viernes, 5 de abril de 2024

Vacaciones con mi novio en palma

 Hola a todos! Bueno soy Claudia, y me enteré hace poco de la existencia de esta página, y quería compartir mi experiencia con todos vosotros. Espero que os guste, y no seáis muy crueles conmigo xD.

Bueno, como ya he dicho, me llamo Claudia, y tengo 23 años. Soy de Barcelona y tengo novio. Yo soy una chica pues guapa, rubia de pote, pero que no se nota, porque procuro teñirme en un término medio para parecer realmente rubia. Tengo los ojos negros, mido algo menos de 175, y tengo unas medidas que me gustan mucho: de pecho 93, cintura 60 y caderas 91. Es decir, que para los chicos estoy muy buena xD, modestia aparte. Lo que más me gusta de mi cuerpo es mi culo, lo trabajo mucho en el gimnasio para que quede perfecto a la vista de los chicos, con pantalones, shorts, minifalda o bikini, da igual. Y creo que lo he conseguido. Mis pechos también son un punto fuerte de mi anatomía femenina, ya que, aparte de la talla, están bien puestos, no caídos ni blandengues, ya me entendéis.

Bueno, tengo novio. Mi novio se llama Santi, y es un chico guapo. Moreno, como la mayoría de chicos, con unos ojazos negros preciosos. Tiene 23 años, como yo, y es más bajito que yo en unos dos o tres cm. Además, como suelo llevar tacones, esa diferencia suele aumentar bastante. Llevamos 2 años y 3 meses juntos, enamorados como el primer día, con plena fidelidad por parte de ambos. A lo mejor no es el típico chulo surfero de espalda de metro y medio de ancho, ni rubio alto con ojos azules, pero a mí eso no me importaba de un chico, me fijo mucho más en el interior, claro que tampoco es feo, al contrario, lo considero guapísimo.

Esta historia ocurrió en Palma de Mallorca, un verano que fuimos nosotros dos solos 15 días para pasar juntos, ya que cada año íbamos a un sitio diferente. Llegamos al hotel. Era un hotel simple, de 3 estrellas, y nos instalamos. Oímos jaleo en la habitación de al lado, y Santi me dijo: Joder, ya nos han tocado los gamberros de turno de vecinos. Yo me cabreé también y dije: Bajamos a cambiar de habitación Santi, que así no vamos a descansar ni del revés. Santi me respondió: Bueno anda, bajar a cambiarla da palo, ya callarán no? - No sé yo eh. Pero bueno, si tu lo dices... Y fui a ducharme. Al acabar me puse el bikini y le dije de bajar a la piscina a mojarnos un poco, y ver el ambiente del hotel. Se puso el bañador y bajamos.

Santi estaba bien de cuerpo. Tenía abdominales marcadas y unos pecotrales medianos. Sus brazos se marcaban un poco, y se cuidaba. En la piscina había bastante gente en las toallas y en el agua, nos costó coger sitio juntos, así que nos pusimos separados, a unos 4 metros. A mi lado tenía una pandilla de chicos y chicas. Eran 6, 4 chicos y 2 chicas. Me tumbé para tomar el sol y me fijé que uno me miraba, vamos, nada raro sabiendo lo buena que estaba. Lo raro era que nadie me mirara, realmente. Me puse las gafas de sol para tener mejor dominio de lo que sucedía a mi alrededor. Vi que sus amigos le decían algo en voz bajita al que me miraba, mientras las chicas le miraban y se reían. Luego pasaron todos a mirarme. De hecho, los chicos se cambiaron el sitio con las chicas para verme mejor. Santi estaba en el agua ya, pero sabía que a mí me gusta estar un rato antes al sol, para luego entrar al agua, así que no se molestó en llamarme.

Yo, desde hace un tiempo, suelo hacer topless, simplemente porque me gusta que mis tetas estén morenas como el resto de mi cuerpo. Siempre pienso que si me miran vestida, por quitarme el top del pikini no pasa nada, que disfruten! Pues eso hice, me quité la parte de arriba del bikini. De hecho, había mucha chica en topless, así que no sería la diferente. Cuando me incorporé para deshacerme el nudo oí unos ohohoh provenientes de esos mismos chicos, me reí para mis adentros, pensando: pajilleros... disfrutad anda, a la vez que me lo quité sin más demora. Me lo puse a un lado y cogí la crema. Me unté las piernas, sabiendo que me miraba media piscina, pero ellos en particular. Me encanta sentirme una Diosa, a la que se mira pero no se toca. Ellos seguían diciéndole cosas al chico en cuestión, como animándole a algo. Suponía que le decían que me pidiera para untarme crema, yo me reía mucho en mis adentros, me divertía la situación.

El chico, armándose de valor se me acercó, oliendo su aliento a alcohol de garrafón, y me dijo: ¿Quieres que te unta ese cuerpo de Diosa que tienes rubia? Me gustaba que me llamen rubia, como si fuera su idea de mujer. Le miré y le dije: Jaja, tío que tengo novio, y está ahí mismo chaval. Pero si quieres hacerme un favor, cuando me unta la parte de delante, te dejo untarme la espalda, quieres nene? - El chaval me dijo que sí sin pensárselo. Me unté el vientre haciendo circulitos, subí debajo de los pechos, y me unté mirándome, sin hacerle caso, me eché más crema en la mano y pasé a mi teta derecha, la que le quedaba más cerca. La unté bien, sin detenerme mucho, pues no quiero parecer una exhibicionista, y luego la izquierda. Subi a mi cara y me pasé la crema. Le pregunté, porque es una manía que tengo, si tenía restos de crema en la cara. Ni corto ni perezoso se me acercó y me pasó la mano por la mejilla, como pasándome mejor la crema. El tío disfrutaba, por qué lo sabia? El pene os delata chicos!! jaja.

Luego me di la vuelta y le di la crema: Úntame la espalda anda. Miré a sus amigos y estaban riendo y haciéndole el gesto de victoria. Al chaval no se le ocurrió mejor idea que ponerse a mi lado para untarme los hombros. Vaya empalme... jajaja, cómo me gusta provocar a los chavales. El pobre no sabía ni dar masajes, pero le dejaba hacer, fue bajando rápido, sin detenerse mucho, quizás porque se creía que me iba a untar el culo, aquel culito tan cuidado durante años con sudor, y que lucía un tanga blanco aquel día, no muy pequeño, pero bastante sexy. Cuando llegó a mi cintura le dije sin mirar: Me la has untado bien? que no quiero quemarme eh... Me dijo: Bueno, supongo. A ver, repásamela otra vez, que no quede nada sin crema. El chaval resopló y volvió a 'masajearme' la espalda, esta vez mejor y más lento. Cuando acabó me dijo: ya está bien untada rubia. Bueno, pues muchas gracias, el resto me lo unto yo solita, que es una parte muy sensible, y le guiñé un ojo, aunque me acordé que llevaba gafas de sol y que no podía verme.

