jueves, 20 de julio de 2023

El e-mail que cambio mi vida

 El e-mail que cambio mi vida

Les voy a relatar la experiencia que tuve hace un tiempo con una compañera de trabajo.

Todo la historia transcurre en una ciudad andaluza y su primer capitulo tuvo lugar en mi lugar de trabajo. Tengo que decir que soy informático y que trabajo en una oficina del centro de la ciudad.

Antes de empezar la historia tengo que decir que soy una persona normal tanto físicamente como en cuanto a carácter, por lo que suelo hacer amigos con facilidad y suelo llevarme bien con los demás. Cuando ocurrió esto no tenía novia, estaba en una época en la que me dedicaba a ir de flor en flor, huyendo de forma clara de cualquier relación seria.

Todo empezó cuando Susana entro a trabajar en mi oficina, ella es casada y tiene dos hijos. Desde el primer momento me llamo mucho la atención y no podía dejar de mirarla ya que a sus 35 años tenía un cuerpo impresionante, mide 1,75 y esta muy bien proporcionada con unos pechos hechos a medida de la mano y un culo perfecto que hace las delicias de cualquiera. Tiene el pelo largo, negro y una sonrisa que te deja embobado, en definitiva una mujer muy guapa que aparenta tener 28 años.

Como dije anteriormente yo no podía dejar de mirarla, se me aceleraba el corazón, se me entrecortaban las palabras al hablar con ella, era la primera vez que una mujer me ponía tan nervioso. Con el paso de los días observe que ella se daba cuenta de mis miradas -que la recorrían de arriba abajo- y no se molestaba, es más me correspondía con otra serie de miradas y sonrisas que a mi me ponían a cien. También hubo un cambio en su ropa que ahora era más provocativa con escotes insinuantes, ropa ajustada y pequeñas faldas. Parecía decirme: "ya que no paras de mirarme voy a darte un buen espectáculo".

Al final todo esto se convirtió en un juego diario en el ambos disfrutábamos, aunque nunca lo mencionábamos en nuestras conversaciones. Yo estaba encantado de observarla y ella de ser devorada con la mirada. Todo esto se hacía más fácil ya que ambos estábamos en la misma planta y nuestras mesas no estaban muy lejos entre sí, por lo que cualquier paseo de ella mostrándose por la oficina se convertía para mí en una especie de strip-tease. Era nuestro especie de secreto que llevábamos en silencio y en el que ninguno de los dos se atrevía a ir más allá.

Hasta que un día ocurrió algo increíble. Ella llegó a la oficina más guapa que nunca, con una blusa ajustada de color rojo en la que resaltaban más que nunca sus magnificas tetas, llevaba un falda negra por encima de la rodilla ceñida a sus muslos y a su estupendo culo. De camino a su mesa fue contoneándose como una gata en celo y cuando se sentó cruzo las piernas de una manera muy sensual dirigiéndome una sonrisa que me a mi me hizo despertarme del todo. La mañana fue transcurriendo de manera normal, pero a eso de media mañana al levantarse de su mesa para ir al baño pude ver con claridad como me mostraba sus bragas que eran de un color rojo intenso. Esta imagen me dejo descolocado, no podía ser un descuido, las mujeres suelen tener mucho cuidado con estas cosas, a no ser que lo hubiera hecho a propósito. Al rato ella volvió del baño y se sentó de nuevo en su mesa, yo todavía me encontrada un poco turbado pero el sonido de un e-mail que llego a mi PC me hizo reaccionar, al ver que era de Susana me dio un escalofrío por el cuerpo que continuó al leer lo que decía:

Hola, soy Susana.

Veo que te ha gustado mucho mi pequeña exhibición por la cara que has puesto, de todas maneras lo mejor esta por llegar ya que te he dejado un regalito en el baño de señoras.

Ve a buscarlo!!!

Si perder el tiempo me levante de la mesa como un resorte y me dirigí al baño de señoras, entre con mucho cuidado por si había alguien y allí encontré sus preciosas bragas rojas encima de la taza del inodoro, estaban enrolladas y desprendían un olor inconfundible a hembra en celo. Al cogerlas note que estaban húmedas por su excitación y me las lleve directamente a la cara para olerlas y lamerlas. Al momento note que estaba empalmado, así que me desabroche los pantalones y me baje los boxer saliendo mi polla como un resorte. Estaba más grande que nunca y las venas parecían querer salirse de la piel, nunca me la había visto tan gorda y erecta.

Despacio agarre con mi mano mi polla -sin pensar que estaba en el baño de señoras y con unas bragas en la cara- y empecé a hacerme una paja muy despacio pensando en que la guarra de Susana estaba fuera en la oficina sin bragas.

A mi mente llegaban de golpe todas las fantasías eróticas que había tenido con ella, y empecé a imaginarme que salía del baño con mi polla tiesa como un mástil y me encontraba a Susana sola en la oficina sentada en su mesa, yo me acercaba a ella poniéndole la polla delante de su cara y ella sin decir nada se la tragaba con mucha gula, como si le fuera la vida en ello. Ella la mamaba de una manera espectacular, haciendo pequeñas paradas en las que me lamía los huevos y la punta del glande para de nuevo volver a engullir mi falo, yo por mi parte le sobaba las tetazas que estaban muy turgentes. Después ella fue desnudándose y se tumbó encima de la mesa abriéndose de piernas y mostrándome un chochito que estaba muy bien arregladito –sólo un pequeño triángulo de vello en la parte superior-, el cual yo empecé a lamer pasándole la lengua por sus labios y su clítoris. Ella gemía de una forma incontrolada y al rato me pedió que se la metiera , por lo que deje de lamerle el coño, me incorpore y se la clave sin dificultad ya que estaba bastante mojada, a las pocas embestidas ya tenía todo mi polla dentro de ella que se retorcía y pedía más. Yo estaba en éxtasis al contemplar la cara de ella y el bamboleo de sus senos en cada una de mis embestidas, después de un buen rato perforando su coño llegamos a un orgasmo en el que yo me derrame por completo en su interior inundándola con toda mi leche a la misma vez que besaba y mordisqueaba sus pezones.

Poco a poco fui relajándome y despertándome de esa fantasía que se había formado en mi cabeza fruto de mi tremenda excitación y comprobé que había tenido una descomunal corrida sobre las bragas de Susana que habían quedado completamente manchadas por mi semen. Limpié con ellas los restos de semen que habían quedado en mi polla y las coloque en el mismo lugar que me las había dejado ella.

Cuando termine de ponerme los pantalones me lave la cara con agua y salí del baño de señoras para dirigirme de nuevo a mi sitio. Al llegar a mi mesa Susana me miraba de forma coqueta y a la vez intrigada por mi tardanza en el baño. Sin dejar de mirarla de vez en cuando me puse a escribirle un correo electrónico que decía lo siguiente:

Hola, Susana.

Me ha encantado tu húmedo regalo y saber que ahora mismo no llevas bragas debajo de tu corta falda, por eso he decidido corresponderte con otro regalo.

Puedes pasar a recoger tus bragas que verás que tienen una sorpresa para ti.

