martes, 26 de diciembre de 2023

Mi hermana y la paja (6-10)

6.


 - Venga, salte de ahí, no me gusta eso – Me dijo mi hermana mientras me daba golpecitos en la cabeza par que me apartara.

- Pero como no te va a gustar? – Le pregunté sorprendido – ¿Tan mal lo hago?

- No es eso, es que no me gusta que me lo hagan, nose, no me gusta.

- Eres muy rara – Le dije a la vez que quitaba mi cabeza de entre sus piernas tras haberle metido un lengüetazo a su coño. – ¿Me cortas un poco el royo sabes?

- No es mi culpa, no me gusta y punto – Cerró las piernas y se giró tapando su tetas con sus brazos.

- ¿Estas bien? – Le pregunté a la vez que me acomodaba a su lado tumbándome en su cama.


Los dos estábamos en su habitación, desnudos, tumbados en su cama. Me estaba dando la espala y podía distinguir sus maravillosas curvas, su piel blanca y su pelo suelto alborotado.

- No lo sé. – Dijo al fin.

- ¿He hecho algo mal? – Pregunté

-No, no, no. – Se diñó la vuelta para hablar conmigo. – Es... nose… tenemos que hablar.

- ¿Ahora? – ella ignoró mi pregunta y empezó a hablar.

- ¿Porque te acuestas conmigo?

- ¿Que? – Le dije sorprendido al no esperarme esa pregunta.

- ¿Follas conmigo porque te gusto o porque te da morbo porque soy tu hermana?

- Creo que… - Pensé la respuesta un poco – Creo que ambas cosas. No te voy a engañar, estas muy buena, o por lo menos a mi me gustas. Me gustan tus tetas, tu culo, me gus…

- mi culo y tetas… - Laura entornó un poco los ojos enfadada por la respuesta.

- tu culo, tus tetas, tus labios – Continué – tu cuello, tu sonrisa, tu forma de mirarme, nose, hasta tus gestos empiezan a gustarme, Incluso esa voy que tienes, de pato mareado me gusta. Y nose, supongo que sí, que el hecho de que seas mi hermana pues tiene ese plus de morbosidad no? ¿A ti te pone hacerlo conmigo porque soy tu hermano?

Laura asintió con la cabeza.

- Mucho – Dijo al fin sonriendo. Acercó su cuerpo al mío lo suficiente para que al final tuviese que pasar mi brazo por debajo de su cabeza a modo de almohada. Laura levantó una rodilla y la posó en mi lomo. Acercó su mano a mi mejilla y me la acarició.

- Tengo un pequeño problema, eres mi hermano – Se acercó un poco más- Pero me estas empezando a… - Cerró los ojos y su cara reflejaba que estaba buscando en su interior la fuerza necesaria para poder hablar –

Espere pero no contestó, se quedó callada.

- A que Laura – La rodeé con mi mano libre y la abracé – Estoy empezando a que.. – Susurré muy cerquita de ella.

- A gustar mucho – Al final respondió y abriendo los ojos para mirarme directamente a los míos.

Entonces la vi a ella, con las mejillas sonrojadas la mirada perdida en mis ojos, con los labios rojos y su aliento entrando por mi nariz. La chispa mágica saltó entre nosotros. Hera mi hermana y la quería un montón, peor algo pasó, algo hizo que nuestro amor de hermanos pasara a otro nivel superior. Ese día fue el inicio de todo. Ese día nos unimos para siempre. Ese día fue el día que la besé.

No sabía como pero mis labios se encontraban pegados a los suyos. Mis labios notaban el calor de sus labios. No había nada más en el mundo que ella. Solo ella pegada a mí. De golpe nos subió a los dos un fuego incontrolado. El deseo se convirtió en pasión. Y había que sofocarla. Su legua húmeda se metió en mi boca. Empecé a saborear la saliva de mi hermana, mi lengua empezó a bailar con su lengua, nuestras narices chocaban entre sí, Su brazos, manos y piernas me rodeaban y me atraían hacia ella. Yo hice lo mismo y mis brazos, manos y piernas se enredaron en su cuerpo.

Los pezones erectos de sus tetas se me clavaban en mi mecho a la vez que mi polla dura cono una piedra se abría paso entre sus piernas quedando justo a la entrada de su coño.

La habitación olía a pasión, a sexo, a desenfreno y eso nos animaba aún más. Laura empezó a mover su pelvis al notar mi polla rozándole por ahí abajo.

Me apartó la cara con rabia, abrí los ojos y la vi poseída de sexo. Roja como un tomate, los pelos locos, los ojos abiertos de par en par mirándome con deseo, sus labios rojos, hinchados y húmedos por el intercambio de saliva y con la boca entre abierta desenando seguir comiendo.

- Fóllame- Me suplicó desesperada – Fóllame pero a base de bien.

Saló encima de la cama, y sin tiempo a penas para reaccionar se puso a cuatro patas ofreciéndome con desesperación su sexo.

Me levanté raudo, me planté detrás de ella, escupí en mis dedos, llevé la saliva a la punta de mi polla y esta luego, la apunté a coño.

Laura apoyó la cabeza en la almohada y utilizó sus manos para abrirse las nalgas. Le vi el agujero del culo seguido de un coño mojado. Los labios de Laura estaban ligeramente separados y muy rojizos. Estaba cachonda. Muy cachonda.

El agujero del culo es una de las cosas que más me pone cachondo. Laura lo tenía de n tono muy claro, apenas se distinguía del resto de la piel, salvo por los pliegues típicos del asterisco. Me hubiese agachado para lamérselo pero estaba tan necesitado como ella que no pude parar ni un solo segundo.

El capullo de mi polla entró sin ninguna dificultad. Su coño estaba muy lubricado. Lo saqué i un brillo de humedad recubría la punta de mi miembro. Eso me éxito mucho más.

Agarré a mi hermana por las nalgas, apunté bien y mi polla entró casi de golpe de un buen empujón. Oí gruñir a mi hermana hundiendo su cara entre las sabanas. Laura solía ser muy silenciosa, pero ese gruñido medio gimiendo no pudo contenerlo.

Empuje con fuerza una segunda vez hasta el final. Luego otra, y otra y otra. El plaf plaf resonaba por toda la habitación. El sonido del choche de mi pelvis con sus nalgas se mezclaba con el choff choff de mi polla mintiéndose y saliendo de su chocho.

Empecé a ir más rápido, con más fuerza y noté como Laura, poniendo una mano en su coño se ayudaba con el gustito masturbándose a la vez el clítoris.

Me chupé el pulgar, lo embadurné de saliva y se lo puse justo encima del asterisco del culo. Laura no protestó. Froté al mismo ritmo que me la follaba, Laura siguió sin protestar. Empecé a hacer un poco de presión descontinuada y la primera falange de mi pulgar abrió el asterisco. Laura no protestó.

Saqué el pulgar y lo chupé otra vez, con más saliva. Volví a usar la misma táctica, esta vez, mi pulgar, lentamente, entre las sacudidas de perdió enteramente en el culo de Laura. Lo dejé quiete y a través de las paredes internas notaba como polla entraba y salía de su coño. Notaba sus movimientos. Empecé a sacar el pulgar y a meterlo a la vez, sincronizando movimientos.

Entonces sí que se quejó.

- No- Me susurró, y si voy se abrió paso por los pocos sonidos típicos de la habitación.  Me apartó la mano y me obligó a sacar el pulgar de su culo.

Entonces escuchamos un portazo.

- ¡YA ESTOY AQUÍ! – Se escuchó la voz de nuestra madre entrando a casa.

El corazón me dio un vuelco, me puse blanco, saqué la polla de dentro de mi hermana. Ella se puso de pie de un salto y corrió a cerrar la puerta de su habitación. Sin mediar palabras, en silencio, cogió la ropa de su pijama que tenía encima de una silla y se vistió rápido. Se escucharon pasos por el pasillo acercándose.

Yo acojonado, desnudo y con la ropa en mi cuarto, ya que había ido desnudo desde el, me puse blanco y miré a Laura.

Laura me miró, miró a la puerta, y volvió a mirarme con terror. Me señaló por fin la cama, me indicó los bajos de la cama y me hizo señas para que me escondiera allí.

Me tumbé en el suelo, estaba helado, pero daba igual, tenía que hacerlo rápido y en silencio. Me metí debajo de la cama, estaba llena de polvo y había trastos inútiles. Me acurruqué hasta el fondo, encogiendo los pies y pegando la espalda a la pared. Laura con el pie empujó algo de ropa sucia que tenía por ahí por debajo de la cama para intentar tapar cualquier resquicio visual, y antes de que terminara de ocultarme del todo la puerta del cuarto de Laura se abrió.