¡Qué cara de decepción que puso, jajaja! No sabía qué decir. Al rato de estar mirándome las tetas me preguntó: ¿Cómo te llamas rubia? - Claudia, ¿y tú? Yo Jose, encantado. Y nos dimos dos besos. ¡Preséntanosla noo! Le dijeron sus amigos. Él se giró y me volvió a decir: Oye que mis amigos quieren conocerte, mira, son  Josema, Alex y Berto, y Sara y Carla. - Bueno yo me llamo Claudia, les dije desde mi sitio, con una sonrisa, sabiendo que era el centro de atención. Parecía que Sara y Carla tenían sus noivios al lado, por su manera de abrazarles, y Alex y Jose los solteros, aunque no pregunté, porque no me interesaba, la verdad. ¡Acércate a nosotros anda! Dijo Alex. Yo sonreí y dije: Bueno... Me levanté y me agaché para tirar la toalla hacia ellos, cuando Jose me dijo: Tranquila rubia ya te la llevo yo. Me la puso al otro lado de donde estaba yo, con todos los chicos, pero a la vez más cerca de Santi, que estaba tomando el sol. Le seguí y me dijo: Siéntate aquí anda, Claudia. Sonreí y me senté. Me gustaba recibir tantas comodidades por parte de los chicos. Sabía que les tenía locos, sólo tenía que fijarme en cómo disimulaban rascándoes el pene, para esconderlo entre el bañador y que no marque tanto.

Josema y Berto se pusieron a hablar con sus novias, que supongo estaban celosas de mí, y conmigo se quedaron hablando Jose y Alex: ¿Con quién has venido Claudia? ¿Te podemos llamar Clau verdad? - Jaja sí claro, no me importa. Pues he venido con Santi, mi novio. Es aquel de ahí, lo véis? - Quién, el tirillas ese? Dijo Alex, que parecía más atrevido y más suelto. Le vuelves a llamar tirillas y te meto un guantazo que no te reconocerá ni tu puta madre nene. - Le dije enfadada, pues era mi novio, y era intocable. No me dijo nada, ni para disculparse, y miró a Jose. Éste quiso calmar los ánimos, y me dijo: ¿quieres bañarte un rato que tenemos una pelota de agua... Le dije que primero quería tomar el sol para ponerme morena, pero que antes quería que alguien me untara el culo y las piernas. Jose se lanzó rápidamente y me dijo: Tía antes no has querido, pero yo estoy dispuesto eh, mientras reía con Alex. Entonces Alex me dijo: Este ya te ha untado antes, ahora me toca a mí no rubita? Me lo decía mientra me ponía cara de pena. Me giré hacia Santi y le llamé: ¡Santi! Santi alzó la cabeza y me vio. - Dime amor! - ¡jaja qué cursi nos ha salido el Santi ese no?! Dijo Jose. No le hice caso: Ven porfa. Vino enseguida y le dije: Anda, úntame las piernas porfa, que he conocido a esos chicos y no me ha dado tiempo de tomar nada el sol. Mira son Jose y Alex. ¡Qué pasa tirillas! Le dijo el idiota de Alex, a lo que le miré de golpe, amenazándole con la mirada, lástima que llevara gafas de sol... y no me pudiera ver los ojos. Me miró y sonrió, diciñendole: ¿Cómo te llamas tío? Santi, respondió mi novio, encantado. Jose le dio una palmadita en el hombro y le dijo: Felicidades macho! Vaya hembra que tienes no? - ¡Oye! le dije. Santi se rió un poco, porque es un poco tímido, y dijo: Bueno, tuve suerte al conocerla. Y me miró con aquella cara, que me tiene enamorada del todo. Le di un beso largo, de unos segundos. Le quería mucho.

¡Anda úntame tonto! Y demuéstrales a estos babosos quién tiene la exclusividad de ese culito, le dije al oído. Él se puso rojo mientras les miraba, y sonrió. Me di la vuelta y noté su masaje en mis nalgas. Lo hacía tan bien... Luego mis piernas. Miré a Alex, muerto de envidia. Alex estaba fuerte, algo más que Santi, y tenía unos ojos azules muy atractivos. Era castaño, y mediría algo más que yo. Me sorneí y cerré los ojos, disfrutando del masaje de mi novio. Se estiró boca abajo, como yo, y me dijo en voz baja: Te gusta el nombre de Vicky? Me sorprendí, y le dije que estaba bien. - Pues a partir de ahora te vamos a llamar Vicky, va a ser tu nombre en clave entre nosotros, vale? Así tu novio no sabrá que hablamos de ti. - ¡Qué hablas idiota! Me llamo Claudia y punto, pareces subnormal tío. Es que no me vuelvo a sentar a tu lado en la vida ya... Cuando eso cojo y me voy con mi novio, qué te crees que soy la típica que se deja engatusar por niñatos como tú o qué? - Santi acabó enseguida y se estiró encima mío, y me besó el cuello por el otro lado, el que no veía Alex, siempre lo hacía, no le gustaba que nos vieran demasiado. Cerré los ojos y giré la cabeza hacia el otro lado para dejarle más espacio para trabajarme, disfrutando de sus besos. Entonces noté que Alex me subía las gafas de sol, a la vez que me decía: Vicky, ¿estás despierta? Yo tenía las manos debajo de la cabeza, y no las podía mover porque Santi me tenía cogida por el cuello, le miré, no quería cortar aquel momento mágico. - Ssshhht, no digas nada. Lo siento, perdóname, he sido un idiota. Para que me perdones esta tarde, sobre las cinco, te estaré esperando en el bar del hotel, para invitarte a unas copas, si no te importa. - Santi se puso a sobarme los laterales de mis tetas, no sabía qué ni cómo reaccionar ante la propuesta de Alex. - Si quieres, cierra y abre los ojos, si no, ábrelos más y no te vuelvo a molestar más. En aquel momento me acordé que eran unas vacaciones en pareja, que no quería hacer 'amiguitos' ni nada por el estilo, así que decidí abrir más los ojos, mientras disfrutaba de los besos de mi novio.

Pero el idiota ese no se dejó convencer, así que me cogió la parte de arriba del bikini, que tenía tirada en mi toalla, y me dijo: ¿Y ahora guapa? Me asusté, porque si se la quedaba me quedaría en bolas por todo el hotel, hasta llegar a mi habitación, y le dije enfurecida: A ver niñato, no me robes el bikini vale? o te meto un guantazo vale? - Santi se levantó y le miró, le dijo: Tú chaval, devuélvele el bikini a mi novia o te juro que te rebiento esa cara de cerdo que tienes! Alex me lo devolvió, al ver que Santi estaba enfurecido también, y al ver que no me podía chantajear se fue al agua, no sin antes, mirarme con cara de desprecio. Cojimos las cosas yo y Santi y nos subimos a la habitación. Por culpa del cabrón de Alex no me pude ni bañar en el agua! Estaba decepcionada por la mañana.

Santi: Tranquila cielo, ese idiota no volverá a molestarte más, y si lo hace doy la vida por ti amor.

Se me saltaron las lagrimillas, y le besé con locura. Gracias mi amor. Nos tiramos en la cama, y simplemente, foyamos con locura. Le hice una mamada espectacular para devolverle el calentón que me había dejado en la piscina, y se corrió en mi cara, cosa que le encantaba. Nos duchamos al rato, y por el calentón que llevábamos encima, foyamos de nuevo. Me puse un bikini palabra de honor con estampados preciosos negro, que me quedaba de cine, con una faldita fina por encima, ajustada a mi trasero, que dejaba relucir mi bikini y mi culo. Me dio un beso y bajamos juntos.