 

Al momento Susana se levanto y entro en el baño de señoras, en el cuál estuvo un buen rato, y volvió a salir con un especial brillo en los ojos dirigiéndose de nuevo a su mesa. De nuevo en esta ocasión en otro movimiento calculado volvió a enseñarme su entrepierna pudiendo comprobar que llevaba de nuevo sus braguitas de color rojo intenso. Mi polla se puso de nuevo dura al ver que llevaba las braguitas en las que hace un momento me había corrido de forma brutal. Ya solo me quedaba la duda de si las había lavado en el baño o se las había puesto con todo mi semen en ellas. Como si me hubiera leído el pensamiento Susana me saco de la duda mirándome fijamente a los ojos y llevándose la mano a su entrepierna, la cuál volvió a sacar llevando en su dedo índice un grumo de mi semen que se metió directamente a la boca saboreándolo con mucho deleite. Después me sonrió y ambos continuamos con nuestro trabajo esa mañana.

Desde ese momento la relación entre Susana y yo cambió radicalmente en cuanto a nuestros juegos que pasaron a ser verdaderos encuentros sexuales, pero eso ya lo contaré en sucesivos relatos.

Saludos.´

Llegó el lunes y me levante para ir al trabajo como todas las semanas, mi mente no podía borrar el episodio que tuvo lugar el viernes pasado en el trabajo. Con muy pocas ganas me dirigí a mi lugar de trabajo en el cual encontré nada más llegar a Susana que estaba radiante.

Me senté en mi sitio y me puse a ordenar la mesa, a encender el pc…, ese tipo de cosas que se hacen cuando no tienes ganas de hacer nada.

La mañana transcurría bastante tranquila hasta que llego a mi pc un e-mail que procedía de Susana, al instante se me aceleró el corazón recordando el último e-mail que me había mandado la semana pasada. Cuando me tranquilicé un poco abrí el mensaje en el que se podía leer lo siguiente:

Buenos días.

¿Cómo has pasado el fin de semana?. Yo he estado todo el fin de semana pensando en lo que paso el viernes, por cierto quiero contarte lo que ocurrió cuando entre al baño después de recibir tu e-mail.

Entre al baño de señoras y me encontré mis bragas en el mismo sitio donde las había dejado antes, pero noté al raro en ellas, me acerque con mucha curiosidad y pude ver que ese líquido viscoso que estaba por toda mi braga era tu semen.

Al momento me dio un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo quedando un poco aturdida, lo cual no fue obstáculo para que cogiera mis bragas y las oliera pasándolas por mi cara una y otra vez. Me estaba empezando a poner cachonda ya que mis pechos empezaban a hincharse coronados por unos pezones bien duros y en mi pubis empezaba a sentir ese picor tan característico.

En una de las veces que pase mi braga por delante de la cara no pude evitar sacar la lengua y darles un lametazo probando el sabor que tenía tu semen, estaba un poco fuera de mí ya que no acostumbro a tragarme el semen normalmente. La situación se estaba apoderando de mí, sentía puro morbo y excitación de estar en el baño del trabajo lamiendo mis bragas llenas de tu semen.

Ya sin poder aguantar más me despojé de mi camisa y me quite el sujetador saliendo mis pechos como un resorte, tenía los pezones muy duros por lo que empecé a restregarlos por los azulejos del baño que estaban muy fríos provocándome más excitación aún ya que estaba empezando a mojar mis bragas con mis jugos.

El cuerpo me pedía guerra claramente así que subí mi falda hasta la cintura y me senté en el inodoro con la espalda echada hacia atrás quedando con mi sexo totalmente expuesto. Con una mano empecé a acariciarme mi coñito que estaba empapado y con la otra pasaba las bragas por mi cara, estaba desatada, no tardé en empezar a estimular mi clítoris usando dos de mis dedos húmedos por los jugos que salían de mi vagina.

Mi respiración se entrecortaba y estaba sudando, necesitaba algo más, por lo que abriendo las piernas todo lo que pude introduje dos de mis dedos en mi coño, empezando un frenético mete-saca que me estaba llevando al séptimo cielo. No podía parar de gemir por el gusto que estaba recibiendo mi coñito, pero aún el cuerpo me pedía algo más y por supuesto que se lo di.

Así como estaba recostada sobre el inodoro apoye mis piernas sobre la puerta del baño quedando mi coño y culo más expuestos todavía y con una de mis manos empecé a introducir las bragas en mi coño hasta que estuvieron bien adentro. Ya con las dos manos libres, dirigí una de ellas a mi clítoris y la otra a mi ano, introduciendo un dedo en él.

De esta manera seguí masturbándome un buen rato gimiendo y retorciéndome de forma incontrolada lo cual indicaba que estaba cerca de llegar a un orgasmo maravilloso. Justo antes de llegar al climax empecé a tirar suavemente de las bragas hacia fuera, todo esto sin sacar el dedo de mi culo, aumentando el placer que estaba sintiendo en esos momentos. Con el último tirón que saco por completo las bragas de mi coño me vino un orgasmo espectacular que me hizo correrme como una perra soltando tal cantidad de fluidos que me asuste yo misma, había sido el mejor orgasmo de toda mi vida.

Las convulsiones del orgasmo habían hecho que casi me cayera del inodoro por lo que recobrando un poco el aliento me levante y me puse a recomponerme un poco la ropa ya con las bragas puestas de nuevo, que aún tenían restos de tu semen.

Después me lave la cara y peiné un poco y salí de nuevo a la oficina, pero esta parte ya es bien conocida por ti.

Besos.

Susana.

Después de terminar de leer el e-mail de Susana, tenía la boca totalmente seca y una erección de caballo. Nunca hubiera podido imaginar que Susana era una mujer tan caliente y morbosa, pero así era, por lo que el resto de la mañana me la pase pensando en como podía darle a Susana otra situación tan morbosa y caliente como la que me acababa de contar.

El día termino sin que se me ocurriera nada, pero seguía estando medio empalmado por el relato de Susana lo cual hizo que me hiciera una magnífica paja al llegar a mi casa.

El resto de días de la semana transcurrieron con normalidad hasta que el jueves me vino una idea feliz a la cabeza, ya sabía la sorpresa que le iba a dar a Susana, por lo que esta tarde después del trabajo tendría que ir a comprar los aparatos para llevar a cabo mi plan.

Ya por la tarde me dirigí a un sexshop que había cerca de mi casa y compre un par de consoladores. A la mañana siguiente llegué el primero al trabajo, escondí en el baño de señoras los consoladores y me puse a redactar un e-mail para Susana.

Más tarde empezaron a llegar a la oficina los compañeros hasta que finalmente llegó Susana que ese día vestía con una blusa ajustada que dejaban entrever sus magníficas tetas y una mini falda que le sentaba como un guante a su estupendo culo.

Una vez Susana se sentó en su sitio y encendió el pc le envíe el siguiente e-mail:

Hola, Susana.

Me encanto la confesión del otro día por lo que he decidido darte una sorpresa

que creo te va gustar. Sigue las siguientes instrucciones:

Ve al baño de señoras y en el primer servicio empezando por la derecha encontrarás un bolsa detrás del inodoro.

Ábrela y en su interior encontrarás dos consoladores:

Uno de color negro y con la base mas ancha quiero que te lo metas en el culo.

El otro de color azul quiero que te lo metas en el coño.

Después quiero que salgas a la oficina con ambos consoladores dentro de tu cuerpo.

