nada más moverse ya que lógicamente no se puso ropa interior. Por debajo solo llegaba a sobrepasar el culo unos 7 u 8 cms que al sentarse se le veía parte del culo por los laterales y su coño depilado por laser de frente y con unos tacones de 12 cms. El vestido era rojo y más roja estaba mi polla de ver como la puta esa se movía por la casa cuando se puso el vestido sobre una hora antes de la cita. Casi al mismo tiempo, nos trajeron del catering la cena y ellos mismos pusieron la mesa, la adornaron y la prepararon, eso sí, sin quitar de vista a mi mujer, que estaba para eso y mucho más. Puntuales como suizos, a la hora convenida nos llamó el conserje para decirnos que nos buscaban y al subir a casa, mi propia esposa les esperaba en la puerta y desde el ángulo donde yo estaba y a través del reflejo del cristal de la puerta del salón, vi como a los dos les besaba en la boca, como le metían mano en el culo y como Cesar le sacaba las tetas simplemente empujando hacia arriba. Les hizo pasar sonriendo al salón mientras se ponía las tetas en su sitio y yo ya tenía claro que mi esposa era la amante de sus jefes y por eso le pagaban todo y que desde esa noche la iba a compartir y eso le iba a dar libertad para follárselos cuando quisiese o quisiesen ellos.

Nos saludamos, venían muy deportivos (bien vestidos y de marca, pero deportivos, muy caribeño), nos trajeron dos botellas de vino tinto gran reserva y dos de blanco de 1 año porque no sabían si cenaríamos carne o pescado, nos sentamos en el sofá y Raúl y Sandra se fueron a por unas cervezas a la cocina. Cesar empezó a hablar conmigo y distraerme y las cervezas empezaron a retrasarse, luego supe que Raúl le había dado por el culo a mi esposa en la cocina y su semen se veia chorrear por las piernas. La cena fue muy agradable y por supuesto el que se follasen a mi esposa no me importaba demasiado, ya que decenas de hombres lo habían hecho en estos años, lo único era el comprobar lo bien que se llevaban entre los tres. Comentamos las nuevas tetas de Sandra y que era idea de Cesar Antonio y este, sin pensarlo dos veces le bajó los tirantes a mi mujer para que sus pechos quedasen al aire y me explicaba lo diferente que quedaría. Esos tirantes no volvieron a subir y mi esposa terminó la cena en top-les. Cuando se levantó para ir a por los postres, la cogió Raúl y pegando un pequeño tirón hacia abajo, dejó su vestido en el suelo y a mi mujer en pelotas. Pero me dio tiempo a ver la mancha en el vestido, del semen de Raúl en la cocina y de sus propios fluidos al correrse mientras cenábamos. Cesar le dijo:

-Cariño, no hace falta que vayas a por los postres, porque nuestro postre eres tu ¿no estás de acuerdo Jorge?

Yo hacía largo rato que estaba empalmado y necesitaba un buen polvo, así que asentí. Se levantaron los dos y se apoderaron de Sandra ¡se notaba perfectamente que era su amante desde hacía tiempo! Mientras Cesar la besaba intensamente en la boca, Raúl se desnudó ¡y menuda polla tenía el mulato! Sandra me dijo luego que la de Raúl era de 28 cms y la de Cesar era de 24 pero esta era inmensamente gruesa! A su lado, la mia de 21 cms solo servía para ir por España. Al ver Cesar que Raúl ya estaba desnudo y empalmado, se la entregó, apartaron los platos que había a mi lado y a menos de 50 cms de mí, Raúl se la clavó de un solo golpe en el coño y empezó a follarla con una intensidad brutal. Yo me levanté para desnudarme también y participar en la fiesta, cuando vi a Cesar desnudo y sudoroso, su cuerpo, mucho más musculoso que el de Raúl y el mío, brillaba y su tremenda polla era como un chorizo inmenso. Recé para que no se le ocurriese darle por el culo a Sandra porque la iba a romper, pero… se acercó a Raúl y este la levantó de la mesa sin sacarle la polla y mi mujer empezó a gritar:

-Mira Jorge, mira como me empalan estos dos bestias, nunca me han follado como me follan ellos y nunca he tenido dentro de mis agujeros unas pollas como estas. ¡Clávamela Cesar, rompe mi culo una vez más y demostrad a mi marido el por qué soy vuestra puta y vuestro juguete sexual!