Eran las cinco y media, cuando llegamos al restaurante. había mucha gente comiendo y bebiendo, aquello era una mezcla de todo, parejas, guiris, borrachos, etc. Al cabo de un rato de comer y hablar de nuestras cosas vi a Jose con un amigo suyo de los de la piscina, y me picó el gusanillo de ver si estaba el idiota de Alex por ahí. Me despisté un buen rato buscándolo con la mirada, sin éxito. Santi seguía hablándome, y yo disimulando. Al final acabamos de comer y nos levantamos. Nos sentamos en unos sillones que había al lado de las ventanas que daban al mar. No había mucha gente, sólo nosotros dos y 2 chicas sentadas lejos. Cerré los ojos, con la intención de descansar. Santi hizo lo propio. Al rato noté que alguien me retiraba el pelo de un lado, y me susurraba: Despierta Vicky... Abrí los ojos de golpe, ¿Vicky?¿Quién me llamaba Vicky? Y le vi, vi a Alex detrás mío. ¿Qué haces aquí? Sigo queriendo que me perdones por lo de antes. Acepta que te invite a un trago, por favor. Miré a Santi, estaba durmiendo. Creo que más que por querer perdonarle, acepté para que Santi no nos viera hablando a sus espaldas y pensara cosas que no eran. Me levanté mirándo a Alex, que me cojió de la mano suavemente y me llevó hacia un bar que no conocía, pues sólo llevábamos unas horas. Pasamos por las piscinas, con Alex cogiéndome de la mano, hasta que me solté, y le dije: Hace falta que vayamos tan lejos? - Sí, es que conozco al camarero y me ofrece copas gratis, me dijo mientras me sonreía.

Seguimos caminando un buen rato, entre la piscina y las toallas, hasta llegar a un antro, porque lo era, quizás penséis que soy demasiado pija, pero aquello era un atro en toda regla. Pocas luces, una barra de madera, con taburetes oxidados, podridos, no sabría definirlos, y algunos chicos vestidos con camisetas sin tirantes, y cachas la mayoría. Me llevó a un taburete y me sentó elegantemente: Señora. Me reí y me senté. Él también se sentó: Koke! llamó al camarero. Qué quieres Claudia? Me sorprendí por haberme llamado Claudia, y eso me quitó la idea de que era un cabrón, o al menos tan cabrón. Una clara, por favor. Dije seria, pues quería hacerle ver que no era la típica a la que le gustaban cuatro chorradas, aunque me gustaran, lo reconozco. Me la trajo, y me dijo: Oye Claudia, ¿o prefieres Vicky?, le dije, mejor Claudia, seria. Bueno, pues Claudia, que lo siento por haber sido tan rudo antes, y tan poco elegante, sólo quería hacer nuevos amigos. Tu novio ese, Salva no? - Santi, le corregí- Bueno, da igual, Santi, me ha caído bien -'Pero si ni siquiera habían hablado', pensé para mis adentros- y si quieres y me perdonas, esta noche podemos salir nosotros dos, él y Jose, mi amigo, a alguna discoteca de por ahí, si te parece, y así ves que no somos tan asquerosos y babosos como piensas, jaja. Su sonrisa tenía un punto de nosequé que me encantaba, no ya por sus ojos azules que la hacían más bonita, sinó por ser tan convincente. Bueno, vale, ya se lo diré a Santi. ¿Cómo quedamos? Pues si te va bien, a las 21 en el hall, ok? Vale, y sonreí.

Él se dio cuenta de que era la primera vez que le sonreía, así que se envalentonó:

Y en qué habitación estáis si se puede saber, Claudia?

Yo: En la 224, y vosotros?

¡Hombre!Pues en la 226, al lado vuestro. - Me acordé esa mañana, cuando llegamos y había jaleo al lado, eran ellos.

Vosotros sois los del jaleo, verdad? jeje. Le dije sonriendo, y en broma.

Porqué lo dices Clau? - Nada, que esta, mañana, cuando llegamos, oímos jaleo y dijimos, ya están los pesados de siempre jaja. Y no nos habíamos equivocado no? jeje

Jaja, ayy Clau, qué mala eres. Ya nos juzgas antes de conocernos? - Jaja, bueno Alex (fue la primera vez que le decía Alex), imagínate que llegas y sólo entrar oyes jaleo, qué pensarías tú? Eh?. Entonces cogió su taburete y se acercó más a mí. Bebí del vaso, sin moverme. Me gusta que los chicos se crean que no me doy cuenta de sus acecamientos. Me acarició el brazo, y me dijo: Pues iría a ver quién son, les saludaría y les llevaría algún regalito de bienvenida. Me dijo mientras me miraba con dulzura.

Jaja regalito? Noté cómo me subía el alcohol un poco. Eres muy iluso no? Te crees que todas las chicas somos iguales que tú? Nosotras no hacemos regalitos a desconocidos nene. Le dije mientras le guiñaba un ojo. Y me acabé la clara. Él lo vio y llamó al camarero: Otra clara para la rubia! - No, Alex, me habías prometido que sólo sería una copa... Le dije mientras ponía cara de pena. Ah, vale, osea que quieres estar hablando conmigo aquí sin hacer nada, sólo bebiendo yo no? Eso no es justo nena. Me reí como una niña pequeña, y justo en aquel momento el camarero me la trajo.

No, si no se la quiere tomar tío, es una sosa. Tírala anda... Le dijo Alex al camarero, mirándome fijamente. Yo reí y le dije: ¡Eres muy malo, que lo sepas eh! Mientras la cogía, le di un trago y le dije: Esta sí que es la última eh... Le dije con cara amenazadora, poco creíble, la verdad. Me dijo: Bueno, yo no te voy a obligar a nada, tú decides lo que haces... y miró hacia la puerta, por donde entró un chico de su edad, más o menos. Era Jose, pero no supe verlo a la primera por el reflejo del sol.

Mira, tu amiguito. Le dije. - Ya lo veo rubia jaja. Aguántame el vaso. - Me lo dio y se fue hacia él. Le abrazó, mientras le decía algo. Yo pensé:'Si tiene la barra al lado, por qué no deja el vaso en la barra?' Pero no quise hacerme más preguntas y me quedé sosteniendo los 2 vasos, el suyo y el mío. Se acercaron los dos, y Jose me dio dos besos, mientras me cojía de la cintura. Yo sólo tuve que estirar un poco la cara. Qué guapa que vas no rubia?, me dijo. Me sentí halagada. Gracias Jose, se hace lo que se puede... y miré a Alex, que me miraba las piernas, y un poco más arriba, la entrepierna tapada por aquel bikini y aquella telita fina, tan sexy para los ojos de cualquier chico. Jose cogió otro taburete y se puso en el lado que daba a la puerta, de manera que me sentí atrapada por aquellos dos. Me cogió de mi hombro desnudo mientras llamaba al camarero. Lo de siempre tío! Y tú no quieres algo más bueno que una simple clara rubia? Le miré, estaba a dos centímetros de mí, y le dije: Uff tío, llevo dos claras y me están subiendo de lo lindo, no creo que pida más eh. Y miré al suelo. Noté que me estaba mojando un poco, y sabía que era por aquellos dos chavales. Me quería ir, pensé en Santi, qué estaría pensando? Me estaría buscando? Les dije: Oye, mi novio me estará buscando, y como me encuentre aquí rodeada de dos tíos me mata. Si queréis nos vemos esta noche, ya a tope, más lúcida, vale? - Alex me respondió: ¿No te gusta estar con nosotros no? Lo sabía tío, le dijo a Jose. No no! Qué va, si me gusta mucho, pero si el primer día ya m voy por ahí esto acabará mal no? Va, dejadme ir, y nos vemos esta noche vale guapos? Bueno pero te hemos invitado no? Sí, respondí, otro día os invitaré yo, vale cielos? Entonces Jose se me acercó aún más y me dijo:

Queremos que nos enseñes algo rubia... Y me sonrió. ¿Algo? Como qué? - Alex me interrumpió: El chochito, por ejemplo, no rubia? Me asusté, me sentia intimidada, pero estaba mojada, no lo entendía, y si quería irme cuanto antes... Y si os enseño las tetas? Es que el coño... me da cosa... y me puse roja. Me sentía como una exhibicionista, justo lo que no quería parecer en la piscina. Alex se me acercó y me dijo: Las tetas ya te las hemos visto, y muy bien por cierto, son preciosas, por eso queremos verte el chochito, algo nuevo. Piénsatelo rubia, o eso o vas a llegar tarde a la cita con tu novio... y me guiño un ojo. ¡Qué ojos más bonitos que tenía! Bueno... dije tartamudeando. Pero sólo un segundo eh. Vi que el antro estaba oscuro, y que nadie nos veía. Me iba a quitar la faldita de tela, cuando Jose me dijo pegado a mi oreja: No te molestes muñeca, ya te la quito yo. Eso me excitó mucho, y callé. Noté su mano pasando por mis muslos, acariciando mi cara interna, llegando hasta mis braguitas. Ahí desperté de mi letargo y le cogí la mano: Porfa quítame la tela, no me sobes, vale? Me apartó la mano sin decir nada, sobándome un poco más aquella zona. Me apoyé en la barra para no volverme loca del gusto. En aquel momento, Alex le dijo que parara ya, que me la quitase. Tenía envidia seguro, pero no quería hacerlo notar. Jose se apresuró en quitarme la telita, cuando me cogí las braguitas y me las bajé poco a poco, mirándoles. Estaban excitadísimos, otra vez el pene... cuando se lo mostré entero. Lo tengo depilado, no me gustan los pelos, cosa que pareció excitarles aún mas. Joder qué buena que estás muñequita, me dijo Jose al oído. Sabía que me ponía eso, y les dije ya, no? Me dijeron, a las nueve en el hall rubia. Dios nos tienes loquitos. Jose me apartó para salir, y me fui rápido de ahí. Noté que estaba mojadísima.

Llegué a mi habitación y ahí estaba Santi, en la ducha. ¿Santi? Sí cariño, estoy en la ducha. Me quité el bikini y fui allí. Hola amor mío. Lo siento por no haberte dicho nada, es que me desperté y estabas durmiendo, así que me fui a la piscina. Lo siento.Santi: No pasa nada amor. No tienes ue pedirme perdón, anda entra, y hacemos cositas... jeje. Entré con el calentón de Jose y Alex. Fue un polvazo, increíble cómo me habían excitado aquellos dos...

Al salir de la ducha le dije, ya en la cama como tortolitos:

¿Sabes cariño? En la piscina me he encontrado a esos dos chicos de antes, Alex y Jose, y me han dicho de salir esta noche por alguna discoteca de la ciudad, tú también puedes venir...

¿Pero te has vuelto loca o que? Si estos dos son unos imbéciles, bueno el Alex ese, el otro seguro que también. Yo no quiero salir con ellos, vamos, ni loco!

Pero si estaremos juntos todo el rato cari... Además yo quiero emborracharme y bailar como nunca, y contigo no es lo mismo, y lo sabes cielo...

Que no cari, quedémonos aquí, en el hotel, hay una sala de fiestas... o salgamos solos por ahi. Y me dio un beso. No quería decepcionarle, así que le dije que vale, que saldríamos los dos solitos por ahí. Y dormimos abrazados en aquella posición. Al cabo de un buen rato me desperté, él seguía durmiendo, y me acordé de Alex. ¿Por qué me había puesto tan cachonda ese idiota? Me puse nerviosa y me levanté de la cama sigilosamente. Me puse un tanga y unos shorts blancos, y un top sin suje, lo primero que encontré en la maleta. Le escribí esta nota: 'He salido a dar una vuelta, no he podido dormir, cualquier cosa llámame vale? Subiré a las 20 para prepararme vale? un besito cariño. Te quiero.' Salí de la habitación, y bajé a la piscina, hacía sol todavía. Quería pasear, pero también, si me los encontraba, charlar con Alex y Jose. No los vi, y seguí paseando, me puse los auriculares y me puse a escuchar música. Me senté en un sillón del restaurante, pues quedaba al lado de la piscina, mirando al mar. AL rato, noté una sensación ya vivida antes. Me despegaron el auricular de la oreja y me dijeron: Buenas tardes, rubia. Me giré, pero ya sabía que era él. Alex estaba ahí, con esos ojos azules mirándome sonriente las tetas. Le saludé: Hola Alex! Qué haces aquí? Me gustaba que estuviera ahi... Se sentó en el reposamanos de mi sillón, a la vez que me abrazaba desde arriba. Me sentía desnuda a sus ojos, pues tenía mis tetas en una posición inmejorable para observarlas, pero bueno, total, ya las había visto en la piscina, así que daba igual.

Esta noche vamos a ir a la discoteca Beach Night, aquí enfrente. Lo digo por si no estamos o nos perdemos, vale? Vale, pero nosotros quizás tardamos un poco vale? Es que queremos cenar antes por aquí... Como quieras muñeca, nosotros te estaremos esperando ahí.

Se levantó, pero en vez de irse me ofreció la mano. Le miré y le sonreí. Acepté la invitación. Mientras caminábamos le pregunté: ¿Dónde me llevas ahora? Que no sea al antro aquel eh jaja. Entonces me soltó la mano y me la bajó hasta la cintura, por la parte de arriba del culo, y me dijo: No me digas que no te lo has pasado bien en aquel antro nena. Le dije: Sólo por el alcohol listo - recalcando que no me lo pasé bien por enseñarles mi coño-, y tú deja de portarte mal... y le aparté la mano de mi culo. Me gusta cuando te pones durita, en realidad no lo eres, pero quieres marcar tu terreno, a que si muñeca? Aquello me dejó trastocada, no sabía qué responder, miré enfrente, como buscando una respuesta, cuando me dijo: No hace falta que pienses ninguna respuesta rubia, yo tengo todas tus respuestas... Le miré sorprendida, ¿qué quería decir? Me tenía cachonda aquel chulito, pero quería seguir siendo dura. No respondí y me hice la enfadada, soltándome de él y apartándome, sin embargo seguía sus pasos, hasta que llegamos a la playa, que estaba a 2 minutos del hotel. Ahí me miró fijamente, y me dijo: Este es un buen lugar para conocernos, no? Me acordé de la conversación que tuvimos en el antro aquel, ese tío las guardaba todas, cuando le dije que no hacía regalos a desconocidos. Vamos siéntate. Le miré y me senté en la arena, con las piernas cruzadas. Él seguía de pie enfrente mío. Me tapaba el sol, vino detrás mío y se sentó, arqueando sus piernas alrededor mío.