Al final de la mañana entra de nuevo al baño, quítatelos y déjalos donde los encontraste.

La mañana seguro que te deparará muchas sorpresas.

Yo estaba bastante nervioso ya que no sabía como iba a reaccionar Susana, pero una vez leyó el e-mail, se levanto y se encamino al baño dirigiéndome una mirada picarona y a la vez de asombro.

Al rato ella salió del baño con una forma de caminar un tanto extraña y al sentarse en su sitio emitió un ligero suspiro sonrojándose un poco. Seguramente se debía a que al sentarse ambos consoladores se habían introducido algo más en sus dos orificios.

Estaba casi seguro que había cumplido mis ordenes, pero no fue hasta que se levanto y fue hacia la fotocopiadora cuando pude confirmar que así era, y es que me había reservado una sorpresa para ella. Se trataba de un pequeño mando a distancia que yo llevaba en el bolsillo y mediante el cual podía accionar el sistema de vibración de ambos consoladores de forma remota.

Así que cuando ella se encontraba caminando hacia la fotocopiadora accioné dicho control, lo cual tuvo un efecto inmediato en su forma de caminar. De repente le costaba caminar y empezó a mirar para todos lados, como pudo llegó hasta la fotocopiadora apoyándose en ella un tanto aliviada.

Como si tal cosa se puso a hacer unas fotocopias, a la misma vez que yo aprovechaba para aumentar la vibración de los consoladores y acercarme a la mesa de Juanjo para hacerle una pregunta que no era mas que una excusa para poder ver de más cerca a Susana.

Desde mi nueva ubicación pude ver como Susana tenía la espalda arqueada y la mirada muy fija en los documentos que estaba fotocopiando, se notaba que todo su cuerpo estaba tenso, como aguantándose las ganas de jadear y disfrutar de aquel momento.

Hubo un momento en que ella empezó a morderse el labio inferior y a ponerse muy nerviosa, fijándome en sus piernas, que parecían temblarle, vi resbalar un líquido brillante por sus muslos en dirección a la rodilla, no lo podía creer, se estaba corriendo patas abajo, tanto que sus fluidos ya casi le llegaban a la rodilla. Ella colorada como un tomate dejo lo que estaba haciendo y se fue deprisa hacia su mesa para evitar que alguien se diera cuenta.

Su expresión al mirarme era de incredulidad y lujuria ya que estaba en medio de la oficina con dos consoladores insertados en sus orificios y corriéndose como una perra en celo.

A lo largo de la mañana fui suministrándole placer siempre en las situaciones más comprometedoras: cuando caminaba por la oficina, cuando hablaba por teléfono o con algún compañero…, pero lo mejor estaba por llegar y llegó cuando mi jefe nos llamo a ambos al despacho.

Entramos en el despacho y nos sentamos frente a su mesa, ella tenía una mirada que decía claramente que allí no por favor… delante del jefe de departamento no!!!.

Pero no hice caso de su suplica y al rato de estar hablando mi jefe, accioné de nuevo los consoladores y esta vez los puse al máximo. Ella en su silla no podía estar dos segundos quieta, estaba sofocada, con la mirada perdida y con sus tetas queriéndose salir de su ajustada blusa.

Mi jefe no paraba de hablar sobre el nuevo proyecto y miraba un poco extrañado a Susana que parecía estar en otra dimensión y ya lo creo que lo estaba, en la dimensión del placer. Seguro que estaría alcanzando nuevos orgasmos porque no dejaba de frotar sus piernas entre sí y agarrarse al sillón como si le fuese la vida en ello.

Finalmente mi jefe dejó de darnos la murga y ambos abandonamos el despacho, pero antes de salir, ví que en el sillón donde había estado sentada había una gran mancha de humedad, había vuelto a correrse de tal manera que había mojado su falda y ésta a su vez había humedecido el sillón.

Susana había mantenido el tipo en el despacho del jefe y la mañana estaba tocando a su fin, como le ordene antes de irse volvió a entrar al baño y después abandono la oficina.

Yo me hice el remolón quedándome el último para poder recoger la bolsa con los consoladores, cuando cogí la bolsa me lleve una sorpresa mayúscula ya que además de los consoladores en la bolsa estaban también sus bragas. Estas parecían recién sacadas de la lavadora porque estaban chorreando y con olor a hembra que despertaría a un muerto, por lo que no tuve mas remedio que hacerme una soberana paja en honor a Susana.

Mi plan había sido todo un éxito y Susana había resultado ser más guarra de lo que yo pensaba, lo cual hacía que se me dibujará una sonrisa en la cara pensando en todo lo que haría con ella. Pero eso ya os lo contaré en los siguientes capítulos.

Saludos.

Os sigo relatando las aventuras sexuales que tuvieron lugar después de la escenita de los consoladores en la oficina.

Todo ese fin de semana estuve dándole vueltas a la cabeza pensando en como podía poner a prueba de nuevo a Susana. Tras lo que me demostró este viernes pasado tenía que buscar algo que fuera un poco más excitante y atrevido.

El fin de semana llegaba a su fin y todavía no se me había ocurrido nada, ahí me encontraba yo tirado en el sillón con una copa de ron y meneándome la polla pensando en todo lo vivido anteriormente con Susana, cuando de pronto me vino a la cabeza otra compañera de trabajo.

Su nombre es Debla y ya llevaba un tiempo trabajando en la oficina, en cuanto a su aspecto tengo que decir que no es muy alta, pelo castaño tirando a negro, ojos negros muy sensuales, pechos en su justa medida y un buen culo. No se puede comparar en cuanto a belleza y figura con Susana, pero tiene un algo especial que la hace bastante deseable, despierta en mí bastante morbo y lujuria.

Total que empecé a pensar como podía unir la vida de ambas mujeres y hacerlas participes de mis perversiones, por lo que pensando y pensando se me ocurrió que podía tratar de convencer a Susana para que se lo montara con Debla en la oficina. Se trataba de una idea muy arriesgada y muy difícil de llevarla a cabo, ya que no se si Susana iba a aceptar y en caso de que así fuera tendría que ingeniárselas para poder tirarse a Debla que por lo que yo sé llevaba una vida bastante feliz al lado de su novio.

Conforme el domingo iba llegando a su fin, me fui convenciendo más de la idea, la cual ya empezaba a tomar forma en mi cabeza. Estaba decidido, mañana lunes se lo contaría a Susana en la oficina.

Llego el lunes por fin, todo el mundo trabajaba en la oficina en sus quehaceres diarios, cuando me dispuse a enviar a Susana el mensaje que acababa de redactar, el cual decía lo siguiente:

Hola, Susana.

Todavía no salgo de mi asombro por lo que sucedió el viernes pasado, tengo que reconocer que no esperaba que fueras una mujer tan lanzada y caliente. Pero con esto que te voy a proponer te voy a poner a prueba aún más.

Tienes que seducir a Debla, la chica que trabaja en nuestra oficina, convenciéndola para que quiera follar contigo.

Podrás hacerlo de la manera que tu estimes más oportuna, pero eso sí, deberá ser en el viejo despacho de nuestra oficina, el cual no usa nadie. En él habrá una videocámara para recoger con pelos y señales vuestro encuentro.