-¡No te preocupes puta! Ya verás cómo te dejamos bien a gusto y tu esposo sabrá de sobra quien te folla mejor y lo puta que eres. Sinceramente Jorge, enhorabuena por el putón de mujer que tienes, nosotros tres lo pasamos de maravilla y no hay problemas para que haga lo que queramos con ella, nunca nos ha negado un capricho y esos 120 cms de tetas ha sido idea nuestra que ella hará, como hará otras muchas cosas antes que volvamos a nuestro Panamá querido y te la devolvamos totalmente usada.

Y pringando sus dedos del aceite que había en el plato de ensalada, se lo puso en el culo de mi mujer y él se frotó así la punta de su negra y gruesa polla. Mientras Raúl la mantenía en el aire con su polla en el coño y abriendo sus nalgas con sus manos, Cesar, entre gritos de mi mujer, se la empezó a meter en el culo. Se notaba perfectamente que lo habían practicado a menudo, pero el culo de mi mujer aún no estaba dilatado lo suficiente y esa polla se iba introduciendo poco a poco mientras ella gritaba como una posesa. En esto, Raúl dijo entre risas:

-Tus vecinos van a enterarse esta noche de lo puta que eres, sino lo sabían ya ¡menudos gritos zorra!

-¡Si, si, si, soy una zorra, soy una puta, soy vuestra vecina Sandra y soy una puta que está siendo follada por mis jefes delante del cornudo de mi marido. Ni intercambios, ni mierdas, ni nada, esto si son cuernos de mis amantes y dueños!

La polla de Cesar entró totalmente y ahí empezó un baile entre los tres. Mi esposa estaba sujeta entre los brazos de los dos hombres y clavada a ellos por sus pollas en sus agujeros. Estaba totalmente loca y se venía una y otra vez, gritaba, besaba y mordía mientras esas pollas tremendas entraban y salían de sus agujeros. En un momento determinado, la levantaron entre los dos y le dieron la vuelta, ahora quien se la metía por el coño era Cesar y por el culo Raúl. Una y otra vez se repetían las escenas y las pollas entraban y salían, mientras Sandra gritaba como una loca y se corría una y otra vez. Desde luego, creo que ningún vecino dejó de oírla. Primero Cesar y luego Raúl se corrieron dentro de ella mientras gritaba de placer al notar su leche… entonces me di cuenta que no estaban usando condones, ni los ha usado nunca con ellos.

La dejaron en el sofá para que descansase un rato y ella al verme tan empalmado me pidió que se la metiese por donde quisiese que ella necesitaba mucho sexo esa noche y que yo mezclase mi semen con el de sus machos. Le cogí las piernas, se las levanté, las puse sobre mis hombros y empecé a follarla metiendo y sacando de cada uno de los dos agujeros. En la posición que estábamos, le hacía daño sobre todo por la penetración anal de Cesar, pero así como ella disfrutó corriéndose varias veces y gritando de dolor, yo disfruté también demostrándole a ella y sus amantes que también yo sabía follar y hacerla gritar de placer. Me corrí en su culo y el semen de los tres hombres se mezcló. Entonces la dejamos bien apoyada, nos fumamos unos cigarrillos y tuvimos esta pequeña conversación:

-(Raúl) Te felicito Jorge una vez más, porque tienes una puta de primera y además, con un deseo sexual insaciable. Se nota que está bien preparada y que sois muy liberales. Cuando la conocí parecía una mujer muy profesional en el trabajo y decente, pero poco a poco nos fuimos perdiendo el respeto por nuestros cargos y empezamos a vernos como lo que somos, seres humanos. Tu mujer se fue poniendo provocativa y eso hacía que el bulto de mi polla se notase muy bien empalmada constantemente. Así que un día con la excusa de ayudarle a coger unos documentos del estante, le cogí bien de las tetas y ella sin ningún problema me puso la mano en mi bragueta, me sacó la polla y la empezó a mamar como una loca. Te puedes imaginar que allí mismo y a cuatro patas sobre la alfombra, me la follé. Por cierto, tendré que cambiar esa maldita alfombra por las manchas que tiene por culpa de los tres. Le pregunté si tenía algún problema en follar con Cesar Antonio que estaba loco por hacerlo con ella, me dijo que sería un placer y la hemos convertido en nuestra amante, en nuestra puta y la hemos sometido constantemente a nuestros caprichos, ya que ella siempre nos ha dicho que a ti no te importaría y es una guarra.