Eres preciosa. - Me dijo al oído, casi rozándome con los labios. Detuve mi respiración, estaba a su merced, me tenía rodeada con sus piernas mientras me acariciaba la cintura con sus brazos. No te pongas nerviosa cielo, no te voy a hacer nada que tú no quieras. - Definitavemnte me tenía conquistada. Cierra los ojos muñeca... Los cerré enseguida, nerviosa, esperando a ver qué me hacía. Me tenía excitadísima, escuchaba el alboroto de la gente a mi alrededor, pero yo me intentaba aislar de todo eso, y centrarme en Alex. Desde el primer momento que te vi supe que tenías que ser mía. Me giré para decirle que no podía ser, que estaba muy enamorada de mi novio y esas cosas, cuando me puso un dedo en los labios. Ssshhht. Sólo respóndeme con los ojos, ábrelos y ciérralos si es que sí, y ábrelos mucho si es que no, vale muñeca? Abrí y cerré los ojos, en señal de afirmación.  Ahora dime muñequita, te vas a relajar? Afirmé con los ojos. Me estaba mojando como si acabara de salir del agua... Mmmm me gusta, estoy seguro que vas a disfrutar mucho estas vacaciones nena... a que si? Me dijo mientras me apoyaba la cabeza en su pecho. Cierra los ojos muñeca. Los cerré. Aquella situación era la más excitante que había vivido en mi vida. Estaba en manos de un desconocido, mojadísima, mientras Santi, el amor de mi vida, dormía plácidamente. Me metió las manos debajo del top, sin respuesta por mi parte, pues estaba totalmente entregada a él. Me besó detrás de la oreja, mientras subía con las manos hacia mis tetas libremente. Noté de golpe su pene, una piedra cilíndrica en mi espalda. Me molestaba, pero me excitaba a la vez. No soy mucho de excitarme con el tacto de un pene, pero estaba excitada por el contexto. Había llegado a la base de mis tetas, poniendo los pulgares en mis pezones afilados, cuando me llamó Santi. Di un salto sobre mí misma, pues estaba ensimismada en aquella situación. Él lo sabía, y me dijo: Cógelo muñeca, no sea que tengamos problemas, no quiero perderte. Mientras me recorría el cuello hacia abajo con la boca. Sus manos ya habían asaltado mis tetas. Estaba excitadísima, pero era Santi! Le dije que parara por favor. Lo hizo, quizás porque sabía que me tenía en cualquier momento que quisiera.

Sí? Hola amor. Emmm -miré a Alex, que seguía mirándome las tetas y abrazándome por la cintura- He salido a dar un paseo por fuera del hotel... Sí sola, claro. Vale ahora vuelvo cariño. 5 minutos y estoy vale? Te quiero amor. Un besito cielo. Colgué, sin atreverme a mirarle a la cara, y me levanté, poniéndome bien el top y el short, pues al estar sentada se me metió por el coñito. Alex seguía observándome. Se levantó y me dijo: Vamos, que te llevo. Me dio la mano y caminamos lentamente por la arena, hasta llegar a la calle, donde me puso delante suyo, enganchada a su cintura, mientras esperábamos el semáforo. Se acercó a mi oreja y me dijo: Eres preciosa muñeca. Le dije con voz entrecortada por la excitación: Pero hay más chicas en el hotel... y más guapas que yo... no? Yo sólo te quiero a tí nena. Y me dio un beso en la mejilla. Vete con tu novio anda. El semáforo se puso en verde y aceleré el paso, hasta llegar a mi habitación. No estaba Santi, habrá bajado a pasear, me dije. Mientras, me duché lo más rápido que pude, para que no me viera el calentón que llevaba encima. Le esperé mirando la tele. Al cabo de un rato llegó. Dónde estabas amor mío? le pregunté. He ido a tomar algo al bar de abajo, para pasar el tiempo sin ti amor, que se me hace eterno.Le dije: Hoy salimos al final no? Sabes que he visto una discoteca muy bonita,que parece ser que dan buena música para bailar, estilo pachangueo y eso... Vamos cari? Como quieras amor. Yo sólo pensaba en aquella experiencia con Alex en la playa, y sus palabras de 'yo sólo te quiero a tí nena' o 'eres preciosa' o como me repetía aquello de 'muñeca'. Le dije a Santi de hacer el amor, a lo cual aceptó enseguida, claro. Tenía ganas de mí, y yo de bajarme aquel calentón, no podía reconocer que por primera vez desde que estábamos juntos, pensaba en foyar con otro mientras lo hacía con mi novio. Tuve un orgasmo brutal, pero lo que es brutal. Increible.

Sobre la hora de cenar, serían las nueve y media o algo así, bajamos a cenar en un restaurante del paseo marítimo. Todo muy bien, la comida y el ambiente, cuando vi de lejos a Alex y Jose, yendo hacia la discoteca. Ellos no me vieron, pero me entró un calentón... Yo iba con minifalda blanca, tanga púrpura,sin sujetador, y una blusita palabra de honor azul marino. Santi me dijo, con mucha razón, que iba PRE-CIO-SA. Me miraba al espejo y me decía: 'Qué guapa que soy' y 'Qué buena que estoy'. Me arreglé y salimos al paseo. Decidimos pasear antes de ir a la discoteca, cogidos de la mano. Yo no dejaba de pensar en lo de la playa, pero ahora estaba con Santi, y me debo a él. Nos estiramos en la playa, había poca gente, y no estaba Alex entre ella, me apresuré a fijarme. Nos dimos el lote y fuimos directos al Beach Night. Fui a pasos largos hasta la pista de baile, no sabía dónde mirar, cuando vi a Jose a lo lejos, hablando con otro chico. Me emocioné y me excité a la vez. Miré a Santi y le dije que bailásemos, mientras le iba acercando hacia ellos dos, como sin querer. Por fin me vieron, y me hice la despistada. ¡Hombre Santi! Le dijo Jose, mientras le daba una palmadita en la espalda. Santi se puso a hablar con él, medio cabreado. Mientras, Alex me cogió de la cintura y me llevó detrás de Santi: ¿Cómo estás preciosa? Mientras me acariciaba el culo, pasando un dedo por mi rajita, me dio un beso en la boca. Me quedé de piedra. Vi que Jose, no sé si adrede o no, se llevaba lentamente a Santi entre la multitud, miré a Alex. Me tenía cogida de la cintura, y bajando a medida que Santi se alejaba. Mientrastanto, yo no sabía que hacer con las manos, hasta que me dijo: Tócame, que no muerdo preciosa. Ahí me envalentoné y me apoyé en su pecho, mientras él bajaba impunemente hasta mi culo, amasándolo a su gusto. Abriendolo y cerándolo con movimientos circulares, mientras yo estaba ahí, apoyada en su cuerpo, mojada, sin haber bebido casi nada de alcohol. Quieres beber muñeca? Sí. Me llevó hacia la barra, y me dijo: ¿Qué quieres? Lo que tú quieras Alex, seguro que a mí también me gustará. Sonrió. Nunca me había sentido tan sucia, pero me excitaba el hecho de pensar que esa noche me haría suya. Vi a Santi y a Jose, como buscando a alguien, estaba segura que me buscaban a mí, o bueno, Santi me buscaba, y que Jose se hacía el bueno con él. Lo sentí mucho por Santi, pero yo estaba presa, quería estar presa y me gustaba estarlo. Pensé:'Por una vez no pasa nada. Además, me está gustando mucho el juego'. Alex se percató de la situación, y me dijo: Ahora vengo nena. Quédate aquí y no te muevas hasta que vuelva, entendido? Sí. Sabía lo que iba a pasar, que le dirían cualquier excusa para que se fuera y quedarse conmigo solos. Vi  a Alex acercarse a Jose y Santi, y señalar hacia la salida. Luego vi que los dos se marchabana fuera, Santi con cara de preocupación, mirando a su alrededor. Yo intentaba que no me viera, definitivamente, Jose y Alex, pero sobretodo éste último, me habían convertido en una puta. Cuando se fueron, Alex volvió hacia mí.