La videocámara va a estar en la estantería, camuflada con los archivos, desde allí hay una panorámica perfecta de todo el despacho. Te encargarás de encenderla antes de vuestro numerito y cuando acabes debes coger la tarjeta de memoria y dejármela en el primer cajón de mi escritorio. Tienes un margen prudencial de tiempo para conseguirlo.

Veremos a ver hasta donde eres capaz de llegar.

Un beso y suerte.

Pedro.

Ya estaba hecho, ahora solo faltaba esperar y colocar la cámara en el despacho, lo cual iba hacer esta tarde cuando todo el mundo se fuera, pero aún quedaba mañana y quería ver la reacción que iba a tener Susana. Pero un rato después de haber mandado el mensaje Susana estaba como si nada, la veía trabajar en su mesa sin la menor reacción, lo que me produjo una enorme decepción. La mañana iba pasando y no había ninguna mirada pícara por su parte, ni ningún detalle que hiciera pensar que había leído el mensaje.

El día toco a su fin y todo el mundo fue abandonando la oficina, cuando me asegure que estaba solo saque la videocámara de mi maletín y me fui a colocarla en el lugar que le había indicado a Susana. No me llevo nada más que cinco minutos por lo que sin perder más tiempo abandone la oficina.

Al día siguiente no hacía nada mas que buscar con la mirada a Susana, pero ella actuaba como si nada, por fuerza ella tenía que haber leído ya el mensaje pero su actitud demostraba lo contrario. Yo la verdad que estaba un poco decepcionado y empecé a pensar que a lo mejor me había pasado.

Esperaba la llegada de algún mensaje suyo en mi ordenador, pero nada. Sabía que la contestación de Susana vendría vía e-mail, ya que la única herramienta de comunicación en nuestro particular jueguecito era el correo electrónico. Cuando hablábamos cara a cara nos comportábamos como dos personas diferentes ya estuviéramos solos o acompañados. Así era nuestra particular relación.

De esta manera iban pasando los días, y yo cada vez estaba más convencido de que esta vez mi idea se iba a ir la traste, y no estaba seguro de si se iría también con ella la especial relación que había mantenido hasta entonces con Susana. Ya que no recibía ningún e-mail de ella y tampoco veía que hubiera intentado acercarse a Debla.

Pero fue el viernes por la tarde, cuando todo cambio, faltaba una hora para salir de la oficina cuando llego a mi pc un e-mail procedente de Susana, el cual decía de forma muy escueta:

Hola, Pedro.

En el cajón tienes la tarjeta, verás que viene acompañada de un par de regalos.

Espero que te diviertas este fin de semana.

Saludos.

Susana.

Al abrir el cajón un olor embargo mis sentidos, era el inconfundible olor a hembra en celo, y la razón de ello, eran un par de braguitas que envolvían de forma cuidadosa la tarjeta. Un poco nervioso y con cuidado para que no me viera nadie lo guarde en mi maletín.

Ahora si podía ver desde mi sitio a Susana mirarme y sonreírme de forma picarona; y a mí ya los minutos que faltaban para salir se me empezaban a hacer eternos. Por fin llegó la hora de salir, cogí mi maletín y salí disparado para mi piso, no podía esperar ni un minuto más para ver el contenido de la grabación. Conforme llegue la puse y me tire al sillón con las dos braguitas en las manos.

Nada más empezar la reproducción se ve la cara de Susana que acababa de encender la videocámara, luego se baja de la silla que había utilizado para llegar a la estantería y sale del despacho. La vista del despacho es perfecta. Al poco rato se oyen ruidos de tacones y unas voces femeninas, son Susana y Debla que entran en el despacho. Debla viste de una forma normal, pero Susana viste de una forma muy provocativa, se nota que va preparada para la ocasión. Las dos siguen hablando al mismo tiempo que Debla enciende el ordenador de la oficina.

El audio era bueno, por lo que podía oír la conversación que mantenían, Susana le estaba dando las gracias por explicarle como funcionaba el paquete de Ofimática fuera del horario de trabajo, a la misma vez que decía que era muy torpe para manejar dichos programas y que le vendría muy bien su ayuda.

En los siguientes minutos se ve a Debla empezar a explicarle los programas, a la misma vez que mantienen una conversación intrascendente. Por lo que decido empezar a pasar la imagen de forma rápida parando en algunos momentos para oír sobre que hablaban.

En una de las veces que pare, la conversación se había vuelto más interesante, estaban hablando de sexo y no precisamente de hombres. Susana hablaba de una vez que había tenido sexo con una amiga suya y Debla la escuchaba con mucha atención.

Esto se estaba poniendo interesante, debla se muestra muy atenta e intrigada a las explicaciones de Susana, llegando en un momento a insinuar que le gustaría sentir algo así, cosa que aprovecho Susana para acercarse a ella y darle un beso en la boca.

Debla tímidamente corresponde a ese beso, desatándose la pasión entre ellas, que ya se comen la boca sin ninguna consideración. Susana empieza a besar el cuello de Debla a la misma vez que le quita su jersey y su sujetador, apareciendo unas tetas de lo más apetecibles. Susana pasa a lamer sus pezones erectos mientras le quita los pantalones y las bragas. Debla esta completamente desnuda y abierta de piernas en la mesa, lo cual aprovecha Susana para arrodillarse y lamer de forma golosa el conejito. Lo hace de manera espectacular ya que introduce por completo la lengua en el coño a la misma vez que la mira fijamente a los ojos.

Yo por mi parte ya he liberado mi polla e inició una pequeñas caricias sobre ella con mi mano, me están poniendo cardiaco estas dos tías.

Debla esta encima de la mesa con una sonrisa dibujada en los labios recibiendo gustosamente los lengüetazos de Susana que no se cansa de lamer el coño de esta.

De pronto Susana para, se pone de pie y empieza a desprenderse de su chaqueta y de su falda quedando en un estupendo picardías negro, como ya dije venía preparada para la acción. Acto seguido empieza a contonearse como una gatita en celo a la vez que de un tirón arranca su sujetador quedando sus dos pechos desafiantes a la ley de gravedad. La verdad es que los pechos de Susana son para hacerle un monumento. Sigue con su bailecito deslizando por sus piernas tersas y firmes sus finas braguitas quedando a la vista su bien arregladito coño.

Yo en ese momento estoy ya con unas bragas rodeando mi polla, a la vez que me hago una soberana paja, ya que Susana ha sacado de su bolso un pollón de plástico con un arnés para atárselo a la cintura. Esto es mejor de lo que yo había imaginado, Debla esta hincada de rodillas chupando la polla de plástico que tiene puesta Susana, es un escena de puro morbo.

Al poco tiempo Debla se tumba en la mesa con las piernas bien abiertas y Susana empieza a bombearla sin compasión, las embestidas son terribles y están dejando a Debla sin aliento. Yo en el sillón de mi casa no doy crédito a lo que estoy viendo, y sigo con mi paja a un buen ritmo.

Después de unos minutos así, Debla alcanza un orgasmo muy fuerte que casi la hace caerse de la mesa, como puede se pone de pie y se coloca la polla de plástico que se ha quitado Susana, y empieza a lamer más torpemente el coño de Susana. Los gemidos retumban en todo el despacho, ambas mujeres están descontroladas por completo.