-(Yo) Pues sinceramente no me importa, lo que si me hubiese gustado es que me lo hubiese dicho antes, pero entre Sandra y yo hay un acuerdo de plena libertad sexual, por lo que no ha pasado nada que yo le tenga que reñir o amonestar.

-(Cesar) Lo que me hizo gracia fue cuando hace dos meses tu mujer nos dijo que no estaba nada bien que ella tuviese solo 92 cms de tetas y nosotros unas pollas tan magníficas.

-(Raúl) Así que le propusimos “hacerle crecer las tetas”, pero con dos condiciones. 1ª) que fuesen llamativas, de tamaño grande y ya se ha decido que sean de unos 120 cms y 2ª) que como su cuerpo estaba asquerosamente limpio, le íbamos a dar un toque decorativo con tatuajes y piercings.

-(Sandra) Ellos y no yo, decidirán que piercings y tatuajes me hacen y donde se ponen.

-(Cesar) Por supuesto, nada extraordinario que esté a la vista, ya que con su cargo no puede ir como una puta aunque lo sea realmente, ya que tiene que ir a reuniones, fiestas, cenas y congresos. Los que estén a la vista serán pocos, discretos y artísticos y en piercings, ninguno en la cara ni en la lengua. En las orejas sí, pero asimétricos, cuatro o cinco agujeros en una oreja y solo un par de ellos o tres en la otra, así se podrá poner en cada ocasión, los pendientes que desee.

-(Yo) Pues si ya lo habéis hablado los tres y parece que lo teneis todo resuelto ¿para qué tengo que decir yo algo?

-(Cesar) Porque desde hoy mismo, tu mujer ya no estará casada solo contigo, estará casada con nosotros tres. Ya te has dado cuenta que algunas noches ha llegado ya casi al alba a casa, ahora queremos que pase noches completas con nosotros dos. Seremos un trio perfecto. Es posible que algunos días seguidos no la veas porque estará con nosotros. Nos la llevaremos a pubs, clubs de copas, salas de bailes, la exhibiremos y luego dormiremos los dos con ella follando sin parar. Ya hemos comprado una cama XXL.

-(Raul) Naturalmente irá vestida, o desvestida en esos sitios como una puta cara, sin ropa interior y se comportará como la puta que es y follará con todos los que le paguen muy bien y nosotros pasaremos por sus chulos. Y al igual que todas las putas, sobre todo las de gran calidad y viciosas como ella, le pagaremos nosotros un precio muy generoso por follar también con nuestros clientes más especiales ¿no es así, Sandra?

-(Sandra) Por supuesto. Mira Jorge, yo he estudiado y trabajado duro durante años y tengo ahora la ocasión de mi vida. Raúl y Cesar Antonio, antes de un año más o menos, volverán a su Panamá natal y a sus anteriores cargos en su Empresa matriz. Voy a ser yo la Directora General del Departamento con un sueldo de ensueño y un Contrato blindado por el que si me despiden, me pagarán una cantidad astronómica. Estaré dos meses en Panamá City para conocer por dentro la filosofía de la Empresa allí mismo y luego viajaré allí dos o tres veces al año solo unos días, al igual que hacen ahora Raúl y Cesar, para reunirme con los jefes y establecer estrategias y todo eso y naturalmente, follar con estos dos sementales. Como dice Cesar, ese será mi pago por los servicios sexuales que les presto muy feliz y los que les voy a prestar desde ahora para satisfacerles plenamente. Solo lo queremos pasar muy bien los tres y divertirnos como nunca lo habíamos pensado. Hay unos locales que ya te iré enseñando y donde te presentaré a todo el mundo como lo que eres, mi marido y así, todo el mundo sabrá en esos locales los cuernos que te estoy poniendo y te pondré y lo muy puta que soy al acudir a ellos sin ti, solo con mis dos chulos y comportarme para todos, como una puta cara, muy cara y muy fácil. Por supuesto, cuando se vayan, tu serás mi chulo y quien me busque clientes porque pienso seguir siendo puta mientras pueda, dos o tres noches por semana y ya verás cómo te gusta ser mi chulo y contar los billetes que me gane follando. He descubierto esta vida alternativa y deseo hundirme en ella totalmente y al margen del trabajo.