Yo seguía donde me dejó, mirándole. Me abrazó por la cintura y me dijo: Mmmm buena chica, ya nos hemos librado de él, no tendrás que sufrir más muñeca. Me decía mientras me besaba el cuello y me acariciaba la entrepierna, haciéndome notar una sensación de placer inmensa. Me besaba sin temor a nada, como un enamorado, por el cuello, y bajaba hasta el hombro. Llegamos a la barra y pidió dos vodka naranja, o algo del estilo, no lo recuerdo muy bien. Los cogí y me llevó a un rincón al lado de los lavabos, tranquilo. Bebí un trago de un vaso, esperando que cojiera el suyo. Él me besaba las tetas, ya sin pudor alguno, yo con las manos ocupadas, pero disfrutaba igual. Me bajó el escote por un lado, para liberar mi teta izquierda, y comérsela literalmente. Mientras, sobaba la derecha por encima de la blusa, y me pegaba el paquete al vientre. Yo iba bebiendo entretanto. Luego me liberó la otra teta, tapándome la izquierda, e hizo lo mismo. Yo disfrutaba como una puta, regalándole mi cuerpo. Mientras bebía, miraba a mi alrededor cómo bailaba la gente, de lo excitada que estaba ya me acabé un cubata. Me dijo: Eres una puta, nena. Te vas a tragar mi poya hasta el fondo, a que si? Bébete el otro vaso nena, que cuanto más borracha vayas mejor, me dijo mientras me sobaba el culo. Me puse a beber de aquel vaso, mientras sentía sus manos violándome entera, y su aliento en mi cuello, besándome y comiéndomelo. Me acabé el cubata lo más rápido que pude, y se lo enseñé. Sonrió mirándome cómo me costaba aguantar el equilibrio, pues me emborracho fácilmente. Buena puta, y ahora dime, qué poya te va a dar placer esta noche, puta? La tuya Alex, le dije mientras le daba un morreo. Mmm así me gusta. Camina delante mío hacia la salida. Me dirigí hacia la salida, sabiendo que me estaba mirando. Al cabo de un rato salió él, con el móvil en la mano. Estaba escribiendo un mensaje, no sé a quién. Fuimos a la habitación enseguida. Estaba vacía. Me empujó dentro y cerró tras de sí. Me sentó en la cama y se me acercó, de pie. Yo le miraba fijamente. Me miró las tetas, alargó una mano y me bajó la blusa. Yo seguía mirándole, sin apartar la mirada de él.

¿De quién son estas tetas putita? - Tuyas Alex. Respondí como una puta, mientras seguía mirándole.

Mmmm así me gusta, levanta y quítate la ropa para mí. Mientras se estiró en la cama. Me quité la blusa, y la tiré al suelo. Luego vino la minifalda, al suelo, me di la vuelta, mostrándole mi culito de gimnasio, y fui agachándome mientras me lo bajaba, dejando a su vista todo mi culo en todo su esplendor. El tanga me lo quedaré muñeca. Se lo tiré. Lo olió: mmm qué olor a putaza, los tacones no te los quites, que así me pones más, pareces más puta y todo jeje. Ven aquí.-Subí a la cama a 4 patas, como una gatita en celo, y le bajé la cremallera sin que me dijera nada. Le bajé el bañador, debajo ya se veía su poya, dura como mi cabeza, y sin dejar de mirarle, me la metí en la boca, chupando. De arriba abajo, de fuera a dentro, pasando por el glande, mordiendo el prepucio, disfrutando cada milimetro de su poya. Sin perder contacto con ella, me la saqué y bajé a sus huevos, eran peludos, me gustaba su sabor, salado. Me deleité chupándolos y succionandolos, meintras le estimulaba el ano con un dedo. Ponte encima puta, me dijo. Que te voy a foyar como nunca. Me puse a horcajadas encima de su poya, encajándola en mi coño, dejando que me cojiera las tetas con las manos, y botando para él, notaba aquella poya dentro mío, me había olvidado de todo, sólo quería complacerle a él. Seguí botando hasta que me dijo que parase. Ponte cogida al tocador, mirando al espejo, va. Me puse como me dijo. Le vi acercarse a mi culo con la poya en la mano, por el espejo. Me cojió del pelo y tiró fuerte hacia él. Me la ensartó de golpe, no suavemente, no, de golpe!! Toma puta!! Disfruta!! Eso andabas buscando eh puta?? Pues aquí lo tienes!! Yo lloraba del dolor, mi culo era virgen, sí, como oís. Nunca nadie me había rebentado aquel orificio, hasta ahora. Gritaba como una puta, de dolor. No paró de dolerme. Siguió foyándomelo, cuando entró alguien. Era Jose. Alex ni se giró, seguía dándome 'lo mío'. Yo seguía gritando. Jose se apresuró a desnudarse. Me cojió de la cabeza y me giró hacia él, quedando el tocador a mi derecha. Me metió la poya en la boca, con lo que no pude seguir gimiendo. Me atragantaba y me mataba por el culo. Me caía toda la saliva al suelo.