Susana le pide que se la folle y Debla como buena amiga dirige la polla a la entrada del coño y la penetra sin compasión con un rítmico mete-saca.

Yo por mi parte estoy a punto de correrme, ya que lo que estoy viendo no tiene palabras, pero haciendo un último esfuerzo intento aguantar ya que veo que Susana se pone con el culo en pompa y le pide a Debla que se la meta por el culo.

Debla un poco sorprendida pero llevada por el deseo y el placer apoya la punta del pene en el ano y empieza a presionar lentamente. Debido a los flujos de la vagina de Susana el pene esta bien lubricado y empieza a entrar sin mucha resistencia. Al poco rato se lo introduce hasta la empuñadura provocando un rítmico sonido al chocar con las nalgas de Susana. Ésta pasa de los gemidos a los gritos llegando a un orgasmo que le provocan unas convulsiones tremendas.

Al mismo tiempo yo me pego una corrida tremenda que empieza a salpicar por todos lados de la habitación y que me hace cerrar los ojos y tensionarme de arriba abajo. Cuando me recupero un poco y abro los ojos las dos están abrazadas y besándose muy tiernamente, para ellas también han sido unos orgasmos fantásticos.

Durante los siguientes minutos del video empiezan a vestirse y a recoger un poco todo, pero me fijo en que ambas no se ponen sus braguitas, sino que son guardadas por Susana en su bolso. Luego sale Debla en primer lugar del despacho lo que aprovecha Susana para apagar la videocámara no sin antes lanzar un beso a la misma.

El video finaliza y yo que me encuentro destrozado en el sillón, me quedo recostado pensando en la estupenda experiencia que me ha brindado Susana y con estos pensamientos me quedo durmiendo como un niño chico.

En siguientes relatos os contaré lo que paso después con Susana y con nuestra nueva amiga.

Saludos.

Pedro.

Todo el fin de semana me lo pase viendo una y otra vez el video grabado por Susana, perdí la cuenta de la veces que me corrí viendo el espectáculo sexual de mis dos compañeras de trabajo. Ya el domingo por la tarde estaba sin fuerzas, exhausto de tanto hacerme pajas a la salud de Debla y Susana, por lo que decidí ducharme y acostarme para estar despejado el lunes en el trabajo.

Llego el lunes, me levante, desayune y cogí el coche para ir al trabajo, por el camino me venían a la cabeza las imágenes del video como si fueran diapositivas que pasaban una y otra vez por mi cabeza -Susana comiéndole el coño a Debla, Debla penetrando por el culo a Susana con aquella polla plástico- , estaba empezando a ponerme de nuevo cachondo y el día solo acababa de empezar.

Una media hora después de salir de casa llegué al trabajo, todo estaba como siempre, me senté en mi sitio a esperar la llegada de mis dos musas. La primera en llegar fue Susana que estaba como siempre arrebatadora con cualquier cosa que se pusiera, entró con su contoneo habitual y me dedico una de sus maravillosas sonrisas de camino hacia su mesa. Al rato llegó Debla también muy guapa, y se dirigió hacia su despacho no sin antes buscar con la mirada a Susana. Estaba claro que se había establecido un vínculo entre ambas mujeres después de lo sucedido entre ellas.

El día transcurría con normalidad e incluso con aburrimiento, yo me dedicaba a observar a ambas mujeres, sobre todo cuando coincidían juntas, notaba una cierta complicidad entre ellas. Se hablaban de forma muy cariñosa y se miraban de forma especial. Daba gusto verlas a las dos juntas y hacía que el día pasara más rápido.

El martes siguió con la misma tónica del lunes, pero el miércoles note algo extraño entre ambas, estaban distantes, se evitaban la una a la otra. En especial note a Debla como muy seria y preocupada por algo. El resto de miércoles me lo pase intrigado hasta que un poco antes de salir del trabajo recibí un e-mail de Susana que decía lo siguiente:

Hola , ¿como esta mi admirador favorito?.

¿Cómo has pasado el fin de semana?. Seguro que te has matado a pajas viendo el video, tengo que confesarte que yo también me he tirado todo el fin de semana con el dedo metido en mi coñito y que me he corrido como nunca.

Te escribo para decirte lo que tengo pensado hacer con Debla mañana. He estado hablando hoy con ella y le dicho que tenía toda nuestra escenita grabada en video y que si no hace lo yo le voy a mandar, su novio recibirá una copia para que sepa lo que le gusta comer coños a su futura mujercita. Para demostrarle que no miento también de le dado una copia del video a ella.

Le he ordenado que mañana tiene que venir al trabajo sin bragas y sin sujetador. Llevará una blusa escotada y ceñida, una mini falda sin medias y unos zapatos de tacón alto.

Pero dentro de su precioso conejito deberá llevar unas bolas chinas que tendrá que comprar esta tarde. Durante el día de mañana deberá andar de esta guisa por el trabajo y hacer lo que yo le ordene hasta que llegué la hora de salir, a partir de la cual le esperarán más sorpresas.

Mañana cuando todo el mundo se vaya del trabajo dirígete al despacho de Debla y prepárate para disfrutar.

Un Beso.

Susana.

Cuando termine de leer el mensaje estaba perplejo, había creado un monstruo, Susana no solo estaba empezando a disfrutar con los jueguecitos sino que empezaba a planearlos ella misma.

Toda esa tarde estuve inquieto y esa noche no pude pegar ojo. Por fin amaneció el jueves y me fui derechito al trabajo, al cual llegué el primero.

Hay estaba yo, emocionado e intranquilo ante el día que me esperaba, cuando llegó Susana que vestía un traje al estilo de la ejecutivas agresivas -Chaqueta negra con blusa roja debajo, dejando a la vista un generoso escote, una falda negra por encima de la rodilla, medias negras de rejilla y unos tacones altos- estaba realmente guapa con su pelo negro recogido y con sus labios pintados de rojo.

La gente empezaba a llegar y Debla aún no había aparecido, sería capaz de presentarse en el trabajo vestida como le había dicho Susana, la duda se develó al rato cuando Debla hizo su entrada en la oficina. Todo el mundo se quedo mirándola cuando entró, llevaba una blusa blanca bien ceñida sin sujetador debajo ya que sus pezones se veían perfectamente a la distancia, una mini falda negra que dejaba ver sus torneadas y suaves piernas y unos zapatos negros de tacón alto. Estaba para comérsela, un poco avergonzada y colorada entró a su despacho con la vista baja, no quería mirar a nadie.

Al poco rato Susana entró al despacho de Debla, saliendo poco después ambas para dar una vuelta por la oficina. Todas las miradas estaban clavadas en Debla, los hombres la devoraban con la mirada por allí por donde pasaba y las mujeres la miraban con odio y envidia al mismo tiempo. Susana la estaba exhibiendo por toda la oficina, para que vieran bien como iba vestida como una guarra.

Cuando llegaron a mi mesa Susana me saludo muy cariñosa y me dijo que si había visto lo guapa que estaba Debla hoy. Yo en ese momento me fije aún más en ella lo cual hizo que se pusiera más colorada, empezando sus pezones a ponerse más grandes por momentos. Era un verdadero escándalo, a estas alturas sus tetas se percibían perfectamente bajo su blusa blanca, coronadas por sus dos hinchadísimos pezones.