- Hola cariño ¿Cómo estás?

- Que ... ¿Qué haces tú por aquí ya? – Dijo mi hermana con claros signos de sofoco.

Tras unos segundos de silencio mi madre habló por fin.

- ¿Estas bien estas muy roja, tiene fiebre?-

- No no , si acabo de hacer un poco de ejercicio, ya… ya sabes, flexiones y zumba de ese con cascos y el móvil. Ahora iba a ducharme.

- A bueno, bueno. Yo recojo un poco la cocina y me voy a ir a comprar al Mercadona. Vas a venir?

- No no, tranquila, me quedo por aquí. – Se escuchó a Laura con la respiración agitada.

- Como quieras cariño.- Y mi madre se perdió por el pasillo.


7.

- Que digo que ayer, cuando casi nos pillara mamá me puso muy cachonda- Me susurró a la oreja mientras me mordía el lóbulo

- No digas tonterías – Le reproché mientras intentaba zafarme de la criptonita que era que me mordieran la oreja.

Los dedos de la mano de mi hermana jugueteaban con los pelos ya un poco largos de mi miembro.

Laura empezó a usar su lengua en mi oreja. Escuchaba su respiración entrecortada como un si tuviera un megáfono conectado directamente en la oreja junto con los sonidos húmedos de su lengua ensalivándomela entera.

- ¿Te imaginas que un día nos pillara en plena faena? – Me dijo con voz muy sensual a la vez que me cogía la polla con su mano calentita.

- Nos mataría seguro – Afirmé resistiéndome a sus encantos

- O no ¿Te imaginas que se apunta?

Giré la cabeza para mirarla directamente a los ojos.

Allí estaba Laura con su típica caidita de ojos, su sonrisa de oreja a oreja, el pelo alborotado y tapada con una sábana hasta el cuello. No podía verla al estar todo oscuro, pero estaba completamente desnuda. Era muy tarde y me había despertado al meterse en mi cama. Pero cualquier visita de mi hermana siempre es bienvenida.

- ¡Estaría guay ehh! – dijo Laura

- Estás muy tonta.

- ¿Por qué dices eso ahora? – Dijo aparentemente ofendida

- ¿Cómo te va a gustar eso? Es mamá.

- Y yo tu hermana.

- Pero es diferente.

- ¿En que?

- En en… en... ¿Pero qué es lo que proponer realmente Laura? No lo entiendo.

- No se, pues… - acercó todo su cuerpo al mío, me cogió una mano y se la llevó a su coño. Estaba muy húmedo y empecé a jugar con el guisante y su raja. Laura empezó a jadear muy suavemente mientras hablaba – ¿Pues te imaginas que le haces todo lo que me haces a mí? A mí me gustaría verlo.

- ¡Pero qué dices! – Intenté apartar la mano de su coño pero ella no me dejó. Con sus dedos arrastró los míos hacia su interior.

- Si ahora viniese mamá y te dejara romperle el culo ¿Le darías fuerte, a que si? – Sacó mi dedo de su coño y lo puso en la entrada de su culo. Presionó con su dedo sobre el mío y poco a poco media falange atravesó el esfínter. – Ves, así ¿No le harías esto a mamá?  – No hizo falta que me guiara mucho más, seguí empujando y un dedo lubricado con los fluidos vaginales de mi hermana le entró por entero en el culo.

- No... no creo que pudiera hacerle esto a mamá. ¡Es mamá! –

Entonces con cara de enfadada Laura me sacó la mano de su entrepierna y mi dedo se deslizó fuera de su culo.

- ¿Y ahora porque? – Protesté

- Porque si,

- ¿Todo esto es porque te he dicho que no?

- Si – Tardó en contestar.

- Pero, es que es mamá. –

- Y yo soy tu hermana y bien que te gusta hacer ciertas cosas conmigo.

- Pero es diferente-

- Te repito que no lo es. Y que no, no me lo creo, que tú me digas que no, no me lo creo.

A decir verdad, Laura tenía razón. Más de una ocasión me lo había imaginado haciendo con ella, al más puro estilo hardcore sucio alemán. Luego me sentí muy culpable por ello.

- Vale si – Le afirmé al cabo de un rato meditando. Ella sonrió de oreja a oreja. – Pero una cosa es una fantasía y otra cosa es la realidad.

- ¿Una fantasía? ¿Has tenido fantasías con mamá?

Me ruboricé

- Pero bueno, ya me las estas contando, suciamente claro.

- ¿Ahora te lo tengo que contar?- Puse los ojos en blanco

- Por favor, sí. – Me giré hacia ella quedando cara con cara. Ella pasó una pierna por encima de mí y yo aproveché para abrazarla. Mi polla dura, como siempre estaba cuando estaba con ella, reposaba haciendo presión sobre su vientre.

- Bueno pues, principalmente son sueños eróticos duros. Tampoco es que haya soñado mucho con ella, pero las veces que lo he hecho principalmente han sido como si fuéramos participes los dos de una peli porno. A ver cómo me explico. ¿Sabes lo que es un GangBang?

- Si –

- Pues eso, es como si fuese una actriz porno en medio de un rodaje de un Gang Bang donde recibe pollazos por todos lados y yo soy uno de los que le da esos pollazos.

- ¿Tú crees que mamá haría esas cosas? – Me preguntó

- No lo sé pero siempre  me lo he imaginado así. Tiene pinta de ser un poco guarrilla en el sexo ¿No?

- Un poco sí que tiene pinta sí.

- Tu crees que esto que hacemos tu y yo, ¿Lo hace más gente? O es algo raro de cojones – Dije tras un buen rato de silencio.

- No lo sé, puede que sí o puede que no.

- Yo tampoco lo es – Respondí- Es que me imagino que no es algo que se suela ir contando ¿No? No es como comentarle a tus amigos que te has comido un coño, o has conquistado a tal o cual. Yo no he escuchado a nadie decir que se ha tirado a su hermana… ¿Tu si?

- Bueno… tengo una amiga que me dijo…

- ¿Una amiga tuya te dijo que se tiró a su hermano?-

- No, Laura ¿La conoces?

- ¿La morena o la rubia?

- La morena

- Entonces sí. La que no es muy guapa pero tiene su puntillo.

- ¿No la encuentras guapa?

- Bueno… es follable – Le dije

- A pues yo creo que si es guapa. – Dijo pensando seriamente sobre ella. – Bueno, a lo que iba, que me dijo una vez, no me acuerdo cuando fue, que se había acostado con su primo.

- Bueeeenoo – Dije exagerando pero sin intentar levantar mucho la voz. –Con los primos no cuenta. Yo digo con un familiar directo. Hermanos, padres, hijos... Los primos siempre follan con primos.

- No se yo… –

Pasaron unos segundos que se convirtieron en minutos, la pasión casi había desaparecido pero el deseo seguía ahí, a la espera de ser reavivado.

- Tu, si tuvieras hijos ¿lo harías con ellos? – Me preguntó

- ¿En plan rollo familiar?

- Si

-¿Todos juntos, padre, madre hijos e hijas?

- Si

- Bueno, si me sale una hija tan guapa como tu seguro que no me importaría  - Le dije mientras le pegaba un buen arrumaco cariñoso

- Venga va, te lo digo en serio.

- Aix, si supongo que si- Le dije mientras me volvía a mi posición inicial- ¿Y tú?

- Si, es algo en lo que he estado pensando y sí que lo haría. Pero para eso tendría que estar de acuerdo el padre. Bueno, hacerlos participes en la crianza de los niños desde pequeños para que todo este rollo llegue solo.

- Claro, tú lo que quieres son varones par que te den mandinga por todos lados- Le dije en un tono jocoso.

- Anda calla – Contestó dándome un golpecito en el pecho juguetón. – Yo de momento me conformo con tu  mandinga. Es mía y solo mía. – Dijo a la vez que volvía a cogerme el miembro ya flácido.

- Pero, ppe perro – Tartamudeé un poco – ¿No me has dicho que querías verme con mamá?

- A bueno, si eso sí. Pero solo a ella.

- A veces no te entiendo Laura.

- Ya, muchas veces tampoco me entiendo yo misma.- Bajó su cabeza y se metió la polla blanda en su boca. La succionó y la estiró entre sus labios.

La sacó y repitió la operación. Se incorporó en la cama, se puso entre mis piernas y empezó a hablar mientras que con su mano me masajeaba la polla.

- Que flojita la tienes

- Shhhh, cállate – Le murmuré- Que lo has dicho muy fuerte y mamá se va a enterar.

- Pues que se entere.

- No digas tonterías.