Hasta que noté un chorro caliente, que me quemaba por dentro del culo. Supuse que era el semen de Alex. Se me cayeron unas lágrimas, se había corrido dentro mío, no me lo podía creer. Mientras Jose me daba poya por la boca, noté que Alex se retiraba a la cama, y reía. Oooohhh me vengo puta!! Trágatelo zorra!!! Me llenó toda la boca de semen. Me lo iba tragando a medida que salía de su poya, pues tenía mucha experiencia con Santi. Jose se quedó igual de satisfecho que Alex, y se fue a la cama. Ven con nostros aquí nena! Me dijo Alex. Me estiré entre ellos dos. Me metió dos dedos en mi coño, tratando de hacerme correr, me corrí enseguida, de lo cachonda que estaba. Qué placer, por Dios! Me sentía en deuda con Alex, por hacerme correr, y me bajé al suelo para hacerle una mamada. Eso es, buena puta, me dijo mientras me apartaba el pelo de la cara para verme mejor. Me iba dando ritmo con la mano en la cabeza. Jose, mientras, había bajado al suelo, ya la tenía empalmada, 'qué rapido' pensé. Se estiró debajo mió, y me colocó su poya en mi coño. Sus piernas estaban debajo de la cama, y yo iba botando encima de su poya, a medida que le hacía una mamada a Alex. Parecía una máquina! Ellos quietos, y yo moviéndome, aunque me gustaba. Al rato Alex me tiró del pelo, hazme una paja en tus tetas muñeca. Le miré y le hice la paja, enseguida se corrió en mis deliciosas tetas. Su cara de placer me hizo tener otro orgasmo enseguida, encima de la poya de Jose, que parecía concentrado. Seguí botando encima suyo, de espaldas a él, mirando a Alex estirado en la cama, viéndome complacer a su amigo. Déjale que se corra dentro muñeca. Esa orden me excitó, y aunque no tomaba pastillas ni nada, boté más rápido, para complacer a Alex y sobretodo a Jose. Al poco tiempo noté sus gemidos, y poco después, su corrida inundándome por dentro. Me corrí por tercera vez.

Jose ya parecía exhausto, pero antes de irse a dormir le preguntó Alex: ¿Qué has hecho con el cornudo? Cuando oí cornudo me excité, y me subí a la cama, entre las piernas de Alex, y sin pedírmelo, me puse a hacerle una mamada, mirándole cómo se reía de mí. Pónmela tiesa muñeca, que te quiero foyar ese chochito tan rico que tienes! Jose dijo entonces: Nada, le dije de irla a buscar fuera, y lo he dejado tirado jeje. Bueno, voy a dormir que estoy rebentado. Rubia, eres una Diosa! No le hice caso. Sólo miraba a Alex. Me miró y me dijo: Eres la puta perfecta. Si ya sabía que tenías que ser mía muñeca. Levántate y fóyame anda, que me quiero correr dentro tuyo. Lo hice, y me puse a botar encima suyo un buen rato, hasta que simplemente noté cómo gemía, y me inundaba mis entrañas con sus esperamtozoides. Nos quedamos abrazados los dos en su cama. Al rato se durmió, y aproveché para ducharme, vestirme y, cuando iba a salir, me acordé de su deseo: 'El tanga me lo oquedaré muñeca'. Así que me lo quité de nuevo y se puse en la cara.

Abrí sigilosamente la puerta de mi habitación. No había nadie. Mejor, pensé. Así no sospecharía Santi. Me dormí, con la mejor sensación jamás vivida. Me desperté sobre la una, y allí estaba Santi, durmiendo como una marmota. Le besé en la frente y le dejé una nota: 'Cariño, he bajado a desayunar, cuando te despiertes llámame, que ayer estuve muy preocupada por ti. Te quiero.' En el resaturante vi una mesa libre, y me senté, almorcé rápido y fui a ver si estaban en la piscina Alex y Jose. Efectivamente, ahí estaban tomando el sol, riendo animadamente con sus amigos. Me excité y subí a mi habitación. Me puse el bikini negro palabra de honor y bajé enseguida. Puse mi toalla a unos metros de ellos, como si no los hubiera visto... Y me dispuse a ponerme crema. Entonces vi cómo dos toallas se colocaban a mis lados: eran ellos, lógico. Buenos días puta, me susurró Alex al oído mientras me desabrochaba el bikini. Jose le ayudó a quitármelo, y dejaron relucir mis tetas. Yo miraba fijamente a Alex, sin mirar nada más, cómo se deleitaba con la visión. Jose supongo que estaba igual. Alex dijo: Yo tetas y tú culo, vale? Jose aceptó. Se referían a la crema. Alex cogió el pote de crema y me echó  en las tetas, me montó y me masajeó las tetas de una manera muy sensual, me sentía en el cielo otra vez. Cerré los ojos, y me limité a disfrutar. Me untó las tetas, pero también el vientre, los brazos y las piernas. Luego me dieron la vuelta. me sentía como una muñeca de verdad, me daban la vuelta, me ponían cómo querían, pero me estaba gustando sobremanera. Le tocaba a Jose. Se montó encima mío, y me untó la espalda rápido, hasta llegar a mi culo, deteniéndose ahí un buen rato. Al final, me untó las piernas y se estiró en su toalla, mirándome. Me dieron la vuelta entre los dos, y se me acercaron. Alex me dijo: Mañana por la mañana nos vamos, muñeca. - Ah sí? Me sorprendí, pues no me lo esperaba. Jose me acarició el coño por encima de las braguitas del bikini y me dijo: Sí nena, así que esta noche ya sabes, placer a tiempo completo, y me dio un beso en la teta derecha. Alex no quiso ser menos, y me comió el pezón izquierdo. Miré a mi alrededor por si alguien estaba mirándonos, pero había poca gente en esa zona. Miré mis tetas, estaban invadidas por dos cabezas, comiéndoselas. ¡Qué bonita visión! Me estaban poniendo a mil, así que les dije cómo pude: Llevadme a la 226. Quiero daros lo que queréis. Se miraron, y Alex me dijo: Esa es mi puta, y me mordió el pezón. Recogimos las toallas y subimos en ascensor. Yo iba en topless, no me había dado tiempo a ponérmelo. Llegamos a la planta, y cuál fue mi sorpresa cuando vimos a Santi venir a lo lejos, menos mal que no habíamos salido del todo del ascensor! Alex me metió de un empujón en el ascensor, y Jose se quedó fuera, yendo hacia Santi, para distraerle. Picó para llevarme a otra planta de más arriba. Llegamos a la tercera planta y ahí nos quedamos, esperando a que Jose nos hiciera una perdida o algo. Vimos por el hueco de las escaleras cómo bajaban juntos, hablando de la noche anterior, cuando Alex recibió un sms: 'Déjame un trozo jaja', Me lo enseñó y nos reímos. Me sentía, otra vez, como una puta. Entramos en su habitación. Enseguida me arrodillé y le bajé el bañador, mirándolo a los ojos. Me la metí rápido en la boca y me puse a chupar como la noche anterior, como una perrita en celo. Al rato se corrió en mi cara. Me fui al lavabo a limpiarme, y cuando volví estaba estirado en la cama. Me estiré junto a él, dándole mimitos, mientras le acariciaba la poya, para recuperar su tono cuanto antes. Me dijo: ESupe que te iba a foyar cuando me dijiste que no llamara tirillas a tu novio, y no te fuiste, sino que te quedaste a mi lado. Te ponía a mil, y cuando me dijiste que no de lo de quedar sabía que era mentira, a que sì muñeca? Asentí sonriendo. Ponte encima y a botar, puta, me dijo, perdiendo la sensibilidad de antes, pero me gustaba igualmente. Lo hice, h¡gimiendo, sabiendo que estaba a 20 cm de mi habitación, cada vez botaba más rápido, hasta que volví a notar el chorro de semen dentro mío. No me preocupé por si me quedaba embarazada. Ya me tomaría algo...