-(Raúl) Joder, y tan cara como le vas a resultar a la empresa y ya le estás resultando con las cosas que te estamos comprando, más las nuevas tetas y todo el resto. Pero ya verás Jorge lo que disfrutas con tu puta esposa, lo que ganas como chulo y lo bien que lo pasareis. Sin contar además, lo que está aprendiendo y aprenderá y tú te aprovecharás de un sexo extraordinario y vicioso.

-(Sandra) Y por la niña y la atención de la casa no te preocupes. Ya he hablado claramente con la mujer que tenemos ahora y ha comprendido la situación, ella se encargará de todo y casi todos los fines de semana estaré contigo para poder ir a casa de nuestros padres y salir con nuestros amigos de siempre. Nadie de nuestro entorno notará nada de toda esta relación “especial” entre los cuatro y que estoy casada con tres hombres en lugar de uno solo y que trabajo de puta. ¡Y por favor, dejemos de hablar y follemos como locos, quiero estar chorreando semen una semana!

El primero en acercarse fue Cesar quien con su fuerza la tomó en sus brazos y la llevó hasta la cama matrimonial donde la tumbó, la cogió de la cintura, la dobló y se metió bajo ella metiendo su polla en su culo aún dolorido sin ninguna piedad, Raúl la penetró por el coño y Sandra, girando su cabeza, cogió con sus manos mi polla, me miró con amor y deseo, besó la punta de mi polla y se la introdujo totalmente en su boca hasta la garganta. Fue una follada espectacular, su cuerpo se movía de forma rara ya que cada uno de nosotros la empujaba de una forma, de su boca solo salían gritos guturales. Sus manos parecían las aspas de un molino moviéndose en el espacio y al mismo tiempo acariciando cuerpos y ladeándose para ofrecerse mejor a cada uno de los que teníamos nuestras pollas dentro de sus agujeros mientras se corría una y otra vez. El primero en correrse fue Raúl con un fuerte alarido, luego yo dentro de su garganta y como de costumbre Cesar, que además de tener un pollón de narices, era siempre el último en eyacular, lo que agotaba a cualquier mujer y a él le daba un placer infinito. Pero mi esposa quería guerra, cogió la polla de Raúl, se la mamó, se la puso dura y se la metió por el culo, luego me la mamó a mí y me ofreció su coño que pronto penetré sin problemas y a Cesar, no solo se la mamó sino que se la introdujo todo lo que pudo en la boca saboreando todo lo que antes Cesar había sacado de su ano mezclado con su semen. Jamás le había visto abrir tanto la boca para meterse una polla y Cesar incluso le tapaba la nariz para respirar. Las corridas de mi mujer eran constantes y muy intensas, cuando Raúl y yo nos corrimos, nos sentamos al borde de la cama y disfrutamos del espectáculo de ver como esa polla de Cesar entraba y salía de la boca de Sandra con dificultades mientras ella se masturbaba y nuevamente se corría, cuando Cesar se corrió, cogió con sus dos manazas la cabeza de mi mujer y la penetró como si de la vagina o del culo se tratase. Sandra sudaba, intentaba abrir más su boca lo que era imposible y cuando se corrió en su garganta, mi mujer ya no podía más, abrió toda su boca aspirando profundamente el aire que le faltaba a sus pulmones mientras se tragaba todo su semen y se dejaba caer sobre la cama boqueando.

Traje una botella fresquita de vino blanco y tomamos unas generosas dosis, sobre todo Sandra. La botella duró 5 minutos y traje más. Sandra nos fue besando a todos en la boca y dándonos las gracias por una noche tan maravillosa y diciendo a Cesar que era un bestia que casi la ahoga con su gruesa polla y tan profunda. Cesar le contestó:

-Ya te he dicho cielo que tienes un problema en tu boca, las muelas posteriores de la mandíbula inferior hacen de freno para una penetración sin problemas, además que nos rozas las pollas y eso nos provoca algo de dolor. Esas dos muelas últimas laterales te sobran y sin ellas follarías totalmente cualquier tipo de polla sin problemas y respirarías mejor.