- Me puse a mil cuando casi nos pilla - Abrió la boca y chupó mi polla que crecía por momentos.

- Es el morbo, pero no es lo mismo que CASI nos pille a que nos pille. – Recalqué el CASI.

- Me da igual, ahora mismo, solo de pensar que puede pillarnos me está poniendo a mil. – Se levantó de la cama, se fue lentamente pero directa a la puerta y después de tantear un poco el poco en el aire encontró el pomo y la abrió de par en par. El pasillo estaba tan oscuro como la habitación.

Volvió a la cama.

- ¿Pero qué haces? – Le increpé en un tono casi inaudible. Intenté levantarme para ir a cerrar la puerta pero ella me lo impidió sentándose encima. Yo casi me había levantado pero al impedírmelo quedé sentado en el bode de la cama. Laura se sentó a horcajadas encima de mí. Su coño húmedo impactaba contra mi polla ya dura como una piedra. Sus brazos me rodeaban y me abrazaban a la vez que su boca me suspiraba directamente al oído.

- Espero que no me hagas gritar mucho. – Me susurró

Se escupió en sus dedos, se llevó la mano al culo, luego tanteó mi polla, la agarró y la apuntó a su trasero.

Se levantó un poco y se acomodó para apuntar bien. Noté como la punta de mi polla se abría paso a través de un pequeño asterisco.

Laura bajo su cuerpo un poco. Me gruño al oído. Volvió a levantarse para apuntar mejor o para irse acostumbrándose al miembro.

Volvió a intentarlo. Esta operación la repitió unas cuantas veces. Me sujetaba la polla y poco a poco fue sentándose.

Le agarré las nalgas y se las separé, con mi dedo pude tocar mi polla como le entraba en su culo. Laura apoyó su cabeza en mi hombro. Me mordió a la vez que mi capullo se adentró por fin a través de su esfínter. Empezó a comerme el cuello. Más que besos eran mordiscos.

Yo apreté con fuerza sus nalgas.

Movió su cabeza para apartarse el pelo de la cara. Empeño a comerme la boca metiendo su lengua hasta el fondo a la vez que empezó a hacer movimientos verticales. Eran lentos y de poca distancia, pero aun así notaba cada centímetro que mi miembro penetraba el culo de mi hermana.

Media polla ya la tenía dentro de su culo y me palpitaba como nuca. Volvió a escupir sus dedos y ensalivó por completo el resto de mi miembro.

Dejo de sujetármela para pasar sus brazos sobre mi. Noté como su respiración se paraba, como empezó a aguantar su respiración y entonces casi como forzándose al máximo, terminó de bajar su cuerpo para que el resto de mi polla le inundara todo el recto.

Intentó reprimir un gemido que se le escapó de entre los labios. Yo lo oí perfectamente aun no teniendo su boca pegada a la mía.

Estuvimos unos segundos así, sin decir nada. Yo impaciente, ella acostumbrándose a tener el culo abierto.

Tras reponerse, empezó a moverse lentamente arriba y abajo. Sus piernas apenas llevan al suelo y se tenía que impulsar con la punta de los pies, pero aun así, conseguía que casi mi polla entera le entrase y le saliese con cada movimiento.

Empezó lentamente, pero poco a poco fue aumentando el ritmo. Yo le ayudaba sujetándola por el culo, le ayudaba a levantarse. Pero aun así necesitaba más. Solté su nalga izquierda, le agarré por la nuca bruscamente, le moví la cabeza y la atraje hacia mí. Le metí la lengua entera en la boca y ella soltó un buen gemido dentro de la mía. Quedó amortiguado. Le mordí el labio inferior. 

- Saca la lengua – Le insinué.

Ella lo hizo  y la empecé chupar. Le succioné la lengua, se la lamí, se la mordí con mis labios y me la tragué entera. Mi polla ya no encontraba resistencia en un culo dilatado y entraba y salía con facilidad.

La luz de pasillo se encendió.

Yo paré de golpe, y obligué a para de golpe a Laura.

- ¿No te habrás corrido ya? – Me recriminó muy enfadada

 Sin decir palabra le giré la cabeza hacia la luz del pasillo. Noté como abrió los ojos de par en par y mantuvo la mirada fija. Igual que yo.

Vimos la sombra de mi madre, se paró en medio del pasillo, abrió la puerta del baño y oímos como la cerraba.

- Venga levanta – Le increpé

-No.

- ¿Qué? – Le dije más fuerte de lo normal por mi estado de nervios.

- Que no.

- Pero estás tonta o que te pasa, venga que nos va a pillar.

- Quiero que nos pille – Dijo muy seria.

- No venga, no. Levanta. – La intenté levantar por la cintura, pero ella dejó caer su peso encima de mí. Empezó a moverse delante y atrás con mi polla metida en su culo.

Eso me volvió loco. Me dio un subidón de la leche. Nos iban a pillar mi hermana me forzaba a tener sexo con ella para que nos pillaran. Estaba en un conflicto interno, pero me estaba dando tanto gusto y tanto morbo que por alguna razón no pude resistirme.

Agarré con fuerza a mi hermana, me levanté y conmigo levanté a mi hermana en brazos. Ella chilló de sorpresa, un chillidito contenido.

La tiré encima de la cama, le di la vuelta con fuerza, la puse a cuatro patas y sin pensármelo dos veces apunté mi polla a su culo. Primero metí el capullo, pero la delicadeza desapareció al ínstate. La cogió bien por la cintura y el resto de la polla se la metí sin miramientos.

Laura ahogó un gemido en la almohada, poco le sirvió porque no parré de sodomizarla.

Su culo y mi pelvis empezaron a aplaudir gracias a los empujones. Mi polla entraba y salía con facilidad.

Pero ya no aguanté más. La empujé hacia adelante y le saqué la polla del culo.

- Me voy a correr- Le dije

Ella se giró rápido, ladeó la cabeza apartándose el pelo y abrió la boca de par en par.

Me corrí, la primera descarga de leche salió despedida.

Se encendió la luz de la habitación.

La segunda descarga de leche vi cómo le entraba en la boca junto a parte de la primera que había caído en medio de la cara dejándola con un ojo cerrado.

Giré la cabeza y vi a mi madre con los ojos abiertos de par en par, con la boca abierta, la mano extendida hacia el interruptor de la luz. Quieta como una estatua.

El tercer y último chorro salió sin poder ser contenido. Laura no se había movido apenas del sitio, pero sí que se había percatado de la presencia de mamá. El semen le cayó en la barbilla.

Nos quedamos los tres quietos, sin decir nada, Laura y yo mirando a nuestra madre. Mamá nos miraba asombrada a los dos. Lo único que se movía eran sus ojos que no paraban de recorrer toda la escena.

Mi madre se acercó lentamente, nosotros no nos movimos ni un pelo. Llegó a la cama. Miró a mi hermana, luego me miró a mí y luego volvió a mirar a Laura. Frunció el entrecejo sin apartar la vista de ella. Se metió la mano en el bolsillo de pijama. Rebuscó y sacó un clínex aparentemente usado. Se lo dio a mi hermana.

- Límpiate – Le dijo.

Laura lo cogió, se lo llevó a la cara y se limpió el ojo medio cerrado.

Mi madre se dio la vuelta y se fue. Al llegar a la puerta, se volvió para mirarnos nos volvió a mirar a los dos sin cambiar la expresión de su cara y se fue.

Oímos la puerta de su cuarto cerrarse sin ningún portazo. Se cerró tranquilamente.



8.

- Me duele el culo por tu culpa – Me dijo Laura a la vez que me pegaba un puñetazo en el hombro.

Puse los ojos en blanco, no tenía muchas ganas de seguirle el juego. Habían pasado tres días desde lo ocurrido y nuestra madre actuaba como si no hubiese pasado nada.

También hacia todo lo posible por no estar mucho por casa, yéndose con su novio, pero los ratos que pasaba en casa actuaba normal. Y eso me consumía por dentro.

Laura, mi hermana tras las primeras reacciones de nuestra madre y viendo que no nos llegaba “la charla” empezó a buscarme otra vez.

No sabéis lo pesada que se ponía. Que si sexo ahora, que si sexo luego. Mientars yo tenía un come come en la cabeza que me impedía concentrarme en las pechugas de mi hermana.

Tuvieron que pasar otros dos días más antes de que por fin me relajara lo suficiente como para volver con mi Veruca James personal. También accedí a sabiendas de que mi madre no se encontraba en casa y que no volvería hasta al día siguiente por la tarde.

Yo estaba terminando la partida del juego Star Wars en el móvil mientras a mi lado, Laura wasapeaba con una amiga. La habitación estaba oscura, las únicas fuentes de luz eran nuestros móviles, y solo quedaba alumbradas nuestras caras.

