miércoles, 23 de noviembre de 2011

En el camping

Hola, me llamo Raúl, tengo 27 años y vivo en Madrid.

Mi novia y yo teníamos unos días de vacaciones, y aprovechándolo nos fuimos unos días a camping en la sierra. Era pleno mes de agosto y hacía un calor sofocante, incluso costaba dormir por las noches.


Ella es de piel morena, pelo largo, mide 1,75, tiene un culo precioso y unos grandes pechos redondos y tersos. Vestía unos shorts ajustados que le marcaban su culito y una camiseta que parecía que se le iban a salir las tetas en cualquier momento. Yo soy un chico normal, alto y delgado.

El autobús de las 11:30 nos dejó en la puerta del camping. Pasamos por recepción y rápidamente estábamos bajando hacia la zona de acampada. Empezamos a montar la tienda de campaña y nos acomodamos.

Hacía mucho calor, con lo que pensamos en probar la piscina del camping. Ella me dijo que se iba a poner el bikini en la tienda de campaña y se metió enseguida para colocárselo. Sacó de su bolsa el bikini rojo que tanto me ponía. La parte de arriba era de triangulitos, que apenas le tapaba las tetas por los lados. Se bajó los shorts ajustados dejándome ver su tanguita y su culito duro. Se sacó su camiseta y al no llevar sujetador sus tetas tambalearon de arriba abajo cosa que me puso a mil por hora.

Empecé a chuparle las tetas lamiendo despacito sus pezones, que ricas estaban. Se puso muy cachonda y noté que estaba mojando el tanguita. Se lo quité y empecé a chuparle el clítoris con mi lengua, lamiendo los labios de su coñito rasurado como si fuera un helado. Soltó un tímido gemido y me agarró la cabeza para que siguiera lamiendo. Justo al lado de nuestra tienda había más gente acampada con lo que intentaba contener sus gemidos para que nadie nos oyera. Pensar que alguien nos podía oír me excitaba aún más.

Mi lengua jugaba con los labios de su coñito empapado, mientras metía mi lengua dentro. Me di la vuelta y empecé a chupar la rajita del culo, acariciando el coñito con la punta de mi lengua por detrás. Coloqué la puntita de mi lengua en su culito para empezar a lamerlo a lo que ella se estremeció de placer.

Mientras le chupaba el ano con mi lengua soltaba ligeros gemidos que me ponían la polla muy dura. Seguí chupando su coño, cada vez se lo lamía más deprisa, de arriba abajo, y ella se corría en mi boca sin parar. Le dije que se tumbara en el suelo, y empecé chupando los dedos de los pies, cosa que le volvió loca. Con mi lengua recorrí toda su pierna hasta llegar a los muslos.

Ella abrió bien sus piernas mostrándome su conchita depilada y no me pude resistir. Me lancé con mi lengua a su coño y lo recorrí de arriba abajo, metiendo mis dedos mientras mi lengua chupaba su clítoris. Estaba muy excitada hasta que ya no pudo más y soltó un grito de placer y me apartó la cabeza de su coño.

Estaba tan caliente que quería ir a darse un baño a la piscina. Se puso la parte de abajo del bikini y me pidió que le abrochara el sujetador. Se veía muy sexy con aquel bikini rojo, no era tanga, pero no le tapaba el culo del todo.

Le quedaba de vicio, ya que tiene un cuerpo espectacular. Yo me puse mi bañador negro, cogimos dos toallas y nos fuimos a la piscina del camping. Nos pusimos en el césped, no había mucha gente, una pareja y una madre con dos niñas.

El agua de la piscina provenía de un manantial cercano y se veía muy apetecible, aunque algo fría. Extendimos las toallas y nos tumbamos en el césped. Hacía mucho calor y el sol pegaba con fuerza. Ella me pidió que le extendiera bronceador, y comencé dándole un suave masaje por las piernas y la espalda tumbada boca abajo. Notaba como le gustaba aquello, estaba muy relajada.

Comencé a acariciar con mis manos y la crema sus muslos cerca ya de su coñito, acariciando todo lo que aquel minúsculo bikini me permitía. Metí la mano debajo del bikini para acariciarle el culito, a lo que ella respondía apartando el bikini convirtiéndolo en un tanga para que le pudiera tocar mejor. Le eché cremita por el culo dándole un masaje, y se dio la vuelta mirándome con cara de placer. Me tumbé a su lado y nos besamos mientras agarraba su culito.

Hablamos sobre lo fría que parecía el agua y mis dudas sobre si bañarme o no. Estuvimos un buen rato tumbados al sol, estábamos muy a gusto en aquel lugar. Mi novia me miró y agarró el lazo que ataba su bikini tirando del mismo, quitándose el sujetador dejando al aire sus preciosas tetas. Nunca había hecho topless y observarla mientras se lo quitaba me puso muy cachondo. Se giró hacía a mí y me dijo ¿me pasas la crema?

Se extendió bronceador por sus pechos y sus bonitos pezones. Acto seguido, se tiró a la piscina, y me dijo ¿te bañas o qué? Me tiré al agua y me abracé a ella, sintiendo sus pezones duros por el agua en mi pecho. Mi polla estaba como una piedra y mi bañador me delataba. Acariciarle las tetas y los pezones debajo del agua era una sensación muy excitante para mí.

Ella metió la mano debajo del bañador y me sacó mi polla dura y empezó a acariciármela. Nos gustaría haber follado en el agua, pero en ese momento estaba llegando más gente y nos podrían ver. Salimos del agua y nos tumbamos al sol. A la ahora de comer decidimos volver a la tienda. Mi novia se puso la camiseta y nos fuimos a cambiar.

Estaba muy excitado de ver a mi novia tomando el sol en sus pechos. Entramos a la tienda, y nos besamos apasionadamente. Me quité el bañador dejando mi polla dura al descubierto. Le bajé las bragas y empecé a penetrarla en cuatro patas sin parar mientras la agarraba del culito. Ella contenía sus gritos para que no nos oyeran, pero la tienda de campaña se movía según le metía mi polla por su coñito empapado.

Saqué la polla y me agaché para lamer su coñito a cuatro patas. Después se dio la vuelta y me puse encima de ella, mientras le metía la polla sin parar me comía sus tetas y su cuello con mi lengua.

Saqué mi polla de su coño empapada acariciando los labios y el clítoris con la punta de mi polla; ella gimió de placer, eso le encanta. Me agarró la polla con su mano y se puso de rodillas frente a mí. Abrió su boca y se tragó mi polla enterita.

Empezó a lamerla sin parar, metiendo y sacando mi polla de su boca. Sacaba la lengua y lamía mi glande despacito. Con la mano que tenía libré empezó a tocarme el culo con sus dedos mientras no paraba de tragarse mi polla con sus labios.

Yo no podía más, estaba a punto de correrme. Saqué la polla de su boca y derramé toda mi leche sobre su cuerpo, llenando sus tetas de mi semen mientras ella se acariciaba los pezones llenos de mi leche mientras me miraba fijamente.

Agarró mi polla y se acarició los pezones llenos de semen. Después abrió la boca y se metió la polla en su boca, chupando la leche que quedaba. Me excitó tanto que de mi polla volvió a salir más leche, pero no sacó mi polla de su boca hasta que no quedaba nada de semen, bebiéndosela toda.

Nos quedamos un rato tumbados, sin fuerzas.

Después nos vestimos y nos fuimos a comer muy relajados. Es un día que los dos siempre recordaremos.

Autor: Anónimus

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