Mi esposa no contestó, pero el viernes siguiente visitó a un conocido Odontólogo y se las quitó y así, durante el fin de semana la boca se fue recuperando casi totalmente de las extracciones. Sinceramente ahora mama las pollas que te cagas del placer y se las traga enteras. Diez días más tarde, un martes, ingresó en una clínica superconocida, donde le implantaron sus nuevas tetas. Cuando vi el volumen de las vendas y el bulto que hacían, creí le habían puesto unos balones de baloncesto NBA y me equivoqué, solo eran de balonmano. Alrededor de dos meses más tarde, trajo a casa su primer tatuaje en la parte posterior del hombro derecho (un dragón que hay en Panamá, en las montañas que hacen frontera con Colombia) y sus dos primeros piercings, dos gruesos anillos un poco más abajo “del centro geográfico” de sus labios vaginales. Posteriormente otros 2 tatuajes, uno en el brazo izquierdo como una pequeña hada y el otro, un corazón rojo intenso en la parte depilada (por laser) del coño, justo encima de los labios con una R y una C en letra gótica y poco a poco, más piercings, dos gruesos aros como los anteriores en la parte superior de los labios vaginales, otro grueso en su clítoris, otros dos gruesos para sus excitantes pezones, el obligado del ombligo ¡qué mujer no lleva uno ahí! Su oreja derecha fue perforada con otro agujero y la izquierda con otros cuatro, con lo que puede llevar dos pendientes en una y cinco en la otra… y naturalmente, nuevos y discretos tatuajes.

Me la pasearon durante meses por los peores y mejores “garitos” del alterne, intercambios, pubs, salas de baile y no solo de nuestra ciudad sino también de la costa cercana, con la menor ropa posible, las máximas trasparencias posibles, los tacones más inverosímiles y a disposición del público que pagase lo que ellos pedían, ya que hacían de chulos y la ofrecían a hombres o mujeres. Cualquiera podía bailar con ella, tocarla o manosearla, eso era gratis y una forma de calentar el ambiente y subir el precio. Naturalmente, cuando ha salido conmigo a los mismos locales y me presenta como su esposo, las miradas que recibo son más bien “cariñosas y llenas de misericordia”. Y ahora, pues termino con la misma frase que empecé este relato:

-Jorge, estoy preñada y no sé de quién!

Y es normal que no lo sepa. Todos nosotros nos hemos derramado dentro de ella y también los clientes que le pagaban un extra, además de varios de nuestros amigos de intercambios. No ha hecho falta que le prohíban abortar sus jefes, sino que es deseo suyo tenerlo como un recuerdo permanente de estos años locos y no ha sido hecho adrede ya que mi esposa tomaba anticonceptivos, un fallo, pero ahora tiene la ilusión que salga “café con leche, chocolate claro… o blanco como yo y la mayoría de sus clientes”. Ella deseaba tener una parejita y además, Cesar y Raúl se van dentro de unas semanas y en Octubre ella será la nueva Directora. ¿Qué puedo hacer yo? Pues como me dice Sandra, esperar y ya veremos el color cuando nazca. Ella lo ha asumido totalmente, yo no lo tengo muy claro y me asusta no sea blanco, blanco. Y no es racismo, es familia, amigos, sociedad y muchas cosas más, incluso he pensado en cambiar de domicilio pero para qué, el color del niño no lo puedo cambiar. Por supuesto, mi esposa ya tiene hace tiempo su Contrato blindado prometido. Y yo me quedaré con un nuevo niño/niña, de cuyo padre nada sabremos y el color, ya veremos. Pero sinceramente, me está gustando mucho el papel de chulo de mi propia mujer y las grandiosas folladas que tenemos al llegar a casa, en el hotel más cercano o en el mismo coche. Nunca me imaginé nada más caliente y golfo que negociar el precio del cuerpo de tu mujer para que otros lo disfruten a su antojo, mientras ella te mira con sonrisa pecadora.

Gracias por leerme y espero me comprendáis. ¿Qué hubierais hecho vosotr@s?

masoleris@yahu

No hay comentarios:

Publicar un comentario