Terminé la partida y revisé el twitter.

- Oye – Me dijo Laura

- Que – Dije sin apartar la vista del timeline de twitter

- Quieres que te enseñe una cosa que he descubierto? –

- No sé – pasé el dedo por la pantalla del móvil

- Te gustará - Afirmó, pero sin dejar de teclear su móvil. No pudo reprimir una sonrisilla.

- ¿Son tus tetas? – le dije finalmente apagando la pantalla de mi móvil y girándome para mirarla.

- Mejor – Me miró y guiñó el ojo coquetamente. Me derretí. Siempre lo hago cuando me guiña de esa forma. Cerró el WhatsApp, rebuscó en sus ficheros descargados y puso en marcha un video.

- Mira – Dijo poniendo el móvil en posición horizontal y aguantándolo entre los dos.

- ¿Que es? – Dije antes de que terminara de cargarse el video

- Shhhhh – Me ordenó que me callara.

Empecé a ver el video. Estaba algo oscuro y la grabación tenía esa nieblilla de cuando se graba con poca luz. Por suerte, los tipos del video encendieron la luz y se pudo ver nítidamente.

Estaba claro que era una peli porno casera. Era un Video POV gravado por un chico donde una mujer que se tapaba la cabeza con los pelos le comía la polla. Se intuía que se la comía porque no se veía nada. Solo una cabeza subir y bajar lentamente.

Miré a mi hermana para preguntarle algo, pero ella mi insistió con la cabeza que siguiera mirando. Lo hice.

Apareció una mano, la del tío que graba y se la puso en la nuca de la tía que se la estaba chupando.

Solo se escuchaban leves sonidos típicos de succión, los sonidos de cuando te la están chupando.

La mano de la chica apareció y se apartó el pelo de la cara. Se apartó levemente para hacerse un moño para que así que no le molestara el pelo. Entonces la vi. Con las mejillas coloradas, los labios rojos del pintalabios, los ojos medio cerrados, pero sin error alguno la reconocí. Era mi madre

Abrí la boca sin darme cuenta.

Entonces vi como mi madre se metía de nuevo la polla en la boca y empezaba a comérsela con mucho esmero y dedicación.

- Lo descubrí ayer cuando usaba su móvil – Dijo mi hermana en susurros. –Me quedé sin batería en el mío y necesitaba buscar una cosa. Al final me lie y lo vi.

- Es mamá…. – Dije lentamente sin apartar la vista

- La verdad es que tras ver este video rebusqué en su móvil – dijo como si yo ni hubiese dicho nada – Y hallé un montón de video más.

- ¿Mas? – Dije girándome lentamente para mirar a mi hermana sonreír.

- Si. Un montón.

Se empezó a escuchar gemidos de hombre y me giré para ver la pantalla. Mi madre tenía la cabeza quieta, el tío movía su pelvis arriba y abajo frenéticamente mientras le follaba la boca. Se paró de golpe con un gruñido sordo. Siguió con algún que otro espasmo de cadera.

Mi madre miró a cámara y vi como de la comisura de los labios que rodeaban la polla se le escapaba un hilillo de semen fresco. Sin sacar la polla Tragó su contenido, sonrió, le dio un besito y se levantó para besar al tío que se le acababa de correr en la boca. Se paró el video del móvil.

- Mira, aquí hay más – Y mi hermana pasó a otro video.

Otro video POV donde mi madre estaba a cuatro patas y supuestamente su novio le estaba metiendo la polla hasta el final. Haciendo que las pelvis rebotaran una y otra vez, haciendo gemir a mi madre mientras este le apretaba con fuerza una de las nalgas.

Noté la mano de Laura metiéndose entre mis calzoncillos.

- Míralo, pero si está dura y todo.

- Shhhh calla -  le dije mientras le quitaba el móvil de las manos para poder verlo mejor. Sujeté el móvil con las dos manos. Laura se desatendió de el para atender a mi polla. Pocos segundos después ya me había quitado los calzoncillos y se había acurrucado entre mis piernas.

Si miraba hacia donde estaba Laura solo veía oscuridad, el brillo del móvil me cegaba para ver el resto de las cosas. Pero si la noté. Me sujetaba la polla por la base y sin muchos preliminares se la metió, casi entera en la boca. Succionó suavemente rodeando con sus labios todo el perímetro del tronco y tirando hacia arriba siguió succionando hasta que por fin el glande se escapó del cerco de su boca.

Suspiré profundamente y me volví al video.

El tío le pasó el móvil a mi madre que, con dificultad ya que no paraba de empujarle por las caderas se puso el móvil enfocándole directamente la cara.

Un primer plano de mi madre gimiendo, con la boca desencajada, los ojos medio cerrados de gusto, pero con la mirada fija en la cámara. Es como si me estuviese mirando a mí.

Seguía gimiéndome en la cara, seguía mordiéndose el labio inferior mientras no paraba de moverse por culpa de los empujones. La vi cerrar los ojos y fruncir el ceño. Abrió la boca de par en par ahogando un grito, o gimió, vete tú a saber, pero no salió nada de esa boca hasta que por fin soltó el aire con un resoplido en forma de U.

Los movimientos que empezaron a hacer fueron muchos más lentos. ¿Le estaría dando por culo?  Estiré la mano y se la puse en la cabeza de Laura. Quería notar como subía y bajaba su cabeza. Me la apartó de un manotazo.

- Quita- Me ordenó. Sonreí porque sabía que no le gustaba mucho.

Me dejé llevar. No aguanté más. Sin dejar de mirar a la cara de mi madre aguanté la respiración. Me venía el orgasmo.

Laura, mi hermana lo notó. Ya no hacía falta decirle nada más. Plantó su boca rodeando completamente el capullo y solo con movimientos de paja con la mano, un sube y baja frenético me hizo llegar. Eché la cabeza hacia atrás, cerré los ojos y levanté la pelvis. Le solté mi leche en su boca. Espasmeé un poco sin querer, pero su boca, adiestrada ya, no se separó de mi polla ni un milímetro. Impidiendo así que mi semen se perdiera por el camino.

NO sé si se lo trago o no. Se inclinó y se puso a mi lado abrazada a mí. Me besó con cariño en la mejilla.

- Pásame el móvil anda. – Se lo di sin mediar palabra. Apagó la pantalla y quedó todo a oscuras. Tardé un buen rato en acostumbrar la vista a tal oscuridad.

- ¿En qué piensas? - Me dijo Laura mientras jugaba con algún que otro pelo de mi pecho.

- Sinceramente? -

- Si – afirmó. Yo suspiré profundamente

- Intento descubrir si en mi hay algún tipo de sentimiento de culpa –

- ¿Por qué? –

- Porque, me acabo de correr en tu boca mientras veía como se follaban a mamá.

Hubo un silencio largo.

- ¿Te sientes mal?

- No, la verdad es que no.

- ¿Culpable por algo? – Me preguntó

- No. Me siento bien. – Me giré y la besé en la frente. – Me siento muy bien.

Nos quedamos en silencio otro rato más medio reflexionando, yo no podía dormir y Laura, pues no lo sabía con certeza, pero me daba igual. Me gustaba cuando me abrazaba y apoyaba su cabeza en mí.

- Tengo que mear – Dije de repente. Me aparté de ella, y fui al baño.

Tras volver su cara estaba iluminada por su móvil. Claramente estaba viendo más videos de nuestra madre, o por lo menos porno, ya que el volumen a toda ostia lo confirmaba.

- ¿Cuantos videos tienes? – Le pregunté haciéndome un hueco a su lado.

- Sólo conseguí pasarme cinco. Pero tenía el móvil petado de ellos. -

En el móvil se vía a mi madre sentada encima del tío cabalgando y echando su cuerpo hacia atrás. Tenía las tetas al descubierto, y casi vuelvo a empalmarme.

- ¿Sabes? Esta buena mamá – Me dijo Laura.

- Si, es muy guapa. – Le contesté.

Vimos el video los dos juntos hasta el final. Este y todos los que ella tenía en su móvil.

- Sabes, mañana podrías grabarme a ver qué tal se nos da esto de grabarnos –

- ¿Quieres que te grabe? – Le pregunté con una ceja levantada y media sonrisa en la boca. Me acorruqué a su lado. Ella apagó el móvil y me respondió a oscuras.

- Si, podría ser divertido – Me abrazó me besó y bostezó cansada.



9.

Abrí los ojos. Me constó saber dónde estaba. En mi cama, me giré y no estaba ella. No estaba Laura, mi hermana.

Me levanté, me desperecé y tras vestirme un poco me dirigí a la cocina a desayudar.