En ese momento entró Jose: Joder con el cornudo ese! Qué pesado! Anda va, que ya me toca a mí tío. Me apartó de Alex, y más de lo mismo. Primero, una buena mamada, corriéndose esta vez en mis melones, como me las llamaban. Luego, descanso, para luego foyar. Esta vez me puso en el suelo apoyada en la cama, de modo que dejaba al descubierto mi coño para él. Me lo penetró con fuerza, pues me tenía ganas, según decía. Por suerte, Jose no me penetró el culo, corriéndose en mi coño. Ellos fueron a ducharse, pero me dijeron que no me duchara, a ver si mi novio detectaba el olor a semen que echaba. Eso me excitó, y les hice caso. Me vestí y me limpié el semen de mis tetas y mis piernas, que seguía cayendo. Bajamos los 3 al bar, donde estaba Santi sólo. Al vernos llegar, nos llamó. Cariño! Fuimos a snetarnos en su mesa, yo a su lado. Le di un beso. Me miró extrañado: Qué es ese olor cielo? Olor? Contesté, a lo mejor es el champú ese del hotel cari, que huele raro. Ah bueno, es que es un olor no muy bonito jeje. Por qué no me ha cogido las llamadas amor? Me dijo. Estaba en la ducha cielo, A todo esto, ellos reían entre ellos. Le pregunté: ¿Qué pasó ayer? Que no te vi por la dsicteca? Me tenías preocupada eh cari... Es que Jose me dijo que te había visto fuera y salimos a buscarte, y alli me quede buscando, hasta que me cansé y me acoplé a un botellón que hacían unos guiris.. jeje lo siento amor, no volverá a pasar vale? te lo pasaste bien? Sí bueno, normal. Estaba Alex y más gente que conocí, y muy bien la verdad. Volví sobre las 5 a la habitación. Dejamos la conversación entre risitas de aquellos dos, y yo con sentimiento de culpa, pero esa noche tendría más ración, y lo sabía. Nos estiramos al sol los dos, nos bañamos un rato hasta que fueron las seis de la tarde. Fuimos a comer, que no habíamos comido aún, y allí estaban Alex y Jose, nos perseguían!! Se sentaron con nosotros, y hablamos de que se iban esa noche, que nos invitaban a su habitación a los dos. Yo les miré, como diciéndoles, qué hacéis? a lo que Alex me guiñó un ojo. Respiré tranquila. Luego Santi subió a la habitación a hacer la siesta, y yo me quedé con esos dos. Vente al antro nena, me dijo Alex.

Llegamos al antro y bebimos bastante, bueno yo más que ellos, porque las invitaciones iban para mí. Yo les veía con el mismo vaso todo el rato, mientras a mí me invitaban a más, pero sabía que era lo que querían, así que ya que se iban a ir esa noche, no les fallaría. Acepté emborracharme, pero lo justo como para acordarme, si no no estaría relatándolo ahora. Me acuerdo que me hicieron quitarme el top del bikini delante de los cuatro borrachos que había allí. Mis tetas tenían precio: tocarlas, 10 euros y comerlas, 20 euros. Alex y Jose me llevaban por el antro de mesa en mesa, haciéndome posar mis tetas delante de las caras de los 'clientes', mientras ellos cobraban. Lo peor era que a mí no me importaba que me trataran de aquella manera. Cuando me llamó Santi, me subieron arriba en ascensor, y me quedé dormida en mi habitación. Recuerdo que Santi se enafdó porque no le hacía ni caso, pero no podía discutir, estaba borrachísima.

Me despertó él mismo sobre las diez de la noche, para ir a la fiesta de la 226, uff no podía ni levantar la cabeza. Me duché y me vestí para la ocasión: una minifaldita ajustada, muy cortita, con tanga debajo, que probablemente se quedarían los huéspedes, y una blusa de tirantes muy elegante, escotada, y con sujetador que realzaba mis maravillosas tetas. Santi me dijo que estaba buenísima, y que hiciéramos el amor ahí mismo,pero le dije que llegábamos tarde, que ya tendríamos tiempo de hacerlo los días siguientes. 'Claro, cuando no estuvieran Alex y Jose.' Picamos a la puerta y nos abrió Alex. Entró Santi y luego yo. Noté su risita maliciosa, meintras me miraba las tetas. Enseguida comimos tortilla con olivas, normalita, y trajeron el alcohol, cuando vi que Jose echaba unos polvos en un vaso lleno de bebida. Alex detectó mi mirada y me volvió a guiñar el ojo. Supe lo que iban a hacer, y efectivamente, le dieron el vaso a Santi. Estaba hiperexcitada. Lo miré mientras bebía, cuando acabó el vaso, me dijo con los ojos medio cerrados: Cariño, estás buenísima, te quiero foyar aquí mismo, y cayó desplomado. Miré a Alex y Jose, estaban satisfechos. Se bajaron los bañadores a la vez, fui y me quité la faldita y la dejé en el suelo. Encima del cornudo puta, me dijo Jose. Eso me excitó aún más. Cojí la faldita y se la puse en la cabeza. Me fui quitando el top y el sujetador, dejándolo todo encima suyo, hasta quedarme en tanguita. Les miré. Para quié iba a ser el regalo hoy? Jose se acercó y me dijo: Dame el tanga nena, que me lo voy a quedar yo. Me lo quité y se lo di. Me arrodillé entre los dos mientras les cojí las poyas con las manos, fui alternando mamadas. Sus caras eran de placer infinito. Me ponía más cachonda todavía. Luego de chupar como una zorrita dos poyas a la vez, me llenaron la cara y los pechos de semen, no tuve tiempo de ir a limpiarme, pues me cogeron de la cintura y me pusieron apoyada en la cama. Sentí que uno de los dos se subía encima y me ponía la poya en la boca. El otro se fue al lavabo. Me dediqué a aquella poya con todas mis fuerzas y ganas, para re-empalmarla lo mñas rápido posible. Al rato se bajó de la cama y me la metió por el culo. Confirmado. Era Alex. Grité y lloré. Aunque tenía los ojos empapados de semen, caía alguna que otra lágrima. Me dolía horrores, y no bajaba el dolor a medida que se lubricaba, como dicen algunos, aquello era contínuo. Luego vino Jose, y me puso la poya en la boca. Alex me tiró del pelo, casi sacándome la poya de Jose de la boca. Supe que se iba a correr, cuando me la sacó del culo y me la metió en el coño. Otra vez en mi coño! Si no me quedo embarazada esas vacaciones, no me quedaré nunca, pensé. Temblaba de placer, y Alex también. Luego le tocó el turno a Jose. Pero no se atrevió a darme por el culo, y, para variar, se corrió en mi coño. Ya no podíamos más. Debían ser las 5 y poco, pues la fiesta empezó sobre la una y algo. Me llevaron a mi habitación en brazos, después de haberme limpiado la cara, afortunadamente, y luego a Santi. Me dejaron en la cama, con un mensaje enrollado en mi coño, que leí a la mañana siguiente: 'Eres una buena chica, muy buena muñeca y una grandísima puta. Pero muy mala novia. Te queremos. Alex y Jose.' junto a sus números de móvil. De vez en cuando hablamos por móvil.

Los días siguientes fueron de romanticismo con mi novio, Santi, como tenían que haber sido todos. Santi y yo seguimos juntos, e igual de enamorados que el primer día. Después de este relato, en que lo comparto con todos vosotros, si a Santi le da po ponerme los cuernos, lo entenderé, y se lo permitiré. Gracias a todos.

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