Para más morbo todavía, Susana dejo caer unos papeles de sus manos, los cuales quedaron justo a un lado de mi mesa, acto seguido le dijo a Debla que los recogiera. Esta la miró un poco enojada pero con resignación se agacho a coger dichos papeles pero sin flexionar las rodillas, esto propició que su corta falda se subiera hacia arriba quedando su coñito totalmente a la vista.

Yo por mi parte estaba flipando en colores, tenía a menos de un metro a Debla agachada cogiendo unos papeles a la misma vez que dejaba su coñito expuesto a las miradas indiscretas.

Fijándome mejor observe que el coño de Debla estaba un poco entreabierto y colgaba de él un pequeño hilo de color negro, había acatado las ordenes a rajatabla y se había insertado unas bolas chinas en su vagina, las cuales ya tenían que estar haciendo su trabajo ya que de su coño resbalaba hacia la parte interior se sus muslos un líquido viscoso que solo podía significar una cosa.

El instante que Debla estuvo recogiendo los papeles me pareció una eternidad, dejándome con la polla bien dura y con un buen dolor de huevos. Cuando Debla recogió los papeles Susana se despidió de mí guiñándome un ojo y ambas siguieron con su paseo por la oficina.

El resto del día se desarrolló de la misma manera, Susana al lado de Debla mostrándola por la oficina y dándole todo tipo de ordenes humillantes; y con Debla colorada como un tomate pero también creo que bastante excitada, por lo que esas bolas chinas estaban haciendo en su entrepierna.

Al final llegó la hora de salir del trabajo, la gente fue abandonado la oficina hasta que solo quedamos Susana, Debla y yo. Debla se encontraba en su despacho y Susana me llamó para que fuéramos con ella. Cuando Debla me vio entrar junto a Susana me miró con una cara mezcla de sorpresa e ira. No podía creerse que yo iba a ser la sorpresa final.

En el despacho había un sofá en el que me senté, Susana por su parte le ordenó a Debla que se echará al suelo y fuera gateando hasta mí y se empezará a comer la polla. Debla con lagrimas resbalando por sus mejillas hizo exactamente lo que se le ordeno y en un momento la tenía a mi lado intentando sacarme la polla del boxer.

Yo estaba excitadísimo por lo que mi polla ya tenía un tamaño considerable, lo que aprovecho Debla para empezar a chupármela, lo hacía de manera torpe, le faltaban un poco de ganas por lo que Susana con voz autoritaria de dijo que si no ponía mas ganas no iba a recibir su premio.

Debla al oír esto empezó a poner más empeño en la felación, lo que aprovecho Susana para colocarse detrás de Debla, que se encontraba por su posición con la falda subida y con el culo en pompa, y empezar a hurgar en su rajita a la misma vez que empezaba a tirar del hilo que salía de su coño.

Debido al trabajito que le estaba realizando Susana, Debla empezó a calentarse, lo que ayudo a que empezará a chupar mi polla de forma diferente. Susana seguía tirando del hilo y ya habían salido un par de bolas del coño de Debla, quien ya estaba desatada y se tragaba mi polla sin ninguna contemplación. Ahora se notaba que le encantaba lo que estaba haciendo, se sacaba mi polla de la boca y se golpeaba con ella en la cara para sentir su dureza, le daba un par de lengüetazos y la volvía a engullir con mucha gula.

Debla estaba perdiendo el control y se debía a que prácticamente Susana ya había sacado casi todas la bolas chinas de su interior provocándole un placer inmenso. Con la salida de la última bola Debla tuvo que soltar mi polla para poder gritar de placer con el orgasmo que estaba teniendo.

Yo tenía la polla a reventar y necesitaba meterla en caliente, por lo que Susana leyéndome el pensamiento le ordeno a Debla que se tumbará en el sillón que se la iban a follar como la puta que era.

Debla con las piernas temblando aún se levantó, se quito la blusa y la mini quedando solo con los zapatos de tacón. Acto seguido se tumbo en el sofá con las piernas bien abiertas. Yo me despoje de toda mi ropa y meneándome ligeramente la polla la apunte a la entrada de su precioso coñito. Antes de clavársela empecé a hacer pequeños círculos con mi polla por la zona se sus labios y clítoris. Ella me miraba a los ojos pidiéndome que se la metiera de una vez, que no la hiciera esperar más.

Sin poder aguantar más se la empecé a meter sin ninguna dificultad ya que estaba muy mojada, era un coñito estrecho, se notaba que el novio no la tenía muy grande, ya que notaba como las paredes de su vagina se aferraban a mi polla como queriendo estrangularla.

Al poco rato ya metía la polla hasta la empuñadura en el encharcado coño de Debla, mis embestidas eran rítmicas y constantes, lo que estaba haciendo que ella no pudiera parar de gemir y se aferrará con sus piernas a mi cintura. Disfrutaba follándome a Debla, viendo su cara de placer y oyendo sus gritos desmesurados.

De repente giré para ver a Susana que se había acomodado en la silla frente a la mesa del despacho. Desde allí estaba contemplando todo el espectáculo, con su falda enrollada en la cintura, sus piernas bien abiertas encima de la mesa y con su mano flotándose su chochito por encima de las bragas.

El ver a Susana así, incrementaron mis embestidas en el coño de Debla que ya gritaba sin rubor que no parará de follarla. Gritaba una y otra vez que la follara más fuerte, por lo que se la saque y la puse a cuatro patas en el sofá, quedando a la vista un culo esplendido, sin perder tiempo se la metí de golpe hasta el fondo. En esta nueva posición, en la que ella estaba con su cara hundida en el sofá y con su culo en pompa podía penetrarla más fuerte y salvajemente.

El sonido de mi pelvis al chocar con su culo en cada una de mis embestidas resonaba por toda la habitación y Debla ya no atinaba a articular palabra, solo podía emitir fuertes gemidos que le hacían casi peder la respiración.

Al rato de estar follándomela a cuatro patas, sentía que necesitaba meterla en un agujero mas estrecho, por lo que le grité que la iba a encular para que sintiera de verdad una follada fuerte. Debla incluso en su situación de excitación intento moverse pidiéndome que no se la metiera por el culo, que ella nunca lo había probado y que le daba bastante miedo.

Esto hizo que aumentara mi excitación y mis ganas de sodomizarla, por lo que se la saque del coño al mismo tiempo que Susana se instalaba también en el sofá de forma que su coño quedo delante de la cara de Debla.

Susana agarró del pelo a Debla y llevo la boca de ésta hacia su coño, yo ya empezaba a presionar con mi polla en su ano, el cual empezó a ceder frente a la presión. Debla gritaba, pero sus gritos quedaban ahogados ya que tenía la boca ocupada lamiendo el coño de Susana.

Poco a poco iba introduciendo mi polla en su apretado ano, era una sensación maravillosa sentir como a su esfínter no le quedaba más remedio que ceder ante mi tiesa y gorda polla. Al cabo de unos minutos ya tenía toda mi polla dentro de su culo y debla con lágrimas en los ojos seguía lamiendo y chupando el coño de Susana sin parar.

Entonces fue el momento de empezar un suave mete-saca que en cuestión de minutos se convirtió en desenfrenadas embestidas que hacían que Debla estampará su cara contra el coño de Susana. Los tres estábamos disfrutando de lo lindo, pero con lo apretadito que tenía el culo Debla no iba a poder aguantar mucho tiempo más.