Habían pasado ya otros 6 días desde que viera los videos de mi madre follando y aun haciendo un complot con mi hermana para conseguir el resto, nos fue imposible acceder a ellos. Era imposible. Nos percatamos que mi madre tenía la manía de irse a cualquier sitio con el móvil en la mano. Incluso al baño. Al final lo dejamos por imposible y nos contentamos con los cinco videos que habíamos conseguido.

En la cocina estaban las dos desayunando. Yo me senté a la mesa tras saludar y servirme un café. Cogí un par de magdalenas para mojar con el café.

Había una conversación de fondo. Hacia como que prestaba atención, pero no era así, incluso podía contestar y debatir, pero en mi cabeza solo había una cosa. El sexo con estas dos.

Me empalmé en la mesa del desayuno imaginándome a mi hermana y a mi madre follándose salvajemente la una a la otra. Comiéndose la boca, el coño y follándose el culo.

- ¿Entonces vas a venir? – Me sacó del trance mi madre

- ¿Eh? ¿Que? – Perdona estaba en mi mundo. Contesté

- Si luego vas a venir a hacer la compra de la comida, así nos ayudas a cargar luego las bolsas.

- Si si, la comida y las bolsas. Si voy a ir. – Y volví a mi mente donde había sexo del bueno.

- ¡Eh, vuelve aquí! – Dijo mi hermana golpeándome con el dedo en la frente. Volví en mi – Llevas un par de días que no estas donde deberías estar.

- Estoy en mi mundo.

Era ya la recta final del día. Habíamos ido a comprar y habíamos cenado hamburguesas. Estábamos en el salón. Mi madre se estaba duchando, o bañando, o no sé muy bien que hacía, pero llevaba ya mucho rato metida en el baño.

-  No puedo más Laura. – Le dije resoplando

- ¿Qué te pasa? –

- Desde que me enseñaste los videos – Giré la cabeza para ver si estaba mi madre cerca o si ya había salido del baño, bajé mucho la voz y empecé a hablar en susurros. – Desde que me enseñaste los videos veo a mamá de otra forma. Me pone muy burro ¿Sabes? Me habla y me cuesta mucho aguantarle la mirada. A la que puedo le miro al escote.

- ¿Te la quieres follar?

- Shhh baja la voz –

- ¿Te quieres follar a mamá? – dijo susurrando, pero a la vez con una sonrisa de oreja a oreja.

- Si.

- ¿Y qué le harías? ¡Cuenta, cuenta!

- ¿Qué? ¿Pero qué? – Dije al ver que se arrimaba a mi ansiosa por que le contara todo sin contarme un pelo.

- ¿Que susurráis? – Dijo mi madre apareciendo en el salón, con una bata cubriéndole el cuerpo mientras que con las manos y una toalla se secaba el pelo.

- Nada nada-

- Me estaba diciendo…

- Nada – Le interrumpí – No le estaba diciendo nada – La miré con cara “como días algo te mato”

- Dejad de cuchichear que eso está muy feo. – Nos increpó nuestra madre

Se sentó en el sofá con nosotros, pero en la parte más alejada. Yo no pude evitar hacerle un escáner de arriba abajo.

¿Llevaría algo debajo? No parecía que llevara sujetador. Me imaginé sus tetas a partir de fragmentos de mi imaginación.

- ¿No salís hoy? – Nos preguntó a la vez que terminaba de secarse un poco el pelo.

- No, nos vamos a quedar en casa hoy. – Contestó Laura

- A vale. – Dijo sin importancia. Yo me voy a la cama. – Se levantó besó en la frente a Laura. Se acercó a mí se inclinó y me besó a mí también en la frente. Al inclinarse quedó todo el escote a la altura de mis ojos. Le vi las tetas colgando. Me empalmé de golpe y me puse colorado. – No hagáis mucho ruido esta noche.

Se fue por el pasillo y se metió en su cuarto. No cerró la puerta.

- ¿Que no hagamos ruido esta noche? – Le susurré extrañado a Laura, que me miró con cara de “¿tú eres tonto no?”.

Poco a poco, entendí el significado de las palabras.

- Vámonos a la cama- Me dijo mi hermana.

Me cogió de la mano y no me soltó hasta llegar a las habitaciones. Me dirigí a la mía, pero me lo impidió.

- No, vente a dormir conmigo hoy.

La miré con mala gana porque lo había dicho muy fuerte y la habitación de nuestra madre estaba a solo una puerta. Negué con la cabeza para no hacer ruido.

- Venga ven. – Insistió tirándome del brazo.

- No. – Dije muy flojito. Hice gestos con la cabeza hacia la puerta de la habitación de nuestra madre. – No - volví a repetir.

- No seas tonto, venga. – Volvió a tirarme del brazo.

Apagué la luz del pasillo y solo quedó la luz que se filtraba por la puerta de la habitación de mamá. Daba a su cama, apareció ella sin dirigirse a la puerta, simplemente pasó por delante se puso al lado de la cama

Se quitó la bata y dejó al descubierto su cuerpo desnudo. Únicamente por unas bragas sencillas que no le hacían justicia. Debían de ser cómodas de cojones, pero no eran muy bonitas.

Laura estaba a mi lado. También miró.

Mi madre se recogió el pelo con una goma, cogió la bata que había dejado encima de la cama, la colgó doblada en un perchero que tenía en la puerta del armario y se giró. Nos miró y sonrió.

- Buenas noches – Nos dijo

- Buenas noches mamá – Dijo Laura tirando de mi hacia su cuarto. Lo último que vi antes de entrar fue a mi madre riéndose.

Me quité la ropa a buen ritmo, dejándola ahí donde iba cayendo. Laura hacia lo mismo. Miré a la puerta y me dirigí a cerrarla. Laura me tiró del brazo y me negó con la cabeza.

- Déjala abierta – Dijo con sus labios sin decir ni una palabra.

Me metí en la cama y apagamos la luz. La luz del cuarto de nuestra madre tardó unos segundos más tarde en apagarse.

- Te juro que me levantaba ahora mismo, y .. y… bufff… me la follaba a base de bien – Le dije al oído de mi hermana.

Ella me contestó poniendo su boca junto a mi oreja. – Dime que le harías, que me pone mucho – Metió la lengua en mi oreja y un escalofrío me invadió todo el cuerpo.

- ¿Sabes que me gustaría hacer con vosotras dos?

- ¿Qué? – Me agarró la polla

- ¿Sabes lo que es a2m?

- ¿Un a2t? Ahh un “de culo a boca”.

- Si, se la metería por el culo y luego te metería la polla en la boca a ti. O al revés.

Aura puso los ojos en blanco.

- Mucha imaginación tienes tú. O mucho porno ves tú.

- Estaría guay. – dije afirmando con la cabeza- ¿Entonces que apuntas a un a2t?

- Claro que si campeón. – dijo con rintintín – Si se la metes a mamá por detrás yo luego te la chupo. ¿Si?

- Estaría genial – volví a repetir ante la imposibilidad del hecho.

- Anda calla y túmbate – Me empujo en la cama boca arriba. Pasó sus piernos por encima y se sentó encima de mí.

Mi polla ya estaba tiesa ante la visión de las tetas de mi madre. Y por lo que se ve, Laura también estaba húmeda. Me cogió la polla, apuntó con ella y poniéndosela en la entrada del coño, poco a poco fue sentándose encima. Con mi polla metida completamente empezó a restregarse adelante y hacia atrás. Me cogió mis manos y se las llevó a las tetas para que se las apretara.

Se las apreté, se las estrujé como solía hacerlo últimamente. Le pellizqué con fuerza los pezones y mi hermana Laura dejó escapar un ligero siseo.

Los muelles de la cama empezaron a sonar. Por mucho que lo evitaras los movimientos los hacían crujir.  Laura me miró con picardía. Descubrí que le ponía muy cachonda el hecho de que mamá la escuchara.

Se levantó sacando parcialmente la polla del coño y se dejó caer de golpe soltando un gemido sin ningún tipo de control.

Abrí los ojos de par en par, por cojones lo ha tenido que escuchar. Volvió a repetirlo y esta vez no paró. Empezó a cabalgar arriba y abajo, adelante y atrás, Me recordó a mi madre en el video. ¿La estaría imitando?

No se contenía. Tampoco era un circo, pero si tenía que gemir, gemía, si tenía que gruñir, gruñía y si tenía que hacer sonar la cama. La hacía sonar.

La luz del cuarto de mi madre se encendió.

Laura volvió la cabeza ante la entrada de luz y siguió gimiendo.

Vimos pasar a nuestra madre, sin bata, con las tetas al aire por el pasillo. Laura Se giró encima de mí, me dio la espalda.

Estaba perfectamente dibujada la silueta de mi hermana producida por la luz del pasillo. Las nalgas se apretaban firmes mientras con movimientos hipnóticos Laura me usaba para darse gusto.

Mi madre apareció otra vez por el pasillo, absorta tecleando tranquilamente el móvil. Aguardó unos segundos justo enfrente de nuestra puerta. Claramente se había parado apropósito. Pero seguía tecleando.

Laura en ningún momento se cortó y siguió moviéndose. Parecía que le gimiese directamente a nuestra madre con intención de llamar su atención. Los movimientos se tornaron más bruscos.

Mamá dejó de teclear el móvil, nos miró como tal cosa.

Entró un poco en la habitación, agarró el pomo de la puerta y la entornó.

- ¿Haced lo que queráis, pero no queréis intimidad?  - Dejó la pregunta al aire, pero sonaba más bien a una afirmación. No llegó a cerrar la puerta.

Aun así, aun siendo cabalgado por mi hermana vi claramente como mi madre, se hacia la disimulada, aparentando escribir en su móvil, detrás de la puerta. Y tras permanecer medio resguardada, pero escuchando los alaridos ya forzados de su hija abandonó del umbral el umbral de la puerta y desapareció de la vista.

Cogí a Laura por la cintura y la atraje hacia mi pelvis.

El subidón me vino de golpe al imaginarme a mi madre entrar repentinamente en la habitación y unirse, como si fuera lo más normal, a la fiesta del rodeo.

Mi polla palpitaba, rodeada de jugos vaginales chorreé todo mi semen dentro del coño de mi hermana Laura.

Mi respiración poco a poco volvió a normalidad, Laura no se movió ni un ápice. Esperó paciente a que mi polla ya desvanecida le saliera por completo del coño.

Sin dirigirse a mí, sin girar la cabeza, sin decir nada. Se levantó y guiándose por la poca luz que había en la habitación salió de esta. Cerró la puerta con cuidado.

Le esperé tumbado, tal cual estaba. Sin limpiar ninguno de los jugos que rodeaban mi miembro. Poco a poco se me fueron cerrando los ojos. Me pegó el bajón post polvo y no recuerdo bien, si llegué a ver a Laura volver para dormir conmigo.


10.

- ¿Qué buscas exactamente? – Me preguntó Laura.

- A alguien sé que parezca a mamá -  Le respondí

-¿Para qué?  -

- Puesss.. nose. Me apetece.

- ¿Para hacer lo mismo conmigo? ¿Para ver sus videos porno y hacerte pajas? – Dijo levantando una ceja

- Puede ser….

- Aun te sigues haciendo pajas?

- Claro, las pajas son sagradas, por lo menos una al día.

- Incluso ahora que tú y yo…

- Una al día como mínimo.

Laura puso los ojos en blanco. Se desperezó y de levantó de la cama. - Voy al baño. – Dijo mientras se perdía por la puerta.

Yo por supuesto no perdí ocasión de mirarle el culo.

Seguí en mi búsqueda incansable de encontrar a una actriz porno que se pareciese a mamá. Y aun que he de reconocer que se me bastantes nombres de actrices, no me conocía muchos de “milfs” o maduritas.

Pero al final lo dejé por imposible. Había pocas que no estuvieran operadas y que realmente parecieran naturales.

Medio bostezando llegué a la puerta de la cocina donde mi madre y mi hermana mantenían una pequeña charla. Yo, tras escuchar un par de palabras me quedé en el umbral de la puerta escondido escuchando la conversación como un vulgar espía.

- Tenéis que controlaros un poco hija.

- ¿Por qué?  - Le increpó Laura.

- Coño, pues porque no paráis, parecéis monos en celo todo el día dale que te pego. No pongo pegas a vuestra relación, pero tenéis que tener un poco más de intimidad.

- No nos escondemos de lo que hacemos –

- Yo no he dicho que os escondais, peor hay momentos y momentos. Como ayer. Casi se da cuenta de que estabais allí. – Dijo refiriéndose al novio – Hacíais mucho ruido, y aun que yo no os viera sabía que estabais espiando. Tuve que “gritar” un poquito más para cubriros. ¿Qué crees que pensará el si ve lo vuestro?

- ¿Él?  Nada, que va a pensar.

- Que yo lo acepte no significa que el esto del mundo vea con buenos ojos lo vuestro. Hay mucha gente cerrada a estas cosas sabes. Para muchos el incesto es algo tabú… Solo os pido que tengáis más cuidado vale…

- Como el que tienes tu cuando nos espías por la noche? O cuando lo hacemos en el sofá y te escondes en el pasillo o cuan…

- Yo no os espío para nada – Interrumpió mi madre

- ¿A no? El otro día te vi que estabas detrás de la puerta, todo el rato hasta que terminamos.

- No digas tonterías-

- Mamá, te vi. Estubis…

- Vale va.. ya no sigas.

- Hacemos una cosa, yo intentaré ser más discreta para que tu novio no se escandalice. Pero tú tienes que reconocer que te gusta mirar como lo hacemos.

- No voy a contestar a semejante tontería hija. Es totalmente absur…

- Mamá! Que no pasa nada. Que si te gusta mirarnos pues te gusta. Las cosas como son. La próxima vez dejaré la puerta abierta para que veas mejor y ya está.

- Venga, venga, venga… - dijo en un tono que parecía estar avergonzada e intentando cambiar de conversación.

- Cada uno tiene sus cosas sabes – Siguió Laura con la conversación. – Ninguno de nosotros somos nadie para juzgar los gustos de nadie. Somos una familia y nos apoyaremos siempre.

Escuché como si se dieran un abrazo o algo por el estilo porque dejaron de hablar durante un buen rato.

- Aunque si lo prefieres – continuó al final Laura – te ponemos una silla en la habitación para que puedas ver mejor.

- Anda calla – Contestó en tono jocoso – A lo mejor debería poneros yo la silla a vosotros. Que sois unos cotillas.

Me fui corriendo al intuir que la conversación había acabado y que una de las dos iba a salir por la puerta.

Y así fue pocos segundos después fingí salir de la habitación y me encontré a mi madre dirigiéndose al cuarto de baño.

Tras unos afectuosos besos mañaneros me encontré con Laura en la cocina, donde se encontraba terminando de poner la capsula del café en la máquina.

- ¿Alguna novedad? – Pregunté

- Mmmm, me ha bajado la regla esta mañana –

Era una noche calurosa a mas no poder, donde hasta el ventilador que había en medio de la habitación parecía no remediar nada. Supuestamente y según ella ya no “manchaba” desde hace días con lo que podríamos haber estado follando. Pero incluso con las ganas de estos días de abstinencia impuesta por ella porque le daba cosa hacerlo con la regla, yo tenía la lívido por los suelos.

Laura estaba a mi lado, en la otra punta de la cama intentando que mi calor corporal no la hiciese sudar más. Las tetas al aire en otro momento me hubiesen incitado a una buena cena, pero aun así no había manera.

- Yo no puedo más, me voy al sofá. – Sin pensármelo dos veces, me levanté de la cama medio desnudo, cubierto solo por unos calzoncillos viejunos y me fui directo a encender el único aire acondicionado de la casa. El que se encontraba en el comedor.

Me tumbé en el sofá y esperé pacientemente a que la habitación se fuese enfriando poco a poco.

No encendí la tele ni la luz ni nada. Intentaba dormirme con la mayor brevedad posible. Al poco escuché como se abría y cerraba la puerta y como alguien se sentaba en la parte larga de la cheslón.

- Pensaba que nunca vendrías – Le dije a Laura.

- Bueno, no sabía que estabas aquí – Dijo mi madre.

- Ostias mamá, te he confundido con Laura. – Dije medio levantándome del sofá.

- No no, tranquilo, túmbate. – Dijo haciéndome señas – Es imposible estar en ningún sitio hoy. El bochorno es asqueroso. Se me pegan las sabanas. Joder, que bien se está aquí. Si lo se me traigo una camiseta o algo.

Entonces me incliné y vi que estaba como lo había estado Laura en la cama. Sin camiseta, con las tetas al aire y una pequeña braguita.

Se me empezó a poner morcillona la chorra. Así que tuve que dejar de estar tumbado mirando al techo a ponerme en posición fetal mirando para un lado.

Laura entró a los segundos.

- Vaya, sí que está esto concurrido. Hazte a un lado anda – Y me dio golpecitos en las piernas para que me apartara.

Laura se sentó justo en medio de los dos. Mi madre en la parte larga del sofá (en la L de la cheslón) Laura en medio y yo en la esquina.