Por lo que empecé a prepararme para descargar toda mi leche dentro de su culo, lo cual sucedió en las siguientes embestidas que le di. Empecé a correrme sin poder parar llenándole por completo su culo con mi leche. Debla gritaba que la estaba matando de gusto y que podía sentir como la estaba llenando toda, lo que provoco que Susana no aguantará más y se corriera como una loca en la misma cara de Debla que recibía corridas por ambos lados.

Susana recuperando un poco el aliento y viendo que yo todavía estaba dentro del culo de Debla se deslizó por debajo de ésta quedando su cara justo debajo de su coño. En ese momento saque mi polla del culo de Debla y el esperma empezó a resbalar por el culo pasando por el coño y llegando a la boca de Susana que lo estaba esperando con una cara de viciosa que daba miedo.

Susana recibía todo el semen que salía del culo de Debla y ya tenía la boca llena, lo cual aprovechó para empezar a lamer el coño de Debla poniéndole el coño perdido de semen. Susana con restos de semen por la cara y los labios lamía y relamía el coño de debla haciendo que ésta de nuevo empezará a gemir como una gatita en celo.

Yo tirado en el suelo y ya sin fuerzas contemplaba lo guarra que era Susana y hasta donde era capaz de llegar, estaba devorando el coño de Debla, en el que ya había mezcla de fluidos vaginales y de semen, hasta que hizo que se corriera como burra soltando mas cantidad de fluidos aún. Al acabar los últimos espasmos de Debla, Susana se quedo en esa posición con una sonrisa en la cara, la cual tenía echa un cromo, y me dedicó una de sus miradas penetrantes.

Debla por su parte estaba como desvanecida encima de Susana, por lo que decidí recoger mi ropa, vestirme y abandonar la oficina no sin antes decirle a Susana que había sido la follada más increíble de toda mi vida y que era la mujer más maravillosa que había conocido nunca.

De camino a casa llevaba una sonrisa en la cara que iba a tardar en desaparecer muchos días. Me sentía el hombre mas afortunado del mundo, ya que había tenido la suerte de conocer a Susana, una mujer que me iba a deparar muchas más situaciones increíbles que os contaré en siguientes capítulos.

Un Saludo.

Pedro.

Folladas sin compasión en un cuarto estrecho

El fin de semana tocaba a su fin y yo todavía seguía recordando la gran follada que le di a Debla en presencia de Susana, había encontrado un filón de oro y pensaba aprovecharlo.

El lunes por la mañana me encontraba ya en el trabajo y por mi cabeza me rondaba una idea para emputecer aún más a ambas mujeres. La tarea no iba a ser fácil pero contaba con un as en la manga. Debía elegir muy bien mis movimientos ya que todo se podía ir al traste si no actuaba con inteligencia.

Por su parte Susana en el trabajo se comportaba como siempre, es la típica compañera de trabajo simpática y guapa que cae bien a todo el mundo, pero detrás de esa fachada se esconde una verdadera loba. Además conmigo seguía actuando como si apenas tuviéramos ninguna confianza. Pero era solo delante de los demás compañeros, teníamos que mantener oculto nuestro morboso jueguecito.

Otra historia era Debla, pasaba de mí tres pueblos, solo me dirigía miradas de odio por haberla llevado a aquella situación. Aunque sé que mientras la follaba duramente en su despacho disfruto como una autentica puta.

Con esta tesitura y con las ideas ya bien claras de lo que iba a hacer, me dispuse a escribir un e-mail que iba a enviar a las dos. No tarde mucho en acabarlo y decía lo siguiente:

Hola, mis zorras.

Después del espectáculo que me regalasteis la última vez, os cuento lo que tengo pensado hacer con vosotras.

El sábado que viene por la noche deberéis estar disponibles para mí, tendréis que inventaros cualquier excusa para que no sospechen vuestras parejas. El punto de encuentro va a ser el viejo parque del centro de la ciudad a las 10 de la noche.

No hace falta que vengáis vestidas de una forma especial, eso sí tenéis que venir preparadas para vivir experiencias nuevas con otras personas.

Espero vuestra confirmación.

Un beso para las dos putas más sensuales de la oficina.

Pedro.

Le di al intro y el mensaje salió rumbo a su destino. Solo quedaba esperar la repuesta de ambas mujeres. Y la respuesta de Debla no se hizo esperar, me mando un e-mail en el que me ponía parir con todo tipo de insultos y diciéndome que ni en mis mejores sueños se iba a prestar a eso.

Esta reacción ya me la esperaba, pero quería conocer la reacción de Susana antes de tomar mi siguiente decisión. Ésta tardó más en contestar pero a media semana recibí un e-mail suyo en el que se negaba también a mi proposición. Decía que no estaba dispuesta a llevar nuestro juego fuera del trabajo y mucho menos meter en medio a más gente. Al final del todo decía que no iba a poder chantajearla con el video de Debla y ella, que su marido podría superar que se hubiera acostado con otra mujer.

Me sorprendió un poco que no aceptara, pero lo que ambas no sabían, es que yo contaba con un as en la manga y estaba a punto de utilizarlo. El jueves en la mañana llegué el primero a la oficina y dejé en el cajón del escritorio de ambas sendas tarjetas de vídeo.

A continuación le envié a las dos el siguiente e-mail:

Hola, mis putitas.

Ya veo que os estáis haciendo las estrechas. A lo mejor a vuestra pareja de la igual que os hayáis acostado juntas, pero que dirían si un compañero de oficina ha participado en otra de las folladas.

Como empezaréis a deducir instale una videocámara en el despacho de Debla antes de nuestra pequeña orgía y lo tengo todo muy bien grabado. Para que veáis que no voy de farol os he dejado la prueba en vuestro cajón del escritorio.

Ya me contaréis

Pedro.

Ese fue un golpe certero y a traición que hizo que ambas reflexionarán, confirmándome ambas su presencia el viernes por la mañana vía e-mail.

Yo lo tenía todo muy bien organizado y planeado, por lo que todo saldría a pedir de boca. Había buscado un local de intercambios de parejas donde pensaba llevarlas y lo tenía todo acordado con el dueño .Le explique que iba a llevar a un par de devorapollas y que no quería que se fueran defraudadas, por lo que debería de preparar un espectáculo digno de tales putas.

Por fin llegó el sábado y sobre las 21:30 me dirigí en mi coche hacia el punto de encuentro, llegué al parque a las diez menos cinco y me sorprendió encontrarlas ya allí. Iban vestidas de forma discreta y tenían cara de malas pulgas. Había cierta tensión también entre ellas, pero todo iba a cambiar esa noche. Las invite a que subieran y les di un pañuelo a cada una para que se vendarán los ojos.

Al principio se negaron pero al recordarles lo del video, un poco a regañadientes se lo pusieron y nos fuimos hacia el local de inmediato. De camino hacia allí permanecían calladas, incluso Susana que era la más lanzada se la veía nerviosa.