- ¿Y esto? – Laura me agarró la polla que ya se me había terminado de poner dura como una piedra. – ¿A qué se debe? – Mi madre rio por lo bajini al ver la escena.

- Esto.. yoo… -

Mis ojos se habían acostumbrado ya a la oscuridad e imaginé que mi madre estaría igual. Si yo veía bien ella también tendría que ver bien.

Laura metió la mano por un lateral de los calzoncillos y me cogió la polla.

Me sobresalté e intenté quitar su mano. Ella me cogió la polla con más fuerza

- ¿Porqué te has ido de la cama? No ves que hoy podríamos… - Dijo susurrándome al oído muy muy muy sensualmente.

- Buuueeeennooo – Dijo mi madre levantándose del sofá. – Creo que será mejor que me vaya y os deje tranquilos.

- No no,… por favor. Quédate – Le dije a mi madre.

- Eso. Quédate – Reafirmó Laura con un tono jocoso – Además con el calor insoportable y pegajoso que hace hay es imposible estar en otro sito ahora mismo.

- Ya, pero veo que vosotros tenéis asuntos que … tratar – Dijo haciendo referencia a la mano de Laura que aún mantenía en mi entrepierna. – No me gustaría molestar.

Laura se levantó soltándose así de mí. 

- En serio, no te vayas, quede. – Dijo con un tono sincero y de súplica – Ahora no se puede estar en la casa, hace mucho calor y la humedad es pegajosa. Hace que sea imposible dormirse. Siéntate. Porfa.

Esta vez mi madre no se sentó en la parte larga del sofá sino un poco más separada de mi de lo que se había sentado Laura.

Laura en cambio se metió entre los dos, haciendo que nuestros cuerpos se tocaran.

- Bueno… ya estamos todos. ¿Podríamos poner una peli para ver algo no? O podríamos ver una serie para distraernos… o hacer algo para pasar el rato.

Entonces Laura volvió a meter su mano por debajo de mis calzoncillos. No supe como reaccionó mi madre ya que yo estaba reclinado en el sofá y para verla tendría que haberme inclinado a propósito. Laura estaba en medio tapando nuestras caras con su cuerpo.

Solo se escuchaba nuestras reparaciones. La mía estaba muy agitada. Me invadía una excitación y morbo que solo era comparable con la primera vez que me acosté con Laura.

Esta, en cambio parecía algo tranquila, pero excitada. Como si supiese que hacer en todo momento.

De golpe con un giro de muñeca me sacó la polla de los calzoncillos. Quedando una imagen de videojuego. Con su mano agarrándome la chorra como si fuera un joystick. Con la punta roja y los dedos marcados.

Empezó a masajeármela poco a poco con movimientos muy suaves de subir y bajar piel. Mi cuerpo bombeaba sangre a mi polla al ritmo de una manguera de bomberos bombea agua para sofocar un incendio.

Siguió así un buen rato. Yo veía con claridad, aun siendo oscuro podría distinguir perfectamente el pezón de Laura. O como Laura se mordía el labio inferior sin dejar de mirarme la polla.

De sopetón y sin mediar palabra se levantó dejándome a la vista a mi madre. Que al no esperarse le hueco pude apreciar que ella también tenía la vista clavada en mi polla. Al darse cuenta me miró. Se ruborizó y se tapó disimuladamente el pecho con un brazo.

Laura cogió un cojín del sofá y lo puso en el suelo a mi altura, justo en frente de mí. Se arrodilló y con maestría me quitó los calzoncillos. Tuve que ayudarla un poco levantando el culo, pero poco después los calzoncillos volaron por el comedor.

Me abrió las piernas y se internó en ellas. Se puso cómoda y entonces volvió a cogerme la polla con la mano derecha.

- No debería estar aq… - Intentó decir mi madre

- Shhhhh – Respondió suavemente Laura – Luego bajó su cabeza lo suficiente para que sus labios se posaran en la punta del capullo. Besó suavemente la polla y sonrió satisfecha.

- No te vayas, por favor, quédate. Yo quiero que te quedes, queremos los dos que te quedes. – Le insistió Laura.

- Está bien, me quedaré. Pero hay líneas que no... debemos cruzar. No sería apropiado.

- Mamá – Laura la tranquilizó estirando la mano izquierda y cogiendo la de mi madre – Tranquila.

Sin soltarse de ninguno de los dos y en una postura un poco forzada al tener el brazo estirado Laura agachó la cabeza y abriendo la boca se metió todo el capullo de mi polla.

Aguardó unos segundos y empezó a chupármela.  Embadurnada de saliva mi polla entraba y salía de su boca como muchas otras veces hacia hecho. Y en todas y cada una de ellas las mamadas de mi hermana eran increíbles. La facilidad de succionar lo justo cuando subía y de conseguir que ningún diente rozara hacían de su boca, una delicia.

Laura tiró del brazo de mamá que la obligó a acercarse un poco más a mí. Tanto como para que nuestros costados, nuestras piernas y brazos se tocaran piel con piel.

Mi madre me sonrió coquetamente al mirarme a los ojos antes de volver la vista al trabajo de Laura.

Vi como la mano de Laura se posaba sobre la pierna de mi madre y como con la punta de los dedos le iba dando caricias muy suaves por todo el largo de la pierna.

He de reconocer que, en ese momento, aun a oscuras, mi centro de atención no era la mamada sino lo que Laura estaba haciéndole a mamá.

Hay formas de tocar y formas sensuales de tocar. Laura deslizaba lentamente la yema de los dedos por encima de la pierna. Empezaba por la rodilla, con movimientos suaves y delicados iba subiendo lentamente acariciando la piel hasta a tocar los dedos de la mano de mamá.

Mi madre debido a la postura su brazo izquierdo quedaba un poco encajada entre nosotros dos, dejando su mano apoyada encima de su pierna izquierda.

Cuando llegaba a los dedos, jugueteaba levemente con ellos para volver a bajar a la rodilla.

Iba a recostar la cabeza en el sofá y a cerrar los ojos para disfrutar plenamente de la felación cuando aprecié que la siguiente caricia de Laura sobre la pierna se había desviado ligeramente haca el interior de las piernas. Era claramente una caricia de tanteo, todos la hemos hecho a nuestras parejas y Laura estaba intentando subirle la lívido.

La mano apoyada en la rodilla de deslizó hacia abajo quedando esta por la parte central, haciendo los mismos movimientos de caricia, deslizó con pericia las yemas de los dedos por el interior del muslo.

Mi madre, inconsciente o plenamente consciente de lo ocurrido no pudo evitar de separar ligeramente la pierna derecha para dejarla que la acariciara sin problemas.

La mano de Laura empezó a subir lentamente y a la altura de donde estaba la mano que hacía de tope, al no encontrar nada siguió subiendo y acariciando a la vez.

Miré fijamente y los dedos de esta se habían quedado a escasos 3 o 4 dedos del coño de mi madre.

Miré a mi madre. Claramente estaba nerviosa. Más que nosotros, o por lo menos visiblemente más que Laura y yo. Estaba claro que haba un debate interno que estaba luchando. Pero no podría averiguar que parte es la que estaba ganando.

Laura bajó la mano a la rodilla y volvió a repetir la operación. Mi madre abrió aún más las piernas.

Los dedos de Laura no se pararon donde la última vez, fue un poco más allá al volver a subir. Tuve que fíjame muy muy bien, pero ostia puta, que manera de poner caliente al personal tiene Laurita. Los dedos se quedaron a escaso medio dedo de tocar braguita.

La mano empezó a acariciar la zona, sin bajar esta vez hasta la rodilla, simplemente empezó a moverse unos centímetros para un lado, otros tantos para otro pero siempre en esa zona.

Me estaba poniendo más cachondo el morbo de ver esto que la mamada en sí. Pero tener la polla en la boca de alguien por mucho que aguantes tiene sus límites. Y los míos estaban cerquita de llegar a su límite.

Mi madre entonces dio un pequeño respingo que noté al estar ella pegada a mi

- Laura – Dejó escapar entre sus labios intentando contener… ¿una excitación? La miré fijamente y aun que no soy mucho de interpretar señales femeninas, la boca entre abierta, los ojos entornados y las palabras dichas con susurros me daba la impresión de que estaba a mil.

Laura hizo como si nada.

La mano estaba visiblemente más adelantada que la última vez con lo que asumí que el respingo de mi madre se debía a que había tocado más de lo debido.

 - Laaaaura – Volvió a susurrar en un tono de estar pidiendo que parase, pero no mucho. Como cuando sabes que te estás perdiendo en la lujuria.