Al cabo de media hora llegamos al local que estaba en un lugar apartado a las afueras de la ciudad. Las ayude a bajar y las dirigí hacia el él. En la entrada me identifique como en el que traía a las dos tragapollas que actuaban hoy, al oír esto, ambas pusieron el grito en el cielo e hicieron ademán de quitarse la venda, pero les volví a recordar lo del video y que era demasiado tarde para echarse atrás por lo que accedieron a entrar.

Ya dentro nos separamos, llevándolas a otra habitación en la que debían cambiarse y ponerse algo más a tono para la ocasión.

Por mi parte, me dirigí a una especie de cabina la cual tenía una visión directa de un pequeño cuarto en el cual había una luz muy tenue. Me senté tranquilamente y me dispuse a esperar acontecimientos. Como a los 15 minutos la puerta del cuarto se abrió entrando en él Susana y Debla, llevaban unos conjuntos de lencería muy sexys. Estaban espectaculares, sobre todo Susana a la que el picardías le hacía resalzar más todavía su estupendo cuerpazo.

Ellas seguían con los ojos vendados por lo que se movían por el cuarto con inseguridad intentando palpar lo que tenían a su alrededor, cuando de repente la luz del cuarto se hizo más fuerte pudiéndose distinguir desde mi posición todo lo que había en él.

El cuarto era estrecho, apenas cabían mas de un par de personas, en una pared tenía la puerta de entrada, enfrente de la puerta había cristal a modo de pared (esos típicos cristales que solo permiten ver desde un lado de éste) y en las dos paredes laterales había tres agujeros pequeños y unas asas para poder agarrarse. En el centro había un banco grande y ya casi pegando al techo se veían un par de cámaras y una especie de altavoz.

De pronto una voz ronca que provenía de los altavoz les ordeno que cada una de ellas se acercará a un lateral diferente y se pusieran de rodillas. Ellas un poco desorientadas todavía obedecieron colocándose en esa posición, cada una delante de los tres agujeros que había en su pared.

Al momento empezaron a sobresalir de cada uno de los agujeros unas polla enorme, al mismo tiempo que la voz le ordenaba que palparán con sus manos la pared que tenían en frente. No tardaron mucho en darse cuenta de lo que era y por tanto de lo que debían hacer.

Sorprendentemente la primera en empezar a pajear y mamar las pollas fue Debla, pero de momento Susana también inicio las mamadas. Allí estaban ambas de rodillas, con los ojos vendados y mamando y pajeando las pollas que salían de la pared.

Era un espectáculo ver a Susana hincada de rodillas, con sus pechos bamboleándose ya fuera del sostén a cada chupada que daba a los enormes rabos. Por su parte Debla alternaba con gran ansia las tres pollas, no podía tragarse entera ninguna pese a los esfuerzos que hacía, por lo que restos de saliva colgaban de su boca cayendo poco a poco en sus pechos.

La frialdad del principio se había transformado en una atmósfera muy caliente, ya que ambas estaban muy cachondas, masajeaban y pellizcaban sus pechos, se frotaban por su entrepierna e incluso Susana introducía ya sin pudor un par de dedos en mojado coño.

Estaba claro que empezaban a necesitar algo más, de lo cual también se percato el sujeto del altavoz que les ordeno que se levantaran y se clavaran en sus coñitos húmedos las tiesas pollas. Sin dilación se levantaron y se bajaron con prisas sus braguitas, poniéndose en posición para ser penetradas. Seguían con los ojos vendados lo cual no fue impedimento para que de espaldas a la pared dirigieran al interior de su ardientes coños las pollas.

Debla con un pie en el banco y con una mano agarrada a un asa de la pared era taladrada sin compasión desde atrás, mientras que Susana tenía las dos manos apoyadas en el banco quedando su culo completamente en pompa, el cual movía bruscamente contra la pared en un intento de ser penetrada hasta el fondo.

Los gemidos resonaban en el cuarto como el eco en una cueva, estaban desatadas cambiando de polla y de postura en un festival de sexo impresionante. Yo por mi parte ya me estaba cascando una paja fenomenal en mi cabina privada viendo el espectáculo mas grande que presenciaría en mi vida.

Por su parte el tío del altavoz debía de estar igual que yo, por lo que viendo lo guarras que estaban resultando ser, les propuso que la que quisiera se podía meter la polla por su culo. Ante esta invitación ambas se levantaron quitándose la venda de los ojos, se miraron con un brillo de excitación en sus ojos y se dijeron algo al oído.

Acto seguido se agacharon sobre el banco, una por cada lado, de manera que sus caras quedaban una enfrente de la otra y sus culos quedaban pegando a la pared listos para ser enculados a conciencia.

La dos se reían a la misma vez iban dándose besos acaloradamente, estaban cachondísimas, por lo que hábilmente dirigieron hasta la entrada de sus anos las pollas enormes que tenían detrás. Una vez que tenían las pollas apuntando a sus esfínteres empezaron a hacer presión moviendo sus culos hacia la pared. Lentamente las dos barras calientes fueron introduciéndose en sus anos.

Las pollas eran demasiado grandes y les estaba costando un poco introducírselas hasta el fondo, pero poco a poco lo estaban logrando. Los gemidos ya se estaban convirtiendo en gritos descontrolados. Estaban ambas cara a cara siendo penetradas analmente por unas pollas enormes.

Las dos estaban bañadas en sudor por el esfuerzo, pero Susana parecía ser la que mas estaba disfrutando ya que hacía chocar su culo contra la pared de forma violenta, por lo que la penetración era completa. Lo delataba su cara que era todo un poema, una mezcla entre dolor y puro vicio.

Se notaba que Susana era toda una experta y disfrutaba con el sexo anal. Una tía que estaba tan buena como ella sodomizada y depravada de esa forma, era una cosa que no tenía precio, es decir, no se podía pagar ni con todo el oro del mundo.

En el cuarto las penetraciones eran frenéticas por lo que al poco tiempo las pollas no aguantaron más y se vaciaron en el interior de sus esfínteres. La cara de ellas denotaba que las estaban llenando por completo. Una vez terminadas las corridas y no contentas con eso se desacoplaron y se lanzaron como lobas a por las pollas restantes.

Las mamaban a conciencia, le daban lenguetazos e incluso las mordían levemente al mismo tiempo que de sus dilatados anos salían los restos de las corridas. En el caso de Debla los restos de semen salían mezclados con sangre también, al parecer le habían roto el culo pero su excitación no la dejaba percatarse de ello.

El ritmo desenfrenado que llevaban haciendo las mamadas hizo que las pollas en cuestión de minutos se corrieran llenándoles la cara y los pechos. Al final las dos estaban pringadas por el sudor y el semen, y yo había conseguido correrme como un caballo.

Temblándome un poco las piernas salí de la cabina y me dirigí a la salida del local, en la cual espere a que me devolvieran a mis dos putones ya con su ropa anterior y con los ojos vendados de nuevo. Una vez listas las monte en el coche y las lleve de nuevo a donde las recogí, de camino ambas se quedaron dormidas sin decir una sola palabra.

Al llegar al parque las desperté para que bajaran del coche, me despedí de ellas y les dije que las vería en la oficina. Ellas por su parte no articularon palabra y se quedaron allí de pie mientras me alejaba en mi coche.

En sucesivos capítulos os contaré lo que sucedió a partir de aquel día que marco un antes y un después en mi relación con Susana.

Un saludo.

Pedro.


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