Mi madre se llevó la mano cruzada que tenía tapándose el pecho a la entrepierna. En un afán de impedir males mayores.

El pezón de mi madre quedó al descubierto, marcado como un guisante congelado en esa pequeña aureola.

Y me corrí.

Solté todos los chorros dentro de la boca de Laura. Mi vino de sopetón y no pude pararlo.

Laura se quedó quieta mientas le llenaba la boca de mi semen. Yo por mi parte en un acto reflejo, moví la pelvis y apreté con fuerza mis dedos contra el sofá.

Laura se lo tragó como si fuese lo más normal del mundo. Entonces vi que con la mano derecha no había apretado los cojines del sofá sino la pierna de mi madre.

- Lo..lo si. Lo siento. Es que no podía….. – Dije intentando excusarme a ambas. A una por apretarle fuerte y a la otra por correrme sin aviso.

- Yo… necesito una ducha urgente. – Dijo mi madre levantándose acaloradamente. Sin mirar atrás ni hacer ni decir nada más, con prisa se perdió por el pasillo hasta escuchar el portazo del baño.

- Pero que le has hecho a la mamá? – Le dije

- ¿Yo? ¿Nada, que le voy a hacer? – Dijo con malicia mientras se levantaba del suelo



10 bis


Me estaba dando un ataque fuerte de vergüenza ajena. Y al mirar a Laura que también estaba sentada en la mesa me confirmó que ella también lo estaba sufriendo.

Mi madre y su novio llevaban ya mucho rato dándole al bebercio durante toda la cena y llevaban mucho más tiempo siendo “empalagosos” el uno con el otro.

La bebida no ayudó para nada, haciendo los chascarrillos, los chistes con segundas y los afectos amorosos mucho más ñoños de lo que serían considerados aceptables.

Por suerte, la cena duró poco y tras un par de susurros picantes al oído del novio mi madre y este se levantaron para irse a la cama con la excusa de que estaban supuestamente agotados por un día largo en el trabajo.

- ¿No te resultan empalagosos? - Me dijo Laura tras recoger los trastos de la cena de la mesa de la cocina y tras sentarnos en el sofá del comedor.

- Naaa, déjalos que están enamorados. – Le repliqué. – Bueno ¿Vemos alguna serie nueva? ¿Alguna peli o simplemente la tele?

- ¿Sabes a que se van a la cama no? Porque a estas horas – se miró el reloj de la muñeca – con lo temprano que es son se van a poner a jugar al parchís.

- Pero quieres dejarlos tranquilos que hagan su vida. Tendrán derecho a disfrutar. Como nosotros, ¿No?  - Le dije mientras le ponía la mano encima del muslo.

- ¿Ya estamos?  Así en frio… me da un poco de pereza la verdad. Anda pon la tele.

Y tras aproximadamente veinte minutos estuvimos cambiando canales, buscando alguna cosa que ver en Netflix y replanteándonos ver alguna peli descargada que teníamos en el disco duro.

- ¿Oyes eso? – Murmuró Laura a la vez que hacía gestos para que me callara. – Shhhhhhhh. – Me insistió. – Se oye como… como gemidos. ¿Ves? No han tardado nada.

- Quieres… que.. ¿vayamos a mirar?

Me miró con los ojos entornados y cara picara.

- Eso es un sí.

Me levanté despacio, dejando la tele encendida pero la luz del comedor y pasillo apagadas. Simulando que había alguien en el sofá viendo la tele.

Nos acercamos al pasillo y la puerta del final, la de la habitación de mi madre estaba entre abierta.

- Eso ha sido mamá seguro que la ha dejado así

- Shhh, baja la voz que se van a enterar – La increpé.

Ella me respondió poniéndose el dedo índice extendido en los morros.

Según nos íbamos acercando los sonidos de la habitación fueron aumentando, levemente sin ser algo escandaloso. Pero definiéndose en nuestros odios.

Laura me hizo señales para que la atendiera. Se señaló el odio haciéndome entender que escuchaba un ruido. Para después hacer un gesto con la mano y la boca típico de mamada.

Estaba claro que se escuchaba como mi madre succionaba polla.

Al llegar a la puerta lo primero que vimos fue el culo a cuatro patas de mi madre. La cama quedaba en frente a la cama, con la cabecera en la pared opuesta a la entrada.

Se veían los pies del novio y mi madre a cuatro patas con un tanga oscuro de un color sin identificar a la escasez de luz que había en la habitación.

El moño de pelo que llevaba mi madre se veía como subía y como bajaba al compás de los sonidos de succión que profería.

Pero yo no podía apartar la vista de los pliegues del cocho. Que engullían perfectamente esa tanguita que hacía de separación de labios.  Me quedé embelesado.

Laura se puso detrás de mí, me abrazó un poco y sin perder mucho tiempo metió sus manos por dentro del pantalón agarrándome la polla.

Giré la cabeza y le negué con la cabeza e que no era el momento.

Laura sonrió maléficamente, afirmó lentamente con la cabeza y al terminar me sacó el miembro erecto del pantalón.

- No no no no no,- Articularon mis labios mudos. Pero Laura sabía que no iba hacer nada que pudiera delatar nuestra presencia y continuó. Empezó a masturbarme desde atrás. Rodeándome con sus brazos y moviendo su mano al compás de movimiento de la cabeza de mi madre.

Laura empezó a morderme y a besarme en el cuello, fue bajando por la espalda dando mordisquitos y usando su mano como una gata en celo. Arañándome por donde pasaba con sus uñas.

Se acuclilló a mi espalda. Puso sus dedos en la goma del pantalón y con poco esfuerzo me los bajó. Me hizo señas para que la ayudara, pero levantando una pierna primero y luego otra al final me sacó los pantalones sin dificultad. Dejándome solamente con una camiseta y unos calcetines mal puestos.

Empezó a darme mordisquitos en las nalgas a la vez que me masajeaba tranquilamente el pito. Intenté darme la vuelta pero no me dejó obligándome a quedar mirando para el interior de la habitación.

Di un respingo cuando Laura en un momento de distracción pasó uno de sus pulgares entre mis nalgas acariciándome en agujero del culo.

- ¿Qué haces? – Le dije por señas

 Ella rio y me volvió a hacer el gesto de que me mantuviera en silencio.

Le vi la expresión malvada y supe que es lo que quería hacer. Abrí muchos los ojos y negué con la cabeza enérgicamente.

Ella sacó morros y afirmando a la vez con la cabeza como diciendo “tu di lo que quieras que yo haré lo que me dé la gana”

Y así fue.

Me cogió la mano y me la puso en mi propia polla para que yo me masturbara. Ella con las dos manos libres las puso en mis nalgas y me las separó.

Yo me eché para adelante. Ella se levantó, me cogió, se pegó a mí y me susurró al oído. – Tranquilo, pero inclínate.

Aun resistiéndome un poco, me puso de cara a la pared, me puso la mano en la cabeza y obligó a inclinarme. Me tuve que apoyar con la mano libre en la pared.

Con sus piernas y dándome golpecitos separó las mías un poco. Luego se arrodillo detrás de mí. Puso sus manos en mis nalgas y también me las separó.

Acercó su cara a mi culo. Empezó a morderme suavemente en el interior de las nalgas. Podía escuchar su respiración. Yo estaba nervioso, con subidón de adrenalina.

Miré hacia la habitación y mi madre se había subido a horcajadas encima del novio. ¿Cuándo había ocurrido esto?

Un lengüetazo en el ano me devolvió a la realidad. Laura lamia delicadamente de agujero del culo. Bordeaba el contorno haciendo círculos luego cambiaba y se centraba más en el agujero en sí. Mi mano no paraba de moverse en una paja frenética.

La cabeza de Laura se hundía mas entre mis nalgas a la vez que ella sacaba más la lengua e intentaba abrirse paso por mi agujero.

Sin poder aguantar mucho más me giré de golpe, Cogí la cabeza de lauda cogí mi polla y se la planté delante de su boca.

Laura, mi hermana, o la versión clon de Veruca James hacia muy bien su trabajo. Le miré a los ojos, pero ella apartó la mirada enseguida. La mi polla se abrió paso entre sus labios cuando ella empujaba la cabeza hacia mi pelvis.

Empecé a escuchar gemidos en la habitación de mi madre. Y el novio la tenía bien cogida por las nalgas, las apretaba con fuerza. Mientras ella se mantenía quieta encima el movía la pelvis con rapidez. Vi que los huevos le bailaban arriba y abajo mientras la polla se le metía con facilidad por el coño.

Ojalá fuese yo pensé.

Entonces me corrí. Volví a prestar atención a mi hermana. Me había corrido en su boca.


No hay comentarios:

Publicar